Durante la pandemia de Covid-19 varias personas usaron el tiempo en casa para ver series, películas, leer libros, organizar reuniones virtuales con amigos y familia. En la Segunda Guerra Mundial ocurrió algo parecido cuando soldados y ciudadanos atrincherados en sus casas encontraron un refugio en los libros de la Biblioteca de París.
La Biblioteca de París relata el papel fundamental que jugaron estos instrumentos en el conflicto bélico. Este libro muestra que las bibliotecas han sido santuarios y que, incluso, tienen a sus protectores.
La autora Janet Skeslien Charles, cuenta la historia de dos mujeres. Odile quien se está convirtiendo en adulto mientras inicia la guerra; y Lily, una adolescente de Montana quien está aprendiendo lo difícil que puede ser la vida.
El refugio que fue la Biblioteca de París
El relato de Odile inicia en París en 1939, años antes de que inicie la guerra y los sueños de la joven se vean interrumpidos por el conflicto.
En ese momento, Odile siente que tiene todo lo que quiere en la vida: un novio perfecto y el trabajo con el que siempre soñó en la Biblioteca Americana de París.
Lily, en los años 70, escucha cómo fue este hecho histórico pero comienza a aprender más sobre él cuando se acerca a Odile quien tiene a su alrededor grandes misterios sobre su llegada a Estados Unidos y un acento francés que la caracteriza.
El libro está lleno de frases emotivas y entrañables que hablan de la amistad, la relación madre e hija y sobre el valor de la literatura como una ventana al mundo.
Desde 1939 retoma a autores que iniciaban en la escritura y hoy son considerados clásicos debido a que su estilo y narrativa han perdurado a lo largo de los años.
La Biblioteca de París retrata a personajes de tal forma que los hace ver como reales con defectos y fortalezas al enfrentar una guerra.
El libro explica cómo ocurrió la ocupación alemana en París y cuáles eran los libros prohibidos por los alemanes, bajo mandato de Adolf Hitler.
La Biblioteca Americana de París fue uno de los recintos culturales que permaneció abierto prácticamente desde el inicio hasta el fin de la guerra a pesar de la suspensión de muchos de sus trabajadores quienes eran de origen judío.
Una de las misiones de la biblioteca fue enviar libros a soldados apresados y también a judíos quienes ya no podían salir de sus casas por el temor a ser detenidos.
Entre los archivos que se encontraron en la Biblioteca hallaron cartas de agradecimiento de militares quienes expresaban su aprecio hacia las personas quienes enviaban los libros y de esta forma les brindaron la oportunidad de salir de sus celdas para transportarse a un buque submarino, una isla desierta, un castillo en Transilvania y demás rincones del mundo descritos por los libros y a los que solo es posible llegar a través de la imaginación como vía de escape.
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