Jeffrey Epstein, un financista multimillonario acusado de tráfico sexual, planeaba desarrollar una raza humana mejorada utilizando inteligencia artificial e ingeniería genética, de acuerdo con una publicación del New York Times.
En 2008, Epstein fue condenado por tráfico sexual; después de cumplir su sentencia, esperaba sembrar la raza humana con su ADN embarazando a distintas mujeres en su rancho de Nuevo México, una de sus propiedades donde presuntamente abusó sexualmente de jóvenes, incluidas menores de edad.
Aunque existe poca evidencia de que su proyecto haya pasado de la fantasía a una realidad, científicos reconocidos, incluido el fallecido Stephen Hawking, asistieron regularmente a cenas, almuerzos y conferencias celebradas por este hombre multimillonario.
Entre otros científicos destacados con los que Epstein tuvo contacto fueron: el físico Murray Gell-Mann, quien ganó el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de la partícula cuark; el paleontólogo y biólogo evolutivo, Stephen Jay Gould; el neurólogo y autor Oliver Sacks; a George M. Church, ingeniero molecular que ha hecho trabajo para identificar los genes que, de ser modificados, crearían humanos “superiores”, y al físico teórico Frank Wilczek, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y también premio nobel.
Los planes de Epstein en torno a crear su propia raza humana comenzaron a suscitarse a principio de la década de los 2000. Su objetivo era usar su rancho de Nuevo México como una base en donde 20 mujeres fueran inseminadas, al mismo tiempo, con su esperma para posteriormente dar a luz a sus bebés y así iniciar una nueva generación de personas.
Este campo de estudio científico que tiene como objetivo mejorar a la población humana mediante el uso de tecnologías como la modificación genética y la inteligencia artificial, se le denomina transhumanismo.
De acuerdo con la publicación de Times, realmente no se sabe si la “amistad” de todos estos científicos se basaba en el interés del proyecto y puntos de vista de Epstein o en su multimillonaria fortuna, debido a que diversos proyectos fueron o estaban a punto de ser financiados por este neoyorkino.
Epstein nunca escondió su interés en la modificación genética ni su pretensión por preservar su ADN. En una ocasión, celebró un almuerzo en el Programa de Dinámica Evolutiva de Harvard, proyecto que financió con una donación de 6.5 millones de dólares. Y en 2011, donó 20 mil a la Asociación Mundial Transhumanista Mundial cuya meta es influir en una nueva generación de pensadores que se atrevan a concebir un avance en la humanidad.
Sin embrago tras ser acusado y sentenciado por abuso sexual y tras volver a ser detenido por encontrarle pornografía infantil en su mansión, tanto la comunidad científica, social y todo aquel que tuvo una relación con él, prefieren olvidar que alguna vez tuvieron alguna asociación con Epstein.
Otras amistades poderosas de Epstein
Al parecer, en la competitiva vida social de élite de Estado Unidos donde las amistades son un atractivo más, todos querían ser amigos de Jeffrey Epstein. Lo describían como una mente brillante, mago de las finanzas, guapo, encantador, divertido además de que era dueño de una de las mayores mansiones de Manhattan, donde las fiestas eran “increíbles”. Pero aparte, también era un depredador sexual, situación que, en su momento, no importó demasiado al círculo social con el que se rodeó donde había expresidentes, futuros presidentes, magnates millonarios y hasta miembro de la realeza; entre los que destacan: Bill Clinton, Donald Trump y el Príncipe británico Andrés York.
Tras dejar la presidencia norteamericana, Bill Clinton creó la Fundación Clinton, la cual trabaja en asuntos de salud global, bienestar, cambio climático, desarrollo económico y el mejoramiento de las oportunidades para mujer y niñas, en donde Epstein donaba millones de pesos a las causas además de qué le prestaba sus pertenencias, como un jet privado, al expresidente para que el usará como quisiera.
“Conozco a Jeff desde hace quince años, es un tipo formidable”, declaró Trump a la revista New York, en 2002. El ahora presidente de los Estados Unidos era muy amigo de Epstein, siempre estaba presente en todas las fiestas que él realizaba, incluso hay fotografías que evidencia dicha situación. Ahora, después de darse a conocer a la luz pública que Epstein es un depredador sexual, Trump ha dicho que perdieron su amistad hace mucho tiempo.
Y otro de sus amigos poderosos, habitual en sus fiestas es el Príncipe Andrés, duque de York, a quien una de las acusadoras de Epstein, Virginia Giufree, aseguró que le obligaron a tener relaciones sexuales con el miembro de la realeza; acusación que se niega totalmente en la Corona Británica.