El planchado de senos es una práctica que consiste en evitar hacer crecer los senos de las niñas con la intención de que no resulten atractivas para los hombres.
Esta costumbre es originaria de África Occidental pero también se ha extendido a algunos países de Reino Unido gracias a los africanos que se han trasladado a residir a ese territorio llevando consigo mencionada práctica.
La Organización Nacional de las Naciones Unidas ha definido al planchado de senos como “la práctica dolorosa de masajear o golpear los pechos de las niñas con objetos calientes para suprimir o revertir el crecimiento de éstos”.
Esta organización ha calificado a dicha costumbre como una de las violencias contra la mujer menos documentada en el mundo. Diversos informes han mencionado que, al menos, 3,8 millones de adolescentes africanas han sido sometidas al planchado de senos, sin embargo, aún no existen datos exactos debido a que este es un asunto tabú que se realiza en secreto dentro de los hogares, en intimidad de la relación madre e hija.
Los objetos más utilizados para realizar esta tortura son piedras lisas, palos de escobas, espátulas, vendajes de compresión e incluso cinturones. Su finalidad radica en lograr que los pechos de las adolescentes no llamen la atención para así, evitar que los hombres se sientan atraídos por ellas, creyendo que, de esta manera, se retrasará el inicio de la vida sexual de las mujeres, se prevendrá el acoso y los embarazos no deseados. No obstante, en los últimos datos registrados por el Fondo de la Población de la ONU, en África Occidental, el 30% de las mujeres quedan embarazadas antes de los 18 años, pese a la práctica del aplanado de senos.
Betty Codjie, una mujer de 25 años que estudia y trabaja como encargada de redes sociales en una empresa de comunicación digital, quien en su adolescencia comenzó a pasar por este martirio, pero no dejo que concluyera; expresó para The Trust Project (un consorcio internacional de medios de comunicación) que, no cree que exista una relación entre la prevención de embarazos no deseados y el planchado de senos. Mejor planteado, esto tiene que ver con la falta de acceso a la información sexual y los métodos anticonceptivos, ya que aún es mal visto tener sexo si se trata de una mujer soltera.
A esto, Codjie agrega que, el planchado de senos, en muchos casos presenta problemas físicos y psicológicos. Los primeros pueden ser: dolores intensos, quistes, abscesos, cicatrices, daños en los conductos de leche, fiebres, quemaduras, deformaciones. Mientras que, desde el punto de vista psicológico, se producen sentimientos de baja autoestima y la creencia, entre las niñas, de que nunca deberían desarrollar sus senos.
Por su parte, el Gobierno de África, en 2015, incluyó una disposición en su Código Penal para desalentar esta tortuosa práctica estableciendo que, aquel que interfiera de cualquier forma, en el desarrollo de un órgano, podrá ser castigado con prisión de seis meses a cinco años más una multa económica que va de los 170 a mil 700 dólares. Pero al parecer aún no se aplica ya que varias personas continúan ejerciendo esta tortura libremente sin que tengan alguna sanción.
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