Alexander López, un joven de 24 años residente del Estado de Nayarit, sabía que su vida peligraba ya que durante varios meses había recibido llamadas telefónicas cargadas de amenazas de muerte a causa de una pelea por unas tierras que poseía.
La disputa por los terrenos en zonas de Nayarit se ha vuelto algo extremadamente peligroso, por ello, el joven junto a un grupo de personas decidió acudir al Gobierno Federal. Al no obtener respuesta, en una visita a Bahía Banderas, realizada en mayo por el presidente Andrés Manuel López Obrador, un puñado de habitantes, liderados por el Alexander López pidieron apoyo directamente al mandatario. “Te voy a ayudar, ve con el gobernador, te va a atender mañana”, expresó Amlo. “Mañana yo voy”, responde él. Sin embargo, el apoyo de ninguna parte del Gobierno mexicano llegó. Y a los cinco días de su conversación con López Obrador, el muchacho de 24 años desapareció.
De acuerdo con Francis Vázquez, la abuela del hoy desaparecido, todo sucedió entre el 12 y 17 de mayo de este año. Después de las palabras del presidente mexicano, López junto a su esposa y madre se presentó el lunes 13 a la oficina de Antonio Echeverría, gobernador de Nayarit. No los recibieron y lo único que les dijeron fue que los citaban para dentro de 15 días.
Francis Vázquez recuerda que ese miércoles, su nieto le comentó que durante esa semana las intimidaciones continuaron, pero ahora eran más intensas, a tal grado que le dijeron que si se acercaba al gobernador lo iban a matar. Finamente dos días después, lo secuestraron.
Era un viernes por la noche cuando López, junto a su esposa y sobrina pequeña de 12 años, volvían a Tepic, capital del Estado. Dos camionetas con sujetos vestidos como marinos los esperaban al costado de la carretera, en donde aventaron tachuelas para ponchar las llantas del vehículo donde viaja López. A los tres los privaron de la libertad, pero a las dos mujeres las liberaron el día domingo 19, sin embargo, a Alexander López no lo han vuelto a ver.
La abuela Vázquez, también agregó que, a los pocos días de la desaparición de su nieto, un secretario particular del gobernador los contactó para decirles que estaba a cargo de las negociaciones por la vida de Alexander López. Según se pedía como rescate la cesión de unas tierras. Así lo hicieron y tras firmar el traspaso, el funcionario no quiso volver a saber de ellos.
Este no es el primer conflicto que tiene esta familia por tierras, ya que, en septiembre de 2018, Ignacio López, padre del secuestrado fue a prisión por unos delitos que, acusa, le fabricaron. En enero de este año, la madre y tío del joven también fueron privados de su libertad. A ella la liberaron ocho días después de que su marido firmara, desde la cárcel, la venta de unos terrenos. Y del tío nunca más supieron de su paradero.
A casi dos meses del secuestro de Alexander López, el caso volvió a sonar la semana pasada, gracias al regreso que López Obrador hizo a Nayarit. Durante una conferencia de prensa en donde anunciaba la baja de los homicidios en ese Estado, una reportera lo interrumpió y le recordó el caso. El mandatario respondió que le encargaba al Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, se hiciera responsable del asunto.
Después de que una periodista cuestionara públicamente al presidente López Obrador por no atender la denuncia del joven, el fiscal del Estado, Petronilo Díaz Ponce Medrano, desestimó el hecho y dijo que no se le ayudó porque no presentó una denuncia formal, y porque a otro documento presentado le faltaba una firma.