Tener una relación con un sugar daddy o una sugar mommy de aplicación tiene sus partes negativas. Además de los más obvios, como un posible riesgo de estafa y los más graves, como agresiones, trata de personas o abuso sexual, también están los económicos, emocionales y psicológicos.
A estas alturas de 2021 casi todo el mundo sabe lo que un suggar daddy o suggar mommy y el tipo de relación que tienen con las o los sugar babys.
Así que para agilizar las cosas, dejaremos un pequeño glosario de los términos que se usarán en este texto para quienes aún no lo sepan:
- Sugar daddy (SD): Es el hombre exitoso y adinerado que busca la compañía de una persona más joven que él para iniciar una relación bajo un acuerdo mutuo en el que puede o no haber intimidad. Generalmente, gratifica a la otra persona con regalos, viajes, cenas, salidas o dinero.
- Sugar mommy (SM): Es una mujer que cumple las mismas características y funciones que un SD, aunque generalmente son menos frecuentes para encontrar.
- Sugar baby (SB): Es la persona joven que acepta salir por mutuo acuerdo y con condiciones predefinidas con un SD o una SM. Pueden ser hombres o mujeres. También se les llama bebés.
- Splenda daddy: Así se les llama a aquellos SD que no cuentan con mucho presupuesto para pagar salidas costosas, regalos o dar un apoyo regular a los SB.
- Salt daddys/daddies: Se les conoce así a los hombres que solamente buscan encuentros sexuales con los SB.
¿Ser sugar baby es lo que realmente buscas?
Según las aplicaciones, sí
Esto es lo primero que debes saber. Las aplicaciones y páginas dedicadas a las relaciones de azúcar repiten la misma fórmula para convecer a la gente de unirse a sus plataformas:
Si eres un hombre exitoso, hay miles de mujeres jóvenes con las que puedes salir y tener una relación de amistad, amorosa o íntima.
Si eres una persona joven y atractiva, hay cientos de hombres exitosos y adinerados con la capacidad de consentirte y darte regalos por salir con ellos, sin que necesariamente se involucren sentimientos o relaciones sexuales.
Una de las plataformas más conocidas en este rubro, Seeking, defiende las relaciones de azúcar, bajo el argumento de que hipergamia consensuada.
Es decir, que las mujeres buscan a hombres adinerados y ellos a su vez a jóvenes atractivas, bajo esos términos, ambos llegan a un acuerdo para iniciar una relación de azúcar, en la que los dos obtienen lo que quieren sin sentirse engañados por otro.
“No hay nada de malo en que una mujer adulta actúe según su preferencia natural por los hombres exitosos, y no hay nada de malo en que un hombre adulto disfrute de una relación con una mujer que se siente atraída por su estado”, señala Seeking en su página oficial.
También, este portal cuenta con un canal de YouTube en el que hablan sobre los beneficios de tener un sugar daddy y el tipo de acuerdos con los que deben manejarse. Pero evidentemente, esa es la visión de la empresa.
Según los sugar baby, deberías pensarlo mejor
Como segundo aspecto, ya en la práctica, no basta con simplemente hacerse una cuenta, subir una foto y esperar a que lleguen miles de mensajes de hombres guapos, exitosos y solteros que buscan una sugar baby.
En un artículo publicado por Bussines Insider, una joven de 30 años relató su experiencia como sugar baby y la describió como favorable, pero con muchos momentos en los que se sintió confundida, insegura y triste.
La mujer explica que uno de los principales complejos entre los nuevos sugar babys es el considerar que esta actividad es equiparable a la prostitución, pues existen muchos hombres sí buscan a una pareja sexual dentro de este tipo de aplicaciones y plataformas.
Señala que hay que saber a ponerse en medio de la situación: no dar cabida a encuentros de una sola noche, pero tampoco alargar mucho las relaciones.
Relata, que una vez aprendiendo cómo funciona el esquema de recompensas, el tipo de hombres que hay en las aplicaciones y las condiciones para cada acuerdo, se puede sacar provecho de una relación de azúcar.
