La zona arqueológica de Teotihuacán, en el Estado de México (Edomex) es uno de los lugares más impresionantes que hay en el país para admirar la grandeza de las culturas prehispánicas. No solo el imponente tamaño de las pirámides del Sol y la Luna o la enigmática Calzada de los Muertos guardan anécdotas, toda la historia que hay detrás de los trabajos de conservación es por sí misma un pasaje interesante que recorre más de 500 años.
El proyecto de hacer a Teotihuacán una de las zonas arqueológicas más importantes del mundo fue ideado a inicios del Siglo XX por el gobierno porfirista, como parte de las celebraciones del Centenario de la Independencia de México.
Este domingo 13 de septiembre de 2020, se cumplirán 110 años de la apertura inaugural de la zona arqueológica de Teotihuacan, sin duda un patrimonio histórico en el Edomex y que, por cierto, en 1987 fue declarado por la UNESCO como el primer sitio de México dentro la lista de tesoros del Patrimonio Mundial.
Teotihuacan: La Ciudad de los Dioses
Uno de los misterios más grandes de la historia mexicana es la ciudad prehispánica Teotihuacan. A pesar de que es sitio ha sido estudiado por más de 100 años y que se han descubierto muchas cosas, nadie sabe con precisión cuál era su nombre real.
Teotihuacan es una palabra en náhuatl que significa ‘Lugar donde fueron hechos los dioses’ o ‘Ciudad de los Dioses’, pero ese nombre se lo dieron los mexicas. De acuerdo con el INAH, no se conoce cómo es que sus habitantes la llamaban, ni hay vestigios suficientes que puedan ayudar a aclarar este misterio.
Se sabe que fue uno de los centros urbanos más grandes del mundo antiguo, que llegó a concentrar una población mayor a los 100,000 habitantes en su momento de máximo esplendor, durante el periodo Clásico, que va del año 300 al 900.
También, se ha descubierto que los teotihuacanos vivían en una sociedad sumamente organizada, que la ciudad era un punto religioso y económico vital en el Valle de México. Su importancia permaneció incluso después de su abandono, pues los mexicas acudían a sus ruinas para realizar ritos y ceremonias.
Y hablando del abandono de la ciudad, los arqueólogos coinciden que la ciudad cayó poco a poco, tras el desgaste político y social que atravesó entre los años 500 y 650. René Millon, uno de los mayores expertos en Teotihuacan indica que las probables causas del abandono de esta urbe en el Edomex se debió a la mala administración, burocracia ineficiente, deterioro de las vías de comercio, caída de la economía y problemas políticos.
La Ciudad de los Dioses en el Virreinato
El interés por conocer los secretos de Teotihuacan surgió desde la época en que los mexicas dominaron el Valle de México, como ya se mencionó, la ciudad aún era respetada por su valor simbólico y religioso. Incluso, retomaron muchos aspectos culturales y arquitectónicos de los teotihuacanos, para construir la ciudad de Tenochtitlan.
Luego de la caída del imperio mexica, los conquistadores españoles dejaron olvidada la zona y fue hasta mediados del Virreinato que surge nuevamente el interés por explorar Teotihuacan.
La historia coloca a Don Carlos de Sigüenza y Góngora como el primero en hacer una expedición arqueológica en Teotihuacan, en una fecha cercana al año 1675. Para ese entonces, las pirámides de la ciudad ya estaban casi escondidas bajo toneladas de tierra, hierba y maleza.
Don Carlos de Sigüenza y Góngora exploró uno de los múltiples túneles de la Pirámide del Sol (aunque hay expertos que consideran que realmente trabajó en la Pirámide de La Luna).
En 1746, el historiador Lorenzo Boturini, quien tuvo acceso al trabajo de Don Carlos de Sigüenza y Góngora, dio una breve descripción de cómo se veía la zona en aquel entonces y lo detalló de la siguiente manera:
“Era este cerro en la antigüedad perfectamente cuadrado, encalado y hermoso y se subía a su cumbre por unas escaleras que hoy no se descubren por haberse llenado por sus propias ruinas y de la tierra que le arrojan los vientos, sobre la cual han nacido árboles y abrojos”.
Tanto Sigüenza y Góngora, como Boturini y años más tarde Alexander von Humboldt, trataron de taladrar las paredes las pirámides, pero se encontraron con lo que llamaron ‘un centro hueco’.
Sin embargo, los trabajos más modernos lograron encontrar que la Pirámide del Sol no esta hueca, sino que tiene un relleno de diferentes materiales. Es decir, lo que vemos por fuera solo es el recubrimiento de una masa de tierra y otros elementos. Pero no está del todo vacía, arqueólogos han encontrado pasajes y vestigios de construcciones anteriores.
Quizá lo que los exploradores antiguos lograron encontrar, fue un hueco formado por la humedad o la entrada de algún túnel que no quisieron abrir más, por miedo a un posible derrumbe. En esta infografía de la revista Quo puedes encontrar un mejor detalle del interior de la Pirámide del Sol.
Centenario de la Independencia
A inicios del Siglo XX, Leopoldo Batres inicia una serie de trabajos en Teotihuacan, luego de que el gobierno de Porfirio Díaz diera luz verde al proyecto de hacer de esta zona el sitio arqueológico más importante del Valle de México. Además, se planeó como una de las obras emblemáticas para festejar el primer Centenario de la Independencia de México.
Existen pocas fotografías de Porfirio Díaz visitando los trabajos en la zona de Teotihuacan, las cuales se han convertido en parte del archivo histórico del rescate de la zona.
De las exploraciones de Leopoldo Batres se han desprendido muchas dudas y polémicas. Si bien, se le reconoce por haber sido un pilar fundamental en la restauración de las pirámides y la conservación de los vestigios hallados, con la fundación de un museo en la zona, también se le señaló de haberse quedado con piezas para su colección personal o venta, así como fallas en la logística de su trabajo, en donde se destruyeron algunas ruinas.
De 1905 a 1910, los trabajos de restauración de Teotihuacan quedaron completados y listos para ser inaugurados. Porfirio Díaz y Justo Sierra, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes (equivalente a la actual Secretaría de Educación Pública), estuvieron presentes.
Décadas después, luego de la consumación de la Revolución Mexicana, se hicieron nuevos trabajos en Teotihuacan para conocer a fondo los detalles que aún generaban dudas o huecos en la historia de las culturas prehispánicas.
El INAH indica que en este lugar del Edomex se han desarrollado dos de los proyectos de investigación más grandes en la historia de México.
Uno ellos bajo en nombre de “Teotihuacan 1962-1964” y el otro “Teotihuacan 1980-1982”, además de uno de los megaproyectos planteados durante la década de los años noventa por el gobierno federal, conocido como “Teotihuacan 1992-1994”. Estas tres exploraciones permitieron conocer parte de la estructura social, económica y cultura de los teotihuacanos.
También en años recientes, se han hecho descubrimientos importantes, destacando los túneles encontrados bajo la Calzada de los Muertos y la Pirámide del Sol, donde también se han hallado ofrendas y tumbas antiguas.
Mira las conferencias sobre los 100 años de la zona arqueológica de Teotihuacan.
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