Como parte de la celebración del Día de Muertos es esencial la comida que se pone en la ofrenda y también los platillos para preparar.
Estos son algunos de los platillos típicos mexicanos característicos de esta época, los cuales pueden ser dulces o salados.
Además también se puede agregar en la ofrenda alguna otra comida que le gustara a los difuntos a quienes se les está ofreciendo el altar.
Tamales
Los tamales no pueden faltar en una ofrenda típica mexicana debido a que hay distintas variedades con las que se pueden deleitar a los difuntos.
Las variedades también varían según la región y se dividen en dulces, salados o con picante. Los típicos son de rajas, frijoles, chiles, pollo, mole verde y demás ingredientes según el gusto.
Los característicos son el zacahuil en la huasteca potosina e hidalguense junto con las corundas y uchepos de Michoacán.
Mole
Este platillo se usa prácticamente en cualquier época del año por lo que el Día de Muertos no es la excepción.
Es un ícono de la gastronomía mexicana que también se adapta a distintas regiones del país. El platillo se usa como un símbolo de fiesta y por eso es elemental en el reencuentro de vivos y muertos.
El mole se acompaña con arroz por lo que no puede faltar este complemento para dejarlo en el altar de muertos.
Atole de calabaza
El atole lleva este ingrediente especial debido a que también es característico de la época. La preparación es rápida, con 5 minutos.
La preparación también depende de cada estado de la República. De acuerdo con Larousse Cocina, en Chiapas se hace con pulpa de calabaza seca y hervida hasta que se espese.
En Hidalgo solo se hace con agua, masa de maíz y piloncillo. Quintana Roo lo prepara con maíz hervido con calabacitas que se muelen y se agregan al agua hasta que se espesa y se le agrega miel de abeja o azúcar.
Pan de Muerto
Puede ser utilizado como postre y también tiene un lugar especial en la ofrenda. La decoración varía según el estado de la República pero su forma es redonda y está decorado con trozos de masa para representar un cráneo y los huesos.
Dulce de calabaza
También es uno de los postres característicos de la ofrenda y en algunas regiones del país acostumbran servirlo en un plato de barro.
El dulce se hace con calabaza de castilla que es más grande y con cáscara dura aunque también sirve la de color naranja.
La calabaza se corta en triángulos y se pone a cocer en una olla junto con piloncillo, canela y guayaba.
Estos son los ingredientes esenciales y aromáticos que le darán esta característica dulce. Se puede comer la cáscara o también dejarse a un lado.
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