Entre las postales que dejó la Marcha de Mujeres en la CDMX 2022 se encuentra la de una joven con su mascota que porta un cartel con la leyenda “Por las perritas violadas”. Esto en referencia al abuso sexual del que los animales de compañía son víctimas por parte de los humanos.
Los casos de perros que son abusados sexualmente ocurren en todo el mundo. En 2020, la noticia de Beba, una hembra violada en el municipio de Ecatepec, fue de las historias más conocidas, debido a que el agresor la enterró viva.
Ese mismo año, pero en la Ciudad de México, se reportó la muerte de Mati, un perro de 8 meses de que fue abusada sexualmente por un hombre de 53 años. Las agresiones le causaron un sangrado interno del que no pudieron salvarla.
En mayo de 2021, en un mismo fin de semana, se dieron a conocer cuatro casos de abuso sexual a perros en Altamira, Tamaulipas. Vecinos de los agresores lograron captar evidencia en video y denunciaron los hechos a las autoridades.
A nivel internacional, la dimensión de este problema es incalculable. Muchos de los casos no se denuncian, señalan organizaciones civiles que velan por los derechos de los animales.
Por ejemplo, en octubre de 2021, Prentiss K. Madden, veterinario en Florida, Estados Unidos, fue condenado a pasar 21 años en la cárcel por grabarse mientras violaba a los perros bajo su cuidado. Los videos los compartía en una red de zoofilia y pedofilia.
Su detención y condena deja implícito que existen comunidades en Internet que crean y consumen ese tipo de contenidos. No es posible calcular qué tan grandes son, desde cuándo operan y de qué otras especies animales abusan para hacer sus videos.
En la mayoría de las entidades de México, como la CDMX y el Edomex, el maltrato animal es un delito en el que se contemplan los actos eróticos y abuso sexual. Las penas van de los seis meses a cuatro años de cárcel, además de multas económicas.
Señales para reconocer a perros que son víctimas de abuso sexual
Neighborhood Watch for Pets, una organización civil de protección para las mascotas, indica que aunque hablar del abuso sexual a perros puede ser ofensivo para algunas personas, es una realidad que se tiene que discutir y afrontar, especialmente cuando hay sospechas en la familia o con los vecinos.
También, mencionan que hay que saber reconocer las señales para tampoco adelantar juicios que puedan dejar un daño a personas inocentes.
Los abusadores de mascotas, resalta un artículo de la organización, atacarán a perros y gatos, machos o hembras, incluso a animales muy jóvenes, a veces usando objetos además de un pene. Algunos signos de violación son:
- Olores de infección.
- Abrasiones o rozaduras en el ano del animal.
- Pérdida de pelo.
- Pelo enmarañado.
- Sangre y/o semen alrededor del trasero del animal.
- Inflamación anal o hematomas.
- Fluidos anales o rectales.
- Lesiones vaginales/vulvares causadas por la penetración.
- Miedo a acercarse a las personas o a alguien en particular.
- Signos de depresión.
Si algunas de esas señales son evidentes, lo mejor es acudir con un especialista para corroborar el abuso sexual a la mascota. Si se trata de un animal de otro dueño, hay que llamar a las autoridades (911 para todo México).
Lee también: