Probablemente alguna vez te has encontrado con los Cara de Niño, unos impresionantes insectos similares a las hormigas que aparecen sobre todo en los meses de lluvias en cualquier parte de la Ciudad de México.
Pero si encuentras en tu jardín un Cara de niño, no lo mates, pues al igual que otros insectos son importantes para el ecosistema.
De acuerdo con la revista ¿Cómo Ves? UNAM, no se consideran plagas y tampoco aparecen muchos juntos. Se alimentan de plantas vivas y muertas así como de raíces, como la mayoría de los grillos. Al igual que los grillos, producen ruidos, pero a diferencia de éstos sus largas patas traseras no están adaptadas para dar saltos.
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A menudo personas recomiendan matarlos para que no “piquen” o muerdan a los niños pequeños, esto rara vez sucede. Estos bichos son cercanos a los chapulines, grillos e insectos hoja, por lo que al igual que estos, son inofensivos.
Los Stenopelmatus fuscus, el nombre científico de los Cara de Niño, pueden llegar a medir hasta 5 centímetros y adquieren este nombre debido a que se cree que en su abdomen tienen una figura que asemeja la cara de una persona.
En México los conocemos como Cara de Niño, pero en otras regiones de Norte América se les conoce como Grillo de Jerusalén.
¿Qué hacen los Cara de Niño?
Si encuentras uno de estos insectos en tu casa, este intentará alejarse de ti en vez de hacerte daño.
La organización Mundo Patitas explica que puedes intentar reubicarlo colocándolo en un lugar seguro y apropiado para él, como un jardín, patio o dentro de una maceta.
Contrario a la creencia popular, los cara de niño no son venenosos. Pueden emitir un olor desagradable, que es molesto para algunas personas, pero esto no ocasionará ningún tipo de daño.
La razón por la que pueden causar temor, además de su gran tamaño, es que pueden infligir una mordedura dolorosa. Aunquine esto rara vez ocurre a los seres humanos.
Uno de los mitos más difundidos sobre los Cara de Niño es que son “muy venenosos” e incluso pueden matar a personas, especialmente a los niños pequeños. Esto es falso.
Los cara de niño no tienen veneno, ni aguijón, ni glándulas venenosas por lo que no pueden causar daños a los seres humanos.
¿En dónde encontrar los Caras de Niño?
Los Cara de Niño pasan la mayor parte de su vida bajo la tierra húmeda, en madrigueras que cavan con sus mandíbulas y que pueden extenderse hasta a 25 cm de profundidad.
Salen a buscar pareja por las noches y en los meses de la temporada de lluvias es común verlos porque salen al inundarse sus madrigueras.
Sus hábitos excavadores son benéficos, pues ayudan al crecimiento de las plantas gracias a que remueven la tierra permitiendo la oxigenación del suelo
La bióloga Alejandra Alvarado Zink, a través de un artículo en el Correo del Maestro, explica que el grupo de los insectos es el que posee mayor diversidad de especies. Pero la mayor parte de estas especies son desconocidas para el común de las personas. Por lo cual les despiertan temor y ello provoca que se les mate sin razón.
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