Los planetas superhabitables son aquellos que tienen potencial para el desarrollo de la vida, son más grandes, mejores y poseen condiciones superiores para la biología; es decir, son mundos que podrían tener incluso más posibilidades de albergar vida que nuestro propio hogar.
La vida fuera de la Tierra ha sido una constante de investigación a lo largo de los años y aunque no hay nada comprobado aún los científicos aseguran que es imposible pensar que somos los únicos seres que habitan el universo.
Pero ya que hasta el momento nuestro planeta es el único habitado (conocido) y su vida depende del agua líquida, los esfuerzos científicos se han centrado en identificar exoplanetas que podrían albergar la vida bajo condiciones similares a la Tierra; aunque algunos otros investigadores aseguran que centrarse solo en encontrar planetas similares podría privarnos de más posibilidades.
“Estamos tan concentrados en encontrar una imagen especular de la Tierra que podemos pasar por alto un planeta que es aún más adecuado para la vida”, explicó Dirk Schulze-Makuch, astrobiólogo de la Universidad Estatal de Washington y la Universidad Técnica de Berlín.
Schulze-Makuch y su equipo se dedicaron a investigar el Archivo de exoplanetas de objetos de interés de Kepler (NASA), en donde se centraron en 4 mil 500 sistemas planetarios que probablemente poseían planetas rocosos dentro de las zonas habitables de sus estrellas, donde el agua líquida puede persistir.
Los resultados de su investigación fueron publicados en la revisa Astrobiology, en donde también explicaron la importancia de observar sistemas planetarios con estrellas distintas a nuestro sol. “Nuestro sol en realidad no es el mejor tipo de estrella para albergar un planeta con mucha vida”, dijo Schulze-Makuch en una entrevista para Space.com
Nuestro sol tiene una vida estimada de menos de 10 mil millones de años, las estrellas enanas naranjas (otro tipo de soles que se observaron) tiene una vida de has 70 mil millones de años. La Tierra tiene cerca de 4 mil 500 millones de años.
Los investigadores también señalaron que el tamaño y la masa de un planeta también pueden influir en qué tan bien puede albergar vida. Un planeta rocoso más grande que la Tierra tendría una superficie más habitable y, potencialmente, una atmósfera más áspera y estable. Un planeta que tenga 1.5 veces la masa de la Tierra probablemente retendría su calor interior por más tiempo lo cual podría ayudar a que la vida surja y evolucione.
Si un mundo alienígena es más cálido que la Tierra podría ser superhabitable ya que podría tener más zonas tropicales que ayudarían a la biodiversidad. Aunque demasiado cálido podría significar la expansión de los desiertos.
Schulze-Makuch y su equipo identificaron 24 planetas potencialmente superhabitables aunque ninguno cumplió con todos los criterios que los investigadores establecieron para definirlos como superhabitables, pero uno cumplió al menos dos: KOI 5715.01.
Este planeta tiene unos 5 mil 500 millones de años y tiene un diámetro de 1.8 a 2.4 veces mayor al de la Tierra. Tiene una temperatura superficial promedio es de 2.4 Centígrados y por lo tanto es más fría que nuestro planeta pero, según los investigadores, si hay efectos gases invernadero podría ser un planeta superhabitable.
Schulze-Makuch señala que: “Advertimos que mientras buscamos planetas superhabitables, eso no significa que necesariamente contengan vida. Un planeta puede ser habitable o superhabitable pero deshabitado”.
James Webb, el telescopio espacial más importante de la historia, ha tomado sus primeras fotografías