Más de 18 mil presos de las penitenciarías del Estado de México trabajan día a día para aprender un oficio que ayude a su reinserción social al cumplir con sus condenas. Los ciudadanos también pueden ayudarlos comprando productos que ellos fabrican.
Los reclusos se inscriben a estos talleres con la esperanza de autoemplearse al salir de la cárcel y no tener que delinquir de nuevo. Esto es posible porque diferentes empresas del Edomex, como maquiladoras o asociaciones civiles, los capacitan de acuerdo a las necesidades que ellos mismos tengan.
Por ejemplo, si una fábrica de muebles necesita apoyo para armar sus productos, pueden enseñarle a los presos el oficio de carpintería y darles empleo remunerado dentro de la cárcel. Así los internos aprenden a trabajar la madera que después les servirá para emprender proyectos propios.
Entre los productos que se fabrican dentro de las penitenciarías están muebles, artesanías, balones de fútbol, pelotas de tenis, ropa, figuras de foamy, además se lleva a cabo actividades como armado de cubrebocas y pinzas, reciclado de plástico, trabajos de herrería y estructuras metálicas.
El salario que obtienen por su trabajo se puede entregar directamente a sus familias. Los productos son puestos a la venta en exposiciones realizadas por el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México o en las tiendas Casart ubicadas en:
Tollocan: Paseo Tollocan No. 700, Col Izcalli Ipiem.
Teotihuacán: Museo Quetzalpapalotl, Av. Cuauhtémoc, No. 20 Col. Centro.
Valle de Bravo: Centro Regional Cultural “Joaquín Arcadio Pagaza” Fray Gregorio Jiménez de la Cuenta S/N Col. Santa María Ahuacatlán.
Ixtapan de la Sal: Av. Benito Juárez No. 60, Col. San Gaspar.
Lerma: Isidro Fabela Esq. 5 de mayo, col. La Estación.
Tenancingo: Quiosco del Jardín Morelos Av. Morelos s/n, col. Centro.
Tonatico: Plaza Constitución No. 6 Barrio de San Sebastián.
De igual forma, los reclusos pueden optar por inscribirse a cursos técnicos para la elaboración de yogurth, pan, confitados, mermeladas, shampoo, gel, jabón, talco, pasta dental, etc., los cuales son realizados por empresas privadas en colaboración con la Profeco y el Sistema Penitenciario.
Otros oficios que se les enseñan son plomería, carpintería, reparación de electrodomésticos, computación, corte de cabello, confección de textiles, entre otros que son impartidos por el Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo Industrial, la Escuela de Artes y Oficios y el CECATI.
La industria penitenciaria del Edomex se originó en 1968 con el Sistema Progresivo Técnico, cuyo objetivo es dotar de herramientas laborales que ayuden a la readaptación social de los presos. Actualmente 35 empresas, forman parte del programa y en 2018 fueron 18 mil los reclusos que participaron en estas actividades.