La administración de Elena Álvarez-Buylla al frente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) cerrará un año problemático entre el organismo y la comunidad académica y científica del país.
Las manifestaciones por la designación de José Antonio Romero Tellaeche como director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) tienen, una vez más, a Álvarez-Buylla en el centro de cuestionamientos por parte de universidades, investigadores y estudiantes.
La ciencia y la investigación mexicana han resentido los tropiezos del Conacyt en diferentes ocasiones durante 2021. La falta de transparencia respecto al proyecto de los respiradores Ehécatl; los recortes en apoyos y becas; demandas a científicos y los retrasos en la vacuna Patria son algunos ejemplos.
Problemas recientes en el Conacyt
Opacidad en los respiradores Ehécatl
En abril de 2020, durante las primeras semanas de la pandemia de coronavirus, Elena Álvarez-Buylla dijo que el Conacyt tendría listos, el 15 mayo de ese año, 700 respiradores mecánicos de manufactura mexicana para la atención de pacientes en hospitales Covid.
Cuando llegó la fecha anunciada, Álvarez-Buylla negó que ella se había comprometido a entregar los aparatos, aún cuando hizo la promesa en una conferencia en Palacio Nacional que quedó completamente grabada.
Fue hasta el mes de julio cuando el Conacyt y la Secretaría de Salud presentaron finalemnte los modelos de dos respiradores mecánicos: Ehécatl 4T y Gätsi (suspiro en otomí).
Sin embargo, ahí no terminó el asunto. De acuerdo con diversas investigaciones en medios de comunicación y solicitudes de información disponibles en la Plataforma Nacional de Transparencia, no hay evidencia que demuestre que los respiradores realmente se hayan fabricado y distribuido en institutos de salud.
La poca información disponible sobre el destino de los respiradores Ehécatl 4T y Gätsi apunta a que se entregaron muy pocos modelos para ser probados directamente con pacientes.
Los resultados en 2021, según un reportaje en Milenio, no fueron los más favorables y la comunidad médica que pudo hacer uso de las máquinas dudaron de sus capacidades.
Recortes a investigación y becas
Los recortes a los apoyos para la investigación y las becas a estudiantes comenzaron desde 2019, pero fue en 2021 cuando las manifestaciones en contra de Elena Álvarez-Buylla y su gestión al frente del Conacyt se agravaron.
En mayo, becarios del Concacyt protestaron en las calles en contra de los recortes. Además, investigadores denunciaron que para continuar con sus proyectos, se les condicionó a buscar otro empleo relacionado con su área de estudio, aun cuando muchos dedican todo su tiempo a la ciencia.
En 2019, el Conacyt financió mil 734 proyectos de investigación, en 2020 la cifra bajó a 758 y hasta el primer semestre de 2021 apenas 108 proyectos recibieron apoyo de la institución.
Lo mismo ocurrió con las becas. En el último año de Enrique Peña Nieto, las becas de posgrado en el extranjero financiadas por el Conacyt beneficiaron a 3 mil 313 estudiantes. Al cierre del Tercer Informe de Gobierno de AMLO, solamente se reportaron 2 mil 521, de acuerdo con una investigación de Animal Político.
La vacuna Patria se retrasó, otra vez
La vacuna Patria fue presentada por el presidente López Obrador como un desarrollo mexicano llevado a cabo por el Conacyt y la empresa Avimex.
Pero poco tiempo después del anuncio oficial, se dio a conocer que la vacuna Patria no era en realidad un invento mexicano, sino que se trata de un producto desarrollado a partir de una licencia de tecnología creada originalmente por la Escuela de Medicina Icahn, de Nueva York, EU.
Elena Álvarez-Buylla afirmó que la vacuna estaría lista para aplicarse en personas a finales de 2021, una vez que se completaran las pruebas finales.
Recientemente, el presidente López Obrador confirmó que la vacuna Patria tuvo retrasos y la nueva fecha de salida se estima que sea en el primer semestre de 2022.
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