La violencia en México ha tenido un aumento exponencial desde el 2008. Miles de personas han sido asesinadas desde ese año y familias enteras también han sido destruidas.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que en los últimos tres sexenios un total de 86 mil 484 personas han quedado viudas por el asesinato de su pareja.
En México las mujeres son quienes cargan el mayor peso de este problema. Según el Inegi, 79 mil 161 mujeres han quedado viudas en los últimos tres sexenios, mientras que más de 7 mil 300 hombres han quedado en esa misma condición.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha detectado que por la muerte de sus esposos las mujeres viudas tienen un gran impacto emocional, pero también económico e incluso los hijos de la persona fallecida sufren las consecuencias.
“Esta condición las lleva a estar inseguras financieramente y se ven obligadas a buscar trabajos informales (…) Asimismo, los hijos de las viudas se ven afectados de manera emocional y económica. Uno de estos ejemplos es cuando las madres tienen que retirar a sus hijos de las escuelas y depender de su trabajo”, expresa la CNDH en un texto donde retoma a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como fuente de información.
Ante el panorama que se vive en México y otras partes del mundo, la comisión nacional señala la importancia de que las mujeres viudas sean apoyadas para que continúen con su desarrollo y así puedan sacarse adelante ellas mismas, como a sus hijos:
“Empoderar a las viudas y llevarlas al pleno disfrute de sus derechos humanos, les dará la oportunidad de desarrollar una vida después del duelo. No sólo para su propio crecimiento, sino también para ayudar a la protección de sus hijos y frenar un ciclo de pobreza y privaciones”.
La viudez a causa de la violencia es un problema que comenzó a aumentar desde hace 13 años, justo en el periodo en el que el presidente Felipe Calderón sacó a las Fuerzas Armadas de sus cuarteles para combatir al crimen organizado.
El año 2018 es en el que más casos se han registrado con 7 mil 779 ese año. Por debajo le sigue el 2019 con 7 mil 767 personas viudas. Esto quiere decir que en los últimos años el problema ha ido en aumento, aunque aún hace falta que el Inegi publique sus datos del 2020 para ver si la tendencia continúa.
La organización estadounidense National Center for Victims of Crime cataloga como “víctimas secundarias al homicidio” a los familiares de las personas que son asesinadas. La asociación civil explica que la muerte de un ser querido puede provocar un gran impacto emocional en la gente.
“La muerte violenta de un familiar, pareja íntima o amistad allegada es una de las experiencias más traumáticas que jamás haya enfrentado. Es un acontecimiento para el cual nadie se puede preparar adecuadamente, que resulta en sumo pesar y agitación emocional. Todos los seres allegados a la víctima se acongojarán de distintas formas. Además, surgirán sentimientos y emociones de pesar ocasionados por la muerte repentina y antinatural”, señala el National Center.
Mañana, 23 de junio, se conmemora el Día Internacional de las Viudas, el cual fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2011.
Huérfanos, un tema pendiente
Aunque el Inegi cuenta con cifras sobre las personas que han quedado viudas a causa de la violencia, el gobierno federal y los gobiernos estatales no cuentan con información precisa sobre la cantidad de niñas y niños huérfanos que hay en el país.
Este es un problema que han denunciado organizaciones de la sociedad civil y que se volvió a visibilizar durante la pandemia de Covid-19, ya que ningún estado de la República tiene un registro exacto sobre los menores de edad que quedaron huérfanos por la muerte de su padre, madre o ambos.
En mayo de este año las investigadoras Georgina Jiménez y Tania Briseño publicaron en la revista Nexos el artículo “Un país sin papás: la orfandad que podemos atribuir a la violencia”. En el texto las especialistas tratan de hacer una estimación de cuántas personas han quedado huérfanas a raíz del combate al crimen organizado aunque sus cifras no son definitivas y sólo son tentativas.
Las investigadoras plantean varios escenarios a partir de un cruce de datos entre los homicidios de hombres y mujeres, la cantidad de hijos que las mujeres tienen (no existe esta cifra para los hombres) y la cantidad de personas huérfanas del Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi.
Haciendo sus cálculos las investigadoras consideran que los asesinatos de los hombres, desde que empezó la guerra contra el narcotráfico en 2006, pudieron haber provocado que entre 72 mil 704 y 290 mil 816 personas quedaran huérfanas.
Mientras que los asesinatos de mujeres en el mismo lapso de tiempo pudieron haber provocado que entre 6 mil 47 y 24 mil 187 personas quedaran huérfanas.