La mayoría de los mexicanos no gana lo suficiente para comprar una casa o un departamento. El salario promedio del país está por debajo de los 8 mil pesos mensuales, de acuerdo con cifras del INEGI. En cambio, el costo medio de una propiedad es de 1.4 millones de pesos.
En otras palabras, gran parte de los mexicanos nunca podrá comprar una casa o departamento, por lo que la única forma de tener un espacio propio para habitar es mediante la renta de un hogar.
En zonas metropolitanas como la Ciudad de México, Monterrey, Tijuana, Jalisco, Puebla, Naucalpan, Querétaro o León, es habitual que se construyan nuevos edificios de departamentos cada año.
Muchas inmobiliarias y páginas de bienes raíces promocionan estas nuevas viviendas como una oportunidad de inversión. Ya sea para ser habitadas por sus dueños o para rentarlas y generar ganancias mensuales con las que podrían pagar el inmueble.
Sin embargo, comprar un departamento para rentarlo, en algunas regiones del país, podría no ser lo más adecuado ni en el corto, ni en el mediano plazo.
Comprar un inmueble para rentarlo o ponerlo en una app como Airbnb no es tan redituable
Adquirir un inmueble con el único objetivo de alquilarlo, ya sea de la manera tradicional, mediante una renta mensual o por una aplicación, como Airbnb, tiene más cosas en contra que a favor.
Al menos en la Ciudad de México, los costos de las rentas fluctúan mucho, de acuerdo a la zona. Los precios pueden variar, incluso, entre colonias contiguas o hasta al cruzar una avenida.
En la alcaldía Miguel Hidalgo, por ejemplo, un departamento en la colonia Tacubaya puede alquilarse entre 5 mil y 7 mil pesos al mes; pero cruzando Av. Revolución, en donde ya inicia la colonia Escandón, los precios se disparan de los 13 y hasta los 20 mil pesos, según señalan portales especializados en el tema.
Si se considera que en la mayoría de los trabajadores mexicanos ganan menos de 10 mil pesos al mes, serán pocos los que podrán rentar un inmueble en colonias cercanas a los centros de trabajo.
Debido a esto, muchas familias optan por rentar en la periferia de la Ciudad de México, en municipios del Edomex como Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tlalnepantla, Los Reyes, Coacalco o Chimalhuacán, por mencionar algunos, en donde el alquiler es más accesible.
En una entrevista sobre acceso a la vivienda realizada por Datanoticias a Carla Escoffié, especialista en temas vivienda en México y directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, señaló que apenas un sector mínimo de la población es quien puede pagar un departamento de contado, con la finalidad de ponerlo en renta.
Sin embargo, esos inmuebles pueden quedarse mucho tiempo sin ser habitados, debido a que los dueños ponen rentas muy elevadas a los departamentos o casas; lo cual hace que toda la zona siga el mismo patrón, creando así un efecto de especulación inmobiliaria:
“Hay un mercado en el cual no estamos hablando de una persona que tiene uno o dos inmuebles extra, sino de personas que tienen 10 o más inmuebles que los están dando en renta con el objetivo de lucrar con todos ellos.
Vemos, por ejemplo, colonias como la Juárez en la CDMX, donde aumentan los precios de las rentas y al mismo tiempo hay departamentos que llevan más de un año sin ser habitados.
Todos estos murales de letreros de “En Renta” que se ven en la CDMX, sobre todo en la zona de la Cuauhtémoc, en las colonias Centro y similares, tienen que ver con estos procesos.
Hay una especulación de tal manera que los propietarios prefieren no bajar los costos de las rentas porque en el mercado especulativo del arrendamiento hay un precio que se está manejando, pero que no corresponde al valor real de la demanda en el lugar”.
Asimismo, si el inmueble es adquirido para ponerse en alquiler en plataformas como Airbnb, pasará mucho tiempo hasta que el propietario pueda recuperar su inversión, debido a que podría haber temporadas en que el departamento no se ocupe y no genere dinero.
Si bien, adquirir una casa o un departamento sí es una inversión real a largo plazo, buscar hacer de ella un negocio en el corto y mediano tiempo no lo es.
Comprar un inmueble sin tener la intención de habitarlo, perjudica a la mayoría de la población que renta una vivienda. Eleva los precios y expulsa a las personas a zonas más alejadas de los centros de trabajo.
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