Los profesores de arquitectura Ronald Rael y Virginia San Fratello, colocaron tres ‘sube y baja’ en el muro fronterizo para hacer conciencia sobre los efectos causados por la política migratoria.
En una entrevista realizada por CNN, el profesor de la Universidad de Berkeley, Ronald Rael dijo que: “La idea del ‘sube y baja’ sugiere que la frontera es un punto de apoyo para las relaciones entre Estados Unidos y México y la construcción del muro corta esas relaciones”.
El objetivo del proyecto fue demostrar que pobladores de ambas naciones podían convivir de manera pacífica si existiera la infraestructura y políticas necesarias.
La intervención se llevó a cabo el domingo 29 de julio en la parte del muro que divide el poblado de Anapra en Ciudad Juárez, Chihuahua y Sunland Park, perteneciente a Nuevo México.
Por más de dos horas, personas de ambos lados de la frontera convivieron en torno a los balancines y jugaron libremente aún con la presencia de elementos militares.
“El ‘sube y baja’ demuestra cómo esas relaciones inmediatas entre las personas pueden crear un ambiente donde la felicidad y el juego también son aspectos importantes de la vida en la frontera”, dijo Rael en su entrevista para CNN.
Estos juegos se construyeron en un taller de Ciudad Juárez con apoyo del colectivo mexicano Chopeke, quienes también ayudaron a la organización de la actividad.
Según explica Rael, los ‘sube y baja’ se pintaron de color rosa para concientizar sobre los feminicidios ocurridos en Chihuahua.
Además, este color contrasta con el del muro y, de acuerdo con los creadores, cuando se observa desde una vista aérea, se puede interpretar como ‘puntos de sutura a la herida que causa el muro entre ambos países’.
En otra entrevista publicada en el periódico El País, Ronald Rafael hizo énfasis en que el muro fronterizo comenzó a construirse antes de la presidencia de Donald Trump, pero que él lo ha utilizado como parte fundamental de su campaña.
“Este no es el muro de Trump, es un muro que existe desde mucho antes que él y deberíamos aprender las lecciones para no repetirlo en el futuro y hacer todo lo posible para reparar el daño que ha causado”.
El proyecto forma parte de una serie ideas recopiladas en un libro Borderwall as Architecture: A Manifesto for the U.S.-Mexico Boundary, en el cual Rael propone intervenir los 900 km del muro con diferentes instalaciones que promuevan la amistad entre los pobladores de las zonas fronterizas.
Los planos originales, fotografías y videos de la intervención se exhiben actualmente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo de Arte Moderno de San Francisco.