Problemas para respirar, pérdida del sentido del gusto, cansancio y dolor muscular son algunas de las secuelas que padecen las personas que en algún momento se contagiaron de Covid-19, sin embargo, en este mes surgió otra afección en México que ha sido relacionada con el virus: la mucormicosis provocada por el hongo negro.
El pasado 2 de junio, Gregorio Avendaño Jiménez, un joven de 34 años que había tenido coronavirus, fue internado en el Hospital General de Zona 71 por desarrollar mucormicosis, una enfermedad cuyo principal síntoma es la aparición de manchas que se esparcen por todo el cuerpo e incluso llegan a órganos como el pulmón hasta causar la muerte.
El hongo negro no es algo nuevo —tanto así que las expertas de la UNAM calculan que en México ha habido más de 10 mil casos en los últimos 12 o 15 años—, pero se ha dado a conocer más a raíz de la pandemia. Sobre todo en la India medios de comunicación internacionales como la BBC han dado a conocer que más de 12 mil personas que tuvieron el coronavirus han desarrollado mucormicosis.
En el caso de México, apenas se registrado el caso de Gregorio Avendaño, quien murió cinco días después de que se dio a conocer su diagnóstico, y las autoridades de Oaxaca informaron esta semana que en el Hospital Regional de Alta Especialidad del estado hay dos personas con sospecha de esta enfermedad.
Según especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el hongo negro es de un tamaño microscópico, tiene forma de pelusa y se forma en la comida que está en proceso de descomposición. De igual forma, advierten que este hongo se aprovecha de las personas que tienen bajas las defensas o que tienen padecimientos como diabetes, cáncer avanzando u otros males inmunosupresivos.
Te podría interesar: Covid-19. México registra un incremento de casos en los últimos días
Laura Castañón Olivares, investigadora de la Unidad de Micología del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, incluso ha dicho que por el perfil de personas que se ven afectadas por el hongo negro no sería raro que más mexicanos puedan padecer mucormicosis en el futuro.
“Si consideramos que en México abundan los pacientes diabéticos descompensados y, según las estadísticas, muchas personas que padecen o han padecido Covid-19 son diabéticas, no sería raro que se multiplicaran los casos de mucormicosis en nuestro país”, dijo la experta esta semana.
Mientras que Edith Sánchez Paredes, del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explicó esta semana que los hongos negros tienen esporas que pueden ser aspiradas o se pueden pegar en heridas en la piel, lo cual es suficiente para que una persona se infecte y desarrolle el mucormicosis.
La especialista de la máxima casa de estudios ahondó en que la mortalidad del hongo negro puede ser hasta del 90 por ciento en los pacientes, sobre todo si la enfermedad no es detectada y tratada a tiempo.
Hongo negro y Covid-19, ¿cuál es su relación?
Chile es otro país que a finales de mayo registró su primer caso de hongo negro y expertos de la Universidad de Chile se dieron a la tarea de explicar en qué consiste esta afección.
Marcelo Wolff, académico del Departamento de Medicina Interna Adultos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explicó que los pacientes con diabetes, trasplantados, con cáncer grave o personas con defensas bajas pueden desarrollar esta enfermedad.
Te podría interesar: Investigadores del IPN proponen tratamiento con algas para prevenir Covid-19
En este sentido, el doctor Wollf señaló que uno de los efectos del Covid-19 es la disminución de las defensas, por lo que el hongo negro puede desarrollarse en los pacientes que se contagiaron. Además, mientras tienen coronavirus, algunas personas reciben tratamientos con corticoides u otras medicinas que debilitan las defensas del cuerpo.
Rosio Castañón Olivares, de la UNAM, ha explicado también que para atender esta enfermedad se debe suministrar Anfotericina B que en algunas ocasiones se acompaña de Fluconazol. También se puede realizar limpieza quirúrgica para retirar el tejido muerto.
Y aunque en algunas ocasiones esta enfermedad puede curarse, también podría dejar secuelas por las que una persona pierda uno o dos ojos.