La joven Adriana Mondragón pide justicia para Maple, su mascota que falleció en circunstancias poco claras mientras estaba al cuidado de un entrenador. En redes sociales, dio a conocer el caso y cómo fue que recibió las cenizas de su perro sin mayor explicación.
Adriana explica que Maple tenía problemas para interactuar con otros perros, por lo que la llevaron con Antonio Ávila López, quien es entrenador y responsable del negocio You Can Dog Training.
En un posteo en su Instagram, así como en varias historias en su perfil, Adriana señala que tuvieron varias sesiones con Antonio Ávila, en las cuales notó buenos avances en su mascota. El entrenador ofreció llevar a Maple a un campamento con otros perros para ayudarla a mejorar su convivencia:
“Tuvimos varias sesiones, Maple estaba avanzando y un día nos ofreció llevarlo a su campamento, nos platicó que a través de una terapia de inundación iba a tener mejoría. Después de mucho pensarlo, aceptamos.
Maple regresó a casa. Había aprendido algunas cosas, pero según Antonio, Maple necesitaba reforzar lo aprendido y nos pidió llevárselo 2 semanas más de campamento. Aceptamos de nueva cuenta”.
La última vez que Adriana Mondragón vio con vida a Maple fue al momento de dejarla con el entrenador. De acuerdo con el testimonio, sería el domingo 10 de julio cuando el perro estaría de vuelta con sus dueños.
Creman a Maple sin pedir autorización de la dueña
La madrugada de este viernes 8 de julio, Adriana Mondragón recibió la llamada de la novia del entrenador, le explicó que su mascota había tenido un problema en el campamento, pero no le quiso dar la información completa:
“Hoy, a la 1:05 a.m me escribió Valeria Alejandra Juárez Torres, la novia de Antonio, me dijo que él iba de camino al veterinario porque Maple había chillado y creían que lo había picado una serpiente.
A la 1:33 nos dijeron que lo habían trasladado a una clínica porque no contaban con un antiviperino y que era muy difícil de conseguir.
Pedimos la dirección de la clínica. Nunca nos la quisieron dar”.
Cerca de las 4:00 de la mañana, la joven recibió la noticia de que su mascota había muerto y le informaron que sería cremada. Adriana asegura que ella no dio su autorización y pidió que le dieran los detalles de la clínica en donde estaban, pero sin éxito.
Minutos después, el entrenador y su pareja acordaron encontrarse con la joven en un punto en común para hacer entrega de los restos.
Luego de que recibió la urna con las cenizas, Adriana pidió más explicaciones, pero no se las dieron. La cuenta del entrenador fue dada de baja y cortaron toda comunicación con ella:
“Les pedimos que nos llevaran a la clínica y se negaron todo el tiempo. No había fotos. No querían llevarnos con su veterinario. No sabemos si es real la manera en la que murió. No sabemos si se lo robaron o qué pasó. Ni siquiera nos entregaron su plaquita.
¿Y saben qué hicieron? Se subieron a su camioneta y se fueron, me bloquearon de WhatsApp”.
En redes sociales, Adriana pidió ayuda para difundir su caso, debido a que no es algo aislado.
En diversas ocasiones, clínicas, estéticas y entrenadores que tienen a su cargo mascotas han tenido accidentes en los que fallece el animal, pero no asumen su responsabilidad o no explican a los dueños cómo ocurrió el deceso.
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