Salomón Jara, gobernador electo de Oaxaca, fue quien se llevó una de las victorias más aplastantes (60% del total de votos) entre las seis gubernaturas en disputa en estas elecciones 2022.
Sin embargo, muy poco se habló de este triunfo. ¿La razón? Nadie esperaba que ocurriera lo contrario. En cambio, Morena estuvo más cerca de lo que las encuestas proyectaron de perder Tamaulipas, mientras quedó más lejos de lo calculado en Durango y Aguascalientes.
En Quintana Roo e Hidalgo el triunfo también fue holgado a favor del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero hay una diferencia esencial entre el candidato Salomón Jara y otros cinco aspirantes de Morena: la afinidad con el Presidente.
Mara Lezama y Nora Ruvalcaba, de Quintana Roo y Aguascalientes, respectivamente, tampoco son extrañas al movimiento de la “Cuarta Transformación”. Aun así, en términos de trayectoria, la comunicadora y virtual gobernadora electa de Quintana Roo ha acompañado a López Obrador apenas desde 2015, como candidata a la alcaldía de Benito Juárez. Ruvalcaba sí tiene raigambre morenista y en ya era miembro del PRD cuando el hoy presidente todavía militaba en aquel partido; sin embargo, no es la primera vez que su candidatura fracasa.
Jara, mientras tanto, es el único triunfador que caminó junto con AMLO “en las buenas y en las malas”, cuando el ahora presidente había sido defenestrado de sus aspiraciones políticas en 2006 y 2012. No sólo eso: junto con el tabasqueño, está entre los pocos morenistas que pueden presumir de una trayectoria meramente de izquierda.
Américo Villarreal, de Tamaulipas; Julio Menchaca, de Hidalgo, y Marina Vitela, de Durango, son, por el contrario, priístas de cepa, recién convertidos al morenismo. Es decir, así como les convino acercarse al Presidente en esta ocasión, bien podrían aliarse con otras siglas en el futuro, si con ello mantienen su sobrevivencia. Tomaron prestada la bandera guinda, pero difícilmente pueden considerarse parte central del movimiento encabezado por AMLO.
La posición única de Salomón Jara hacia 2024
A partir de ahora, el gobernador electo de Oaxaca será crucial para el futuro político inmediato del país por las siguientes razones:
1. Será el mayor centro de gravedad de los gobernadores ante la Federación. Conocida su cercanía y afinidad política con el Presidente, ¿qué otro mandatario estatal podría asumir liderazgo de un grupo tan heterogéneo como el de los gobernantes estatales morenistas? Otros como Cuitláhuac García podían hacer gala de familiaridad con López Obrador; pero dados los resultados de sus gestiones, carecen de autoridad moral.
2. No todos los gobernadores pesarán igual frente a la madre de todas las batallas, la elección presidencial, en 2024. Durante los comicios federales, con apenas dos años de gestión, Salomón Jara estará en el cénit de su mandato, y contará, además, con las riendas consolidadas de uno de las entidades más grandes del país. Los votantes oaxaqueños conforman más del 3% del electorado total del país, una cantidad muy relevante en una contienda cerrada.
3. Por las razones anteriores, los aspirantes presidenciales de Morena buscarán el favor de Salomón Jara como requisito para la consolidación de sus aspiraciones. Nadie influye tanto en AMLO como para definir su selección de candidato; sin embargo, ninguno de los actuales aspirantes tiene el arrastre social del presidente. Desde Sheinbaum hasta Marcelo, quien quede necesitará el apoyo de Oaxaca.
En suma, el triunfo de Jara no fue el más llamativo en estas elecciones 2022, pero sí será el de mayor incidencia en el escenario político nacional de los próximos dos años. Se verá pronto.
Morena “borra” al PRD de Durango, Hidalgo, Quintana Roo y Tamaulipas