Aunque si eres una persona que busca un SD o una SM para tener atención o que le solucionen sus problemas económicos, explica la joven, esto quizá no es para ti:
“Si se está considerando tener relaciones azúcar únicamente por el dinero, será mucho más estresante, ya que se convertirá en un trabajo”.
Y es que las relaciones de azúcar, explica un artículo en The New York Times, no deben de entenderse como la única vía de ingresos económicos para una persona.
La razón es simple: los sugar daddys o mommys no estarán ahí para siempre. Hay casos en los que estas personas tienen familia, compromisos o viajes largos. Por lo que no le pueden dar toda su atención a una sugar baby.
Además, señala la página de Seeking, los SD o SM pueden tener varios bebés de azúcar al mismo tiempo. Esto significa, que rotan entre parejas constantemente, por lo que si el acuerdo incluye un apoyo económico semanal, quincenal, mensual o hasta por cita, este puede desaparecer en cualquier momento.
Los sugar babys que dependan totalmente de los ingresos que reciben de sus SD o SM, entonces tendrán que estar buscando constantemente parejas para mantener su estilo de vida. La joven entrevistada en Bussines Insider añade:
“La desesperación financiera te hace vulnerable a los hombres maliciosos que no tienen intenciones de una relación de azúcar, o podría influir en ti para salir con hombres con los que de otra manera no considerarías tener una relación”.
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Según los psicólogos, no es muy recomendable
Del lado de la psicología y cómo tercer punto a considerar es que las relaciones de azúcar no son muy recomendables para la población joven en general.
El portal Psychology Today indica que hay varios factores a considerar antes de ser un sugar baby, entre ellos su propio autoestima y, en algunos casos, también su propia moral, debido a que en muchas de las relaciones de azúcar los hombres son casados y con familia.
Los expertos de Psychology Today no emiten un juicio sobre si las relaciones de azúcar son totalmente malas o buenas. Se mantienen al margen, pero en sus artículos se cita a la terapeuta Jessica Stebbins, quien ha atendido a varias jóvenes que fueron sugar babys y que terminaron con problemas emocionales:
“En estos casos, los riesgos (emocionales) son muy similares a la prostitución y es seguro decir que ni la prostituta ni la sugar baby saldrán de la experiencia libres de cicatrices emocionales… Estas chicas expresaron las mismas emociones y problemas: vergüenza, culpa, pena, sentirse expuestas, vulnerables, “sucias”, ansiosas y deprimidas”.
Evidentemente, cada persona es diferente y tendrá una experiencia distinta a otras sugar babys. Sin embargo, la experta menciona que al final todas estas relaciones de azúcar se basan en lo mismo: la promesa de recompensas o dinero, obstruyendo que los sentimientos de los jóvenes se desarrollen como normalmente lo haría.
Otros estudios y reportajes publicados en Reino Unido también observan algunos factores negativos sobre las relaciones de azúcar, que causan problemas emocionales.
Por ejemplo, The Guardian documentó en 2017 cómo una empresa similar a Seeking colocó anuncios para promocionar su plataforma de sugar daddys en universidades de Bélgica.
Esto, señalan, derivó en que muchos hombres adinerados aprovecharan la situación para conseguir salir con jóvenes universitarias que necesitaban dinero para pagar la escuela.
Este modelo fue considerado por las autoridades como ‘prostitución escolar’ y muchas de las jóvenes que recurrieron a un sugar daddy sufrieron de humillaciones y burlas por parte de sus compañeros y familiares.
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Las relaciones azucaradas son explotación: expertos
A partir de este cuarto aspecto, hablaremos sobre los riesgos y problemas que representa ser un sugar baby en relaciones de azúcar.
El Centro Nacional contra la Explotación Sexual, una organización sin fines de lucro en Estados Unidos, señala que las relaciones de azúcar nunca serán una relación real y que se asemejan más a un tipo de explotación de personas:
“Se alimenta de una población vulnerable y desarrolla inherentemente un sistema en el que los cuerpos y la dignidad de los vulnerables se explotan para alimentar la demanda insaciable de los ricos y poderosos. Las relaciones de azúcar no son seguras y no son un sistema de empoderamiento, es intrínsecamente explotador”.
