El pasado 24 de marzo se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto de adición a la Ley General de la Salud que prohíbe grasas trans en alimentos y bebidas.
En los últimos años han surgido grandes cantidades de evidencia que señalan a las grasas trans como un factor de riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, así como procesos de inflamación, diabetes y cáncer.
Por lo tanto, se adicionó el artículo 216 BIS, la cual señala que “Los aceites y grasas comestibles, así como los alimentos y bebidas no alcohólicas, no podrán contener en su presentación para venta al público aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, que hayan sido añadidos durante su proceso de elaboración industrial”.
¿Qué son las grasas trans?
Son aquellas que permiten tener un tiempo prolongado de conservación, también se les conoce como aceites parcialmente hidrogenados que se pueden generar de forma natural e industrial.
La primera se forma en el estómago de vacas, ovejas y cabras, por lo tanto, podemos encontrarlas en pequeñas cantidades en la carne, leche y derivados así que es imposible eliminarlos completamente de una dieta balanceada.
Mientras que la segunda es parte de un proceso industrial de hidrogenación de aceites vegetales líquidos para formar grasas semisólidas que se emplean en:
- Aceites para cocinar
- Productos de panificación
- Amasados de pastelería
- Galletas
- Palomitas de microondas
- Alimentos congelados
- Papas fritas
- Pollo frito
- Salsas
- Helados
- Botanas saladas y dulces
- Crema de leche para café
- Margarina
Riesgos de consumir grasas trans en exceso
Las grasas trans ofrecen ventajas a las industrias de alimentos pero tienen efectos adversos para la salud. Debido a que provocan un incremento de colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL) o “malo” el cual tiende a adherirse y engrosar las paredes de las arterias y venas de todo el organismo. Como resultado disminuye el colesterol lipoproteína de alta densidad (HDL) o “bueno” encargado de recoger el exceso de colesterol y llevarlo de nuevo al hígado.
Estudios recientes en monos y roedores sugieren que las grasas trans tienden a depositarse en la grasa abdominal y en el hígado. Mientras que en humanos, han mostrado una tendencia a aumentar la grasa corporal total, también hay una asociación con ciertos tipos de cáncer de mama y próstata.
Otros estudios sugieren que pueden empeorar la resistencia a la insulina en aquellos individuos con predisposición, sin embargo, la evidencia aún no es concluyente, por lo tanto, se requiere más investigación al respecto.
¿Puedo reducir el consumo de grasas trans?
Checa estos tips y ponlos en práctica para mejorar tú salud:
- Revisa el etiquetado frontal de todos los productos que consumas
- Evita los productos procesados ya que contienen altos niveles de grasas saturadas
- Reserva la comida rápida para ocasiones esporádicas
- Antes de comprar verifica la oferta de diferentes marcas, y escoge la que menos grasas trans contenga.
Recuerda que el decreto entrará en vigor a los 180 días de su publicación, es decir, a partir del mes de septiembre.
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