El pasado 25 de junio, cientos de personas se reunieron para asistir a la marcha del orgullo LGBT+. Liz, José y Esme vivieron ese día entre homofobia y golpes.
Lizbeth, Esmeralda y José acudieron a la marcha del orgullo LGBT+ que se llevó a cabo en el centro de la Ciudad de México (CDMX) el sábado. Luego de hacer su recorrido tomaron un taxi de la plataforma DIDI para partir a la alcaldía Miguel Hidalgo y continuar con sus actividades de fin de semana.
Al llegar a su destino, el chofer indicó que la cantidad aumentó debido la tarifa dinámica, por esa razón, buscaron un sus pertenencias dinero para completar lo que restaba. En entrevista para Datanoticias narraron que tomó menos de 4 minutos: Liz (quien es novia de Esmeralda) estaba afuera del carro a la par buscaba sus llaves, José en la puerta y Esme dentro, llevaban consigo banderas de colores que representan a la comunidad LGBT+.
Posteriormente, caminaron hacía la puerta de su dirección, escucharon que alguien les grito: “miren a esa bola de jot*s, seguro vienen de la marcha“. Mientras Liz seguía buscando sus llaves afuera de la propiedad de su mamá, donde también hay una tienda ya que el local lo rentan, observó que un hombre y una mujer se acercaban, detrás una señora de quienes conocen algunos datos debido a que viven cerca del inmueble, -por seguridad de las víctimas tanto los nombres y apellidos fueron omitidos-.
Dichas personas comenzaron a agredir a Liz, a las 17:08 horas, -saben el tiempo en que ocurrió por su sistema de videovigilancia-. El sujeto le dijo “te voy a partir tu madr*, hija de la ching**” y le pegó en la quijada. Por lo que ella le grito por qué le pegaba, José y Esme pagaban el DIDI, al darse cuenta de lo ocurrido se acercaron y le dijeron al agresor que no debía golpearla.
Unos minutos después salieron más personas: cuatro mujeres y tres hombres que entre golpes tiraron a Liz al piso, perdió un momento la noción, la arrastraron y el sujeto que le dio el primer golpe le decía “te voy a descuartizar, yo si te hago pedacitos hija de pu**”.
Liz describió: “cuando estaba en el piso pude ver y sentir como mi vida estaba en completo peligro, pues me pegaron con tanto odio, tanto hombres como mujeres, pateándome cuando estaba en pie, jalándome el cabello, lanzando puñetazos en diversas partes de mi cuerpo y yo gritaba ayuda, déjenme en paz, mientras volteaba a todos lados”. Fue en ese momento que también notó que también tiraron a Esmeralda, a quien le patearon la cabeza y le gritaban “no que muy machito“.
A José lo tenían enfrente de un carro, un señor lo estrangulaba…la señora de la tienda intentó levantar a Liz del piso, sin embargo, también fue agredida. El hombre agarró a Liz de la pierna y la jalo, la señora le insistió en que la dejará porque la iba a matar, a lo que el sujeto respondió “eso quiero, pinch*s gentes no deberían de existir, son engendros del demonio”.
Las personas de la tienda les apoyaron a las víctimas; Liz, Esme y José resaltaron que de no haber sido por su ayuda era muy probable que estuvieran muertas y muerto. AL lugar llegó una ambulancia que no quiso atenderles debido a que eran de la “comunidad gay”, les recomendaron ir a un médico legista, la policía igual estuvo, sin embargo, no pudo detener a los agresores debido a que se fueron a su domicilio.
“Denunciar es un terror”
Lizbeth describió que sintió mucho miedo por los golpes y palabras que recibieron “sentí mi vida pasar. Aquí quedé, aquí afuera de mi trabajo me voy a quedar”, pensó. Los tres denunciaron ante la Fiscalía que se supone se especializa en la comunidad LGBT+, sin embargo, en el lugar desconocían qué es el género binario, con el que José se identifica: “cuando llegamos nos preguntaron cómo nos identificamos. En la fiscalía le dijeron no está en la lista” por esa razón, determinó que “no están hechas por personas LGBT. Mi identidad no se tomó en cuenta”, explicó.
La mamá de Liz es abogada litigante con experiencia de más de 26 años, por ese motivo, las víctimas indicaron que contaron con ese privilegio. Con la voz entre cortada, Lizbeth analizó cómo la pasarían las personas que no saben a dónde ir, que no tienen los recursos o los amigos para enfrentar una injusticia. “Las personas que van sin abogados, ahorita están dando valoraciones hasta 2023, citas para abogados… El proceso está hecho para que la gente desistiera”, expresó.
Las personas que violentaron tienen una orden de restricción, pero eso no fue motivo para detener sus amenazas, ya que se presentaron a la tienda de la señora que defendió a Liz, su novia Esme y José para intimidarla, lo que ocasionó más miedo a quienes atienden.
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