Este fin de semana Bárbara de Regil se convirtió en tendencia por emitir comentarios racistas a través de sus redes sociales.
En esta ocasión se trató un fragmento de los videos que comparte diariamiente, en el que comienza a modificar los filtros de su cámara hasta que aparece uno que oscurece su piel. Ella se queja por verse de ese modo “¡Ay qué prieta! ¿Noo! ¡Qué feo!” dice antes de modificar el filtro y continuar con su rutina de ejercicios.
Este incidente sucede a una semana del inicio de las protestas en todo el mundo por la muerte de George Floyd, el hombre afroamericano que fue asesinado por un por un policía blanco tras haber sido detenido sin razón y sin oponer resistencia.
Este evento ha logrado visibilizar la discriminación por motivos del color del piel en todo el mundo, decenas de países de han unido a las protestas en contra del racismo.
Pero detrás del comentario de Bárbara de Regil, hay una serie de tendencias en redes sociales y aplicaciones que durante años han sido criticadas por llevar a cabo prácticas que fomentan el colorismo, especialmente entre menores de edad.
Desde 2017, cuando comenzó a popularizarse la aplicación Snapchat, su función más popular entre los usuarios fue el uso de filtros para modificar la fisonomía. Mientras algunos ofrecían imágenes divertidas, como orejas de perro, otros llamaron la atención por resaltar rasgos físicos que corresponden con el canon de belleza occidental: blanqueamiento de la piel, ojos más claros y brillantes y cambios en la forma de la nariz, los labios y el rostro.
La editora de Huffington Post en Sudáfrica, Shandukani Malaudz, realizó un experimento que consistió en probar diferentes filtros y analizar las diferencias que observó en su cara. En su mayoría los filtros aclaraban su piel, hacían que sus ojos se vieran más brillantes, los labios rosas y las mejillas enrojecidas, algo que no corresponde con sus rasgos.
Estos cambios en filtros son similares a las prácticas utilizadas por revistas e industria de la moda que a menudo realizan blanqueamiento o modificaciones a fotografías de celebridades para eliminar imperfecciones y adelgazar partes del cuerpo, lo que crea expectativas poco realistas de perfección.
“Los filtros de Snapchat refuerzan estándares de belleza falsos que no deberíamos dejar pasar. Tenemos que seguir hablando de ellos hasta que la norma de usar maquillaje y filtros sirva para resaltar nuestras características, no para minimizarlas” mencionó en su artículo.
Snapchat no ajustó los filtros a pesar de haber sido criticada por racismo. Morgan Renkins escribió en Raked, que la solución no necesariamente es eliminar los filtros por completo, sino hacerlos más cómodos con las personas de color: “Cuando los filtros de Instagram iluminan los tonos de piel, esos cambios tienen implicaciones raciales y culturales”.
También te puede interesar: Lana del Rey contra el falso feminismo de la industria musical
El debate sobre el “colorismo” revivió el pasado abril, cuando surgió una tendencia en Tik Tok que consistía en utilizar un filtro para oscurecer la piel, simulando tener los rasgos de personas de color.
Los jóvenes originarios de la India que siguieron esta tendencia, se grabaron a sí mismos con la piel oscurecida llorando, en la siguiente escena mostraban que en realidad se trataba de un filtro y “se alegraban” porque su piel en realidad no era de ese tono.
La mayoría de los videos que siguieron la tendencia fueron borrados por promover el colorismo, es decir, la idea de que la piel blanca es “buena” mientras que no es aceptable tener la piel oscura.
En el mismo país, la India inició un debate porque actrices e influencers que representan al país en todo el mundo iniciaron una campaña para promover productos que blanquean la piel. La campaña asociaba un cutis bello, perfecto e impecable con tonos claros, aunque los productos que ofrecen estos resultados, dañan visiblemente la piel, de acuerdo con NBC.
Este tipo de información puede resultar perjudicial especialmente para adolescentes y niñas que reciben el mensaje de que su tono de piel “no es aceptable” o no es hermoso por no responder a los estándares occidentales.
Por esta razón, Michelle Gove sugiere a través de su artículo en Media Girls, hablar con los niños sobre este tipo de información y mostrarles notar que es posible sentirse hermosos y cómodos a pesar de no tener las características que los filtros intentan exaltar.
Una de las cuestionar para ellos es preguntarse cuáles son las implicaciones de sentirse más atractivo o más seguro con ojos azules, nariz más pequeña y piel más clara.
Para romper las ideas que promueven que la piel y el cabello liso son “mejores” es necesario que los niños aprendan que está bien tener características diferentes, aun si estas no corresponden con las imágenes que se ven con más frecuencia en medios de comunicación.
También te puede interesar:
El problema de que le llamemos “héroes” a médicos y enfermeras