Las páginas para encontrar sugar daddy, señalan, quieren dar una imagen que no corresponde a la realidad sobre este tipo de relaciones, promoviendo que se trata de una forma de empoderamiento de la mujer, cuando ciertamente la está acercando a situaciones de riesgo:
“Esto es particularmente preocupante cuando se combina con el hecho de que se comercializa exactamente lo contrario y se está engañando a los jóvenes vulnerables”.
Riesgos sobre los sugar dady a tener en cuenta
En Internet, hay muchas historias de éxito de jóvenes que han tenido relaciones de azúcar con un sugar daddy o suggar mommy; pero algunas son patrocinadas por las propias empresas y aplicaciones de dating para promover sus plataformas.
Fraude y estafas
Para este quinto aspecto, es importante recordar que todas las citas generadas en Internet tienen riesgos. En el artículo de Bussines Insider citado anteriormente, la sugar baby que da su testimonio menciona algunos como el fraude y el abuso.
Así como sucede en redes sociales, no todas las personas con un perfil en estas páginas son quienes dicen ser. Hay gente que abre perfiles únicamente para realizar estafas con un nombre y fotografías falsas.
Se han dado casos en que sugar daddys dan cheques sin fondos luego de tener una cita con una joven. También, se menciona en este artículo de The New York Times cómo las víctimas son engañadas y no pueden hacer mucho debido a los vacíos legales en el tema.
Trata de personas y explotación
Como sexto punto en la lista y como lo menciona el Centro Nacional contra la Explotación Sexual y otros especialistas, salir con un sugar dady es considerado por algunos sectores como una especie de prostitución.
Esto deriva en casos de trata de personas y no hay una legislación que cubra todavía este tipo de relaciones bajo acuerdo comercial. La firma de abogados The Carlson Law Firm, de Estados Unidos, explica que han recibido casos de sugar babys cuya relación derivó en explotación:
“Una vez que se cruza la frontera del sexo comercial, la persona puede volverse más vulnerable a las manipulaciones del traficante, posiblemente, y el sugar dady se encuentra en la posición óptima para ser un traficante. La dinámica de control pesa a favor del sugar daddy. Si el sugar baby se niega a hacer algo en el “arreglo”, el sugar daddyr tiene el poder absoluto de no pagar la asignación hasta que el sugar baby haga lo que le pida. Las situaciones como tales son claros ejemplos de coacción”.
Abuso sexual
Finalmente, en el séptimo lugar de la lista de consideraciones, tenemos a los Salt daddy o Salt daddies, quienes son hombres que solamente buscan encuentros sexuales con jóvenes vulnerables, con o sin un acuerdo monetario.
Los salt daddys son el principal riesgo de las plataformas que se dedican a promover las relaciones de azúcar, ya que se aprovechan de las facilidades y vacíos que les permiten emparejar con personas jóvenes.
The New York Post y otros medios internacionales han reportado casos de violación en relaciones de azúcar y otras situaciones de índole sexual a las sugar babys han sido víctimas.
En un artículo, Lauren Hersh, directora nacional de la organización Un Mundo sin Explotación dijo lo siguiente en una entrevista:
“Muy a menudo se trata de violencia sexual y violencia física … Cuando hay un precio, muy a menudo el comprador siente que puede hacer lo que sea, cuando sea y como sea”.
También, señala que uno de los casos atendidos en su organización fue el de una joven a la que su sugar daddy la obligó a hacer un trío sexual:
“Cuando él hizo un movimiento sobre ella y ella dijo que no, procedió a tirar de ella del cabello y violarla diciendo ‘Voy a obtener lo que pagué'”.
La recomendación de los expertos es la misma: si es posible, no acceder a este tipo de plataformas y evitar las relaciones por acuerdos monetarios.
Si una persona está decidida a tener un sugar daddy o mommy, mantener siempre sus precauciones y no permitir abusos, mantenerse siempre comunicados con amigos y familiares cuando se acuda a una cita y sobre todo, no normalizar cualquier especie de violencia y alejarse a la primera señal de riesgo.