Estela Lázaro, de Tabasco, dirige a un grupo de mujeres llamadas Embajadoras del Cacao.
Son aproximadamente 10 quienes siembran este fruto, lo convierten en barra, polvo, dulce y otros derivados.
Desde hace 5 años se dedican a conservar el cacao. Gracias a esta tradición, sus productos han llegado a Europa.
El anís, pimienta, achiote y canela se mezclan en el metate, conforme se muelen. El olor a cacao impregna La Campesina, la hacienda cacaotera dirigida por Estela.
Recibe a sus visitantes un frondoso árbol y una abundante vegetación en la que predominan frutos de achiote, mango y pencas de plátano.
En este lugar experimentan todas las maneras de hacer y preparar el cacao en su forma entera y pura, conservando el trabajo artesanal para llevarlo no solo a estados del país, sino también a Bélgica, Berlín e Italia.
“Además de mi papá, me inspiró mi abuelito paterno y de alguna manera me inculcó el cariño con el que trabajan en mi familia”, recuerda Estela.
En México, sólo 11 de cada 100 mujeres se dedica a la agricultura, según datos del Inegi. Su estudio más reciente indica que en Tabasco, el 43% realiza actividades relacionadas con el comercio, en contraste con los hombres que en el estado el 57% se dedica al mismo rubro.
Cada una de Las Embajadoras tiene tareas definidas, Estela se dedica más a la producción y otras decoran y envuelven los dulces de cacao, cocinan o atienden a los visitantes de la hacienda.
El grupo está conformado por mujeres porque la mayoría son descendientes de productores de cacao quienes se dedicaron a esto hace muchos años, al igual que el padre y el abuelo de Estela.
“Queremos continuar con la tradición cacaotera y que así nuestros hijos, quienes también colaboran con nosotros, conserven esta cultura de mantener los frutos de la tierra”, añade.
Uno delos objetivos del proyecto es el empoderamiento de las mujeres para que ellas también puedan empezar un pequeño negocio.
Tabasco es la principal entidad productora de cacao con el 66%, seguido de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz, de acuerdo con datos de la organización Cacao México.
Nuestro país ocupa el onceavo lugar, con 22 mil toneladas al año. Actualmente se importa el 50% del cacao de México.
En La Campesina reutilizan el mucílago de cacao, una pulpa blanca y gelatinosa con toque ácido. Antes no era aprovechado y lo tiraban, hasta que hicieron una bebida llamada guarapo.
Fueron ellas quienes lo extrajeron e hicieron pruebas. Así mantienen la cultura de usar todo de la naturaleza y cada una de las partes del cacao.
El mucílago lo hacen en congeladas, frappé, raspados y mermelada que equivalen a 70 kilos, lo venden de forma local y con envíos a estados cercanos.
Con las semillas que sobran hacen aretes y pulseras para vender en Comalcalco y son realizadas a mano por las mujeres de la hacienda.
Además de Las Embajadoras, Estela recibe a los Niños Exploradores del Cacao. A ellos también les enseña el proceso para que con este ejemplo cuiden el medio ambiente.
A La Campesina llegan turistas nacionales y extranjeros, interesados en saber cómo es el proceso de elaboración del chocolate.
Además de exportar cacao al mundo, la hacienda recibió el distintivo G por parte del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) por ser un establecimiento adaptado a las necesidades de personas de la tercera edad.
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