The Economist, en su más reciente publicación “Ómicron llega a México” aborda el tema de la situación actual de nuestro país, que ya ha acumulado más de 600 mil muertes en lo que va de la pandemia.
El semanario londinense también ha criticado el actuar de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, quien ya se ha contagiado en dos ocasiones de Covid-19 y después de recuperarse de su segundo contagio ha vuelto a sus conferencias matutinas en donde ha hablado de los beneficios de utilizar Vick VapoRub para tratar al virus mortal.
Asimismo, en dicho artículo, se ha tachado de “indiferente” al enfoque que el presidente ha dado al virus ya que los datos oficiales apuntan a que los casos se han multiplicado por más de 10 desde diciembre y resalta la mala decisión del gobierno por pedir a los ciudadanos que asuman que están contagiados y no se hagan las pruebas.
The Economist tiene un “Rastreador de exceso de muertes” y según sus datos en México han muerto más de 600 mil personas desde marzo del 2020, cifra que supera por mucho a países como Estados Unidos o Brasil, aún cuando el presidente de este último, Jair Bolsonaro, se ha negado a recibir la primera dosis de la vacuna. El “Rastreador” también asegura que al menos 4 mil 500 trabajadores de la salud han muerto, este número es mayor que en cualquier otro país del mundo.
Los analistas expertos del semanario dicen: “Ómicron está arrasando en el país (México)” y aseguran que, aunque el gobierno mexicano dice que el aumento de casos no ha provocado más hospitalizaciones o muertes, es muy pronto para determinar la veracidad de sus palabras ya que, entre diciembre y enero los ingresos a hospitales han aumentado; al menos 179 hospitales informan que más del 70% de sus camas están llenas.
The Economist confirma que, aunque los efectos de esta última variante del virus aparentemente son más leves y pudieran ayudar a que esta ola sea menos terrible, México usa una variedad de vacunas que va desde Sinovac (China) hasta Sputnik V (Rusia) y que, de acuerdo con los expertos, ofrecen una menor protección contra Ómicron y a esto se agrega que, aunque los mexicanos en promedio son más jóvenes, al menos el 75% de los mayores de 15 años tienen sobrepeso.
El semanario dice que el Gobierno de México tiene un historial deficiente en la lucha contra el Covid-19 y por esta razón da lecciones de cómo NO lidiar con un virus mortal; ya que únicamente cerró durante dos meses y fue al inicio de la pandemia. Asimismo, asegura que al menos la mitad de la población trabaja en condiciones informales y el gobierno carecía de los fondos para pagar a todos los que se quedaran en casa.
De igual manera habla sobre la responsabilidad personal que los mexicanos han adoptado, ya que, aunque el uso de cubrebocas no es obligatorio, la mayoría de la gente las usa, sobre todo en las ciudades más grandes, incluso el 67% de los mexicanos aseguró en 2020 que sí usaba cubrebocas de manera regular, superando en número a los estadounidenses, 63%.
En los últimos dos años, la gente ha tenido el poder de abarrotar los gimnasios o restaurantes, pero las escuelas estuvieron cerradas durante al menos 17 meses, provocando un atraso significativo en el aprendizaje en los niños, especialmente en el sector más pobre, lo que provocará, presuntamente, un futuro difícil, aseguran los expertos de Londres.
The Economist llama a López Obrador como un “halcón fiscal” ya que ha gastado menos que cualquier otro mercado emergente en apoyo relacionado con la pandemia y esto es porque le convenía mantener los establecimientos abiertos. El gobierno de Andrés Manuel ha gastado solamente el 0.65% del Producto Interno Bruto (PIB) en donaciones, que si se compara con Brasil 9% o India 4% es una diferencia significativa; al mismo tiempo muchas empresas quebraron desde el primer año de la pandemia y 4 millones de personas han caído en pobreza.
El semanario de Londres habla sobre cómo México nunca cerró las fronteras y hasta el día de hoy los visitantes pueden ir y venir sin presentar pruebas de Covid-19 negativas o certificados de vacunación y la justificación de los funcionarios mexicanos es que “sería difícil sellar las fronteras” y se busca incentivar al turismo el cual genera el 9% del PIB.
Los expertos de The Economist aseguran que, aunque el gobierno trató de aumentar la capacidad hospitalaria, compró más ventiladores, contrató más personal médico y puso a disposición de la población más camas, el verdadero enfoque que debieron dar fue en la prevención, ya que el sistema médico está en muy malas condiciones, después de casi dos años de pandemia.
Jaime Sepúlveda, ex funcionario de salud, escribió un informe para la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la respuesta que México dio ante el Covid-19 y dice que el aumento en disponibilidad de camas no fue suficiente y que la alta mortalidad en México se debió a la mala capacitación y la falta de equipo.
Ahora México tiene al menos el 60% de la población con doble dosis de vacuna; el 80% de los jóvenes mayores de 18 años ya están vacunados y el 51% de los ancianos han recibido la vacuna de refuerzo.
The Economist dice que Ómicron ha llegado al país y algunas autoridades se han alejado de la estrategia de López Obrador, por ejemplo, Jalisco ha hecho obligatorio que los bares y otros espacios interiores soliciten comprobante de vacunación o pruebas negativas para ingresar; en Tlaxcala los ciudadanos deben mostrar comprobante de vacunación para poder ingresar al súper; en Ecatepec (una de las zonas más pobres de la Ciudad de México) impuso una multa de 864 pesos para las personas que no usen el cubrebocas y algunos museos de la Ciudad de México han vuelto a cerrar sus puertas.
Laura Flamand, investigadora de salud de El Colegio de México, dijo: “México dio la cara con la pandemia”, ya que la mayoría de las escuelas han retrasado su regreso a clases presenciales. Flamand también señaló la falta de atención médica y una red de seguridad social en el país y aseguró que los mexicanos aún no están seguros.
También te puede interesar…
López Gatell dice que está bien infectarse de ómicron. La OMS lo contradice
Por qué ómicron preocupa más en niños