Seguramente has escuchado la frase “¿mande?” o “¿mande usted?” en tu vida diaria. Aquí te decimos cuál es su origen y por qué es tan común entre los mexicanos:
La costumbre de responder “mande” o “mande usted” a algo que no se entendió o no se escuchó, es muy común en México. Incluso las personas mayores -aunque ya pocos- suelen corregir cualquier respuesta que no sea “mande” con la frase: “No se dice qué, se dice mande”, decían.
Y aunque muchas personas han buscado de dónde viene esta frase o costumbre popular de responder, ciertamente no se tienen documentaciones oficiales que lo avalen, por lo que el uso del “mande” se dice que tiene varios orígenes:
¿Por qué respondemos “Mande”?
La frase “mande” es un apócope o supresión de letras de las expresiones “comándeme señor”, “mande usted” o “mándeme usted” y sí, en teoría la palabra significa mandar, que alguien con autoridad exprese la voluntad de que se haga algo.
Según la RAE, mandar y su conjugación “mande” tiene por significado “ordenar al súbdito, encomendar o encargar algo”. Mientras que La Academia Mexicana de la Lengua lo reconoce como una expresión usada para “responder al llamamiento de alguien”, por lo que de aquí proviene el primer supuesto origen de la frase:
Muchos dicen que el uso de los términos “mande” o “mande usted” proviene de la colonia. Se cree que era la manera en que castas inferiores o ‘súbditos’ (indígenas y mestizos) debían obedecer y referirse a las castas superiores (blancos y criollos) que gobernaban.
De ser una actitud servil, se cree que con el paso del tiempo fue asumiéndose como una respuesta cortés. Pero ciertamente no existen documentos que sustenten esta versión, por lo que se cree que se trata de una versión “a voces” que terminó siendo adoptada como la ‘versión oficial’.
El segundo origen que se cree tiene la palabra “mande”, proviene de una modificación y transformación del catalán.
Se presume que la expresión “mande” se trata de una palabra antigua (ya en desuso) que proviene de algunas regiones de Cataluña en donde se utilizaban las palabras “mani’m?” (¿mándeme?) o “mana?” (¿mande?). Estas no representan sumisión ya que se utilizan para referirse entre iguales.
Por lo que si bien no se conoce el origen verdadero de esta tan conocida frase mexicana, se tienen varias versiones.
Hoy en día se ha buscado sustituirla por considerarla una “herencia indeseable” de la colonia. Ahora las nuevas generaciones ya no pretenden educar bajo el tradicional regaño “¡No seas irrespetuoso!, no se dice “qué?”, se dice mande”.
Los últimos años se ha hablado de considerar necesarias retomar nuevas formas de relacionarnos y nombrarnos “sin requerir de expresiones que hagan alusión a un lugar de sumisión”, mencionan.
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