Seguro los has visto anunciados en grupos de Facebook o tienes un pariente que te habla sobre ellos. Los búlgaros de leche son un alimento que genera curiosidad, debido a que prácticamente son bacterias y levadura que ayudan, principalmente, a mejorar la digestión.
A los búlgaros de leche se les atribuyen muchos beneficios, pero no todos están realmente comprobados. Su popularidad en redes sociales creció mucho en los últimos meses e incluso hay cientos de usuarios que ya los venden por Marketplace.
Existe la tradición de que cada persona puede cultivar sus propios búlgaros de leche o de agua y luego regalarlos a alguien más que necesite de sus propiedades curativas.
Aunque al tratarse de un remedio prácticamente casero, quizá habría que ser muy cautelosa sobre cómo, dónde y con quién los consigue. Si estas a punto de adquirir o comenzar un cultivo de búlgaros, checa esta información que te puede ser muy útil.
Todo lo que debes saber sobre los búlgaros de leche
Qué son los búlgaros de leche
Las colonias de búlgaros de leche están formadas por bacterias de lactobacillus bulgaricus, lactobacullis lactis, lactobacillus casei, así como de levaduras y hongos de las especies Kluyveromyces marxianus, Saccharomyces cerevisiae, candida maris, entre otras.
Popularmente, se dice búlgaros para referirse a la parte sólida de la colonia, es decir, a los cuerpos blancos que parece engrudo o granos húmedos de arroz. Mientras que al líquido que desprenden se le conoce como Kefir y es una bebida que diversas fuentes mencionan que ya aparecía en los relatos de Marco Polo, en el Siglo XIV.
Por qué se llaman búlgaros
La respuesta viene del nombre de la bacteria lactobacillus bulgaricus, la cual fue nombrada así por el científico Stamen Grigorov, quien fue el descubridor del microorganismo que provoca la fermentación de la leche y permite, entre otras cosas, la producción del yogurt.
Stamen Grigorov era de origen búlgaro y médico de profesión, pero su interés por saber más sobre el mundo de las bacterias y de cómo se formaba el yogurt lo incitó a hacer diversos experimentos sobre la fermentación de los lácteos.
Qué beneficios tienen
Los búlgaros se han idealizado mucho en los últimos años. Aunque los expertos en nutrición y las investigaciones posteriores al trabajo de Stamen Grigorov han demostrado que aportan un alto grado de nutrientes, hay muchos supuestos beneficios que circulan como rumores en redes sociales.
Se sabe, con certeza, que los búlgaros de leche ayudan a mejorar la digestión. Mientras que del kefir, la bebida que se produce con la fermentación de la leche, es rico en calcio, magnesio, fósforo y vitaminas A, D y B.
A los búlgaros y al kefir se les atribuyen propiedades preventivas contra el cáncer, obesidad, hipertensión, osteoporosis o infecciones.
Sin embargo, aunque los nutrientes que aportan si son los recomendados para prevenir dichos padecimientos, no se les debe tomar como un medicamento o remedio casero, sino como un alimento complementario, como lo es comerse un yogurt.
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Dónde comprarlos
Generalmente, los búlgaros de leche o agua se consiguen en tiendas naturistas. Hay algunos supermercados en los que también suelen venderlos. Es cosa de preguntar.
Pero ahora que se volvieron tan populares en redes sociales, hay cientos de personas vendiendo colonias de estas bacterias por Facebook Marketplace o Mercado Libre. Ocasionalmente, en sitios como Amazon o e-Bay suelen aparecer algunos kits de inicio para comenzar un cultivo en casa, solo es cuestión de estar atentos.
Cómo los puedo conseguir gratis
Hay dos formas. Una es preguntando entre tus conocidos si alguien tiene una colonia de búlgaros de leche o kefir y pedirles que regale una porción para que no tengas que iniciar desde cero. En algunas ocasiones, incluso los dueños de un cultivo buscan a quien dárselos porque ya no los usan.
La otra manera es empezando tu cultivo desde cero. Para ello necesitarás paciencia, algunos nódulos de kefir/búlgaros, un poco de leche entera, un frasco de vidrio y ser muy cuidadoso para no matar a las bacterias.
Cómo hacer mi propio cultivo
Esta es la receta que el Servicio de Información Agroalimentaria del Gobierno Federal propone en su página oficial:
“Necesitas una cucharada de granos de búlgaros de leche en un recipiente de vidrio, añádele medio litro de leche entera a temperatura ambiente; el recipiente debe tener espacio suficiente, ya que durante la fermentación se acumulan gases, por eso es recomendable taparlo con una tela o trapo evitando también que le dé la luz directamente.
Deja los búlgaros remojando por 12 horas, agitando de vez en cuando. Pasado el tiempo, prueba la leche, su sabor será un poco ácido y estará viscosa. Si el sabor te agrada, es hora de colarlos; si no, espera más tiempo.
Una vez colados los búlgaros, colócalos nuevamente en un recipiente de vidrio limpio y comienza nuevamente el ciclo. Pruébalos con fruta picada y miel, o ve más allá y prepara diversos postres, como gelatina, mousse, budín y paletas”.
Dónde puedo encontrar más información sobre los búlgaros de leche y el kefir
Durante la Feria de las Ciencias de la UNAM 2016, un grupo de investigadores de Ciencias de la Salud elaboró un estudio muy completo sobre los búlgaros de leche y el kefir, el cual puedes consultar de manera gratuita aquí.
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