La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha logrado terminar con el robo de hidrocarburos o huachicol, como se le conoce popularmente. Los últimos reportes de Petróleos Mexicanos (Pemex) indican que en el primer semestre de 2021 se identificaron 32% más tomas clandestinas que el año pasado.
Un reporte realizado por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal y la Red de Observatorios Ciudadanos, a través de solicitudes de información a Pemex, indica que entre enero y junio de 2021, se identificaron 5 mil 289 tomas clandestinas en el país, siendo Hidalgo, Puebla y el Edomex las tres entidades más afectadas.
Asimismo, las cifras de Pemex reportan que entre enero y julio de 2021, se perdieron más de 174.9 millones de pesos por huachicol. En comparación, durante todo el año de 2020 el daño se calculó en 177 millones de pesos.
AMLO contra el huachicol
Una de las primeras acciones del gobierno de López Obrador fue la lucha contra el robo de combustibles. Elementos del ejército y la Guardia Nacional fueron desplegados en la zona central de México y el bajío, en los estados de Hidalgo, Puebla, Estado de México y Guanajuato, especialmente, para frenar las tomas clandestinas.
Los operativos causaron escasez de gasolina en el país. Sin embargo, los resultados no fueron tan grandes tras el primer año del gobierno de AMLO.
En 2018, el último año de la administración de Enrique Peña Nieto, Pemex reportó 14 mil 910 tomas clandestinas. Para 2019, con López Obrador concluyendo su primer año del sexenio, se cerró con 13 mil 129.
Ese mismo año, el gobierno de AMLO enfrentó su primera catástrofe: la explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo. La tarde del 18 de enero 2019, cientos de personas se reunieron en una toma clandestina para robar combustible, incluidos mujeres y niños.
Al cabo de unas horas, un chispazo provocó una gran explosión que terminó de más de 130 personas. Habían pasado apenas dos semanas desde que el gobierno de AMLO había implementado los operativos contra el huachicol.
Del mismo modo, ese año se reportaron otras explosiones en Chiapas, Puebla y Guanajuato. Para reforzar la vigilancia en los ductos de Pemex, la Marina también fue requerida para resguardar las zonas de ductos.
Con la pandemia de Covid-19, ya entrado el año 2020, el huachicol bajó. El número de ductos ordeñados cerró en 11 mil 022, nuevamente hubo una ligera reducción, registrada especialmente luego de la primera ola de coronavirus en México.
De enero a junio de 2020, cuando todavía la pandemia de Covid-19 apenas estaba en su primera etapa en México, el número de tomas clandestinas había crecido casi 10%, respecto al mismo periodo de 2019.
Fue en el periodo julio-diciembre 2020, cuando la segunda y tercera ola de Covid-19 afectaron al país que el robo de hidrocarburos comenzó a bajar.
Para 2021, el huachicol se está recuperando. En la Ciudad de México, en la alcaldía Azcapotzalco, se encontró una de las tomas clandestinas más grandes que se hayan identificado en la capital.
En marzo de este año, se detectó una toma clandestina de “tamaño industrial” que había estado operando por varios años en Ecatepec, causando perdidas millonarias a Pemex. El día del operativo se encontraron al menos 250 contenedores con capacidad para mil litros cada uno.
Recientemente, en el mes de septiembre, en una bodega también de Ecatepec encontró otra enorme toma clandestina. Fue debido a una fuga que las autoridades tuvieron conocimiento de ella.
El robo de gas LP también reportó crecimientos de 20% más que el año pasado. De acuerdo con los informes de Pemex, Hidalgo es el estado que más se ha visto afectado por el huachicol durante este año, con más de 2 mil 244 tomas identificadas.
Pero es Puebla la entidad en la que los huachicoleros le han ganado terreno al gobierno de AMLO. En el primer semestre de 2020, había 168 tomas clandestinas reportadas. En 2021, hubo mil 081 y el número sigue creciendo.
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