México está en una situación compleja en lo que a generación de energías limpias se refiere en América Latina.
Por un lado, es el segundo país que más energías no contaminantes produce en la región; solo está por detrás de Brasil.
Pero al mismo tiempo, las fuentes limpias apenas representan el 30 por ciento de la energía total que se genera cada año en nuestro país. La siguiente gráfica permite visualizar de mejor manera los datos.
Cerca del 70 por ciento de la generación de electricidad en México todavía depende del gas natural, el petróleo y el carbón. Estos tres combustibles produjeron 227.83 TWh (tera vatio-hora) en 2020. En contraste, las energías limpias únicamente 70.05 TWh.
Países como Paraguay, Costa Rica, Uruguay, Brasil y Panamá están generando actualmente más del 80 por ciento de su electricidad con energías limpias como la hidroeléctrica, eólica o solar. Venezuela, Guatemala, Perú, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia y Ecuador están por arriba del 50 por ciento.
Hay distintas formas de leer los datos. La más optimista es que aunque Paraguay, por ejemplo, tiene el 100 por ciento de generación de electricidad mediante energías limpias, produce un total aproximado de 49 TWh anuales, equivalentes a un 70 por ciento de lo que se genera en México.
Una visión menos alegre, siguiendo con el ejemplo de Paraguay, es que México tiene una economía más grande, así como un territorio y recursos mucho más extensos que se podrían aprovechar para generar más energías limpias.
Esto está ocurriendo en Brasil, ahí se generan más de 420 TWh anuales únicamente de energías limpias, siete veces más que en nuestro país.
El gran motor de electricidad brasileña son sus más de mil 300 centrales hidroeléctricas que aprovechan la fuerza y potencia de los ríos para generar energía limpia, además de que cada año están disminuyendo el uso del petróleo y el gas natural para comenzar a invertir en plantas eólicas y solares.
Desarrollar un plan energético que no dependa de los hidrocarburos le tomó varias décadas a Brasil, pero de 1985 a la fecha su curva de crecimiento de fuentes limpias se mantiene estable.
¿Y qué está pasando en México con las energías limpias?
Indicadores internacionales señalan que aunque en los últimos cinco años la generación de energías limpias como la hidroeléctrica, eólica o solar han aumentado en México, este crecimiento se opaca por el uso casi generalizado del gas natural, que por sí mismo representa casi el 61 por ciento de las fuentes usadas para crear electricidad.
Aún más preocupante es que más del 75 por ciento de todo ese gas natural ni siquiera se genera en México, sino que se importa directamente desde los Estados Unidos. Esto representó en 2021 un gasto de más de 9 mil 300 millones de dólares, el triple que el año anterior, de acuerdo con datos del Banco de México.
En otras palabras, la mayoría de la electricidad utilizada en los hogares mexicanos se genera con gas natural comprado a Estados Unidos.
Si bien, en cuanto a generación de electricidad usar gas natural en menos contaminante que el petróleo, depender cada vez más de este material aleja a México hacía una verdadera transición a energías limpias.
Diversos documentos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mencionan planes para construir, modernizar o dar mantenimiento a centrales hidroeléctricas, plantas solares y campos eólicos en el país. Intenciones hay.
Sin embargo, en los últimos años, en México se ha invertido más proyectos relacionados con hidrocarburos, como son la reciente compra de la planta Deer Park o la construcción de la Refinería de Dos Bocas.
La electricidad generada en México es todavía muy contaminante. De acuerdo con datos de CFE, de las 157 centrales generadoras de energía con las que cuenta la empresa paraestatal, 69 ya son de energía limpia, pero estas apenas generan el 30 por ciento de la demanda nacional.
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