Existe el mito de que el cereal es uno de los complementos para un buen desayuno. Como es fácil y rápido de preparar, se considera una comida sana y nutritiva.
Hay de distintos sabores para niños, y especiales para quienes usan la fibra como parte de una buena digestión.
La realidad es que son alimentos procesados que contienen más azúcar que fibra, es decir, perjudica más de lo que beneficia.
Pueden causar obesidad, aumento de triglicéridos, de colesterol, enfermedades cardiacas y neurológicas.
Para prevenir estas enfermedades, un tip de los nutriólogos es checar que ni el azúcar ni la grasa sean de los primeros 5 ingredientes en la caja de cereal.
La avena, amaranto, trigo, maíz o arroz tienen un alto valor nutricional, pero al someterse a un proceso de refinación, pierden sus propiedades.
Estos cereales tienen saborizantes, colorantes y edulcorantes artificiales. Es decir, un alto grado de azúcar.
De acuerdo con El Poder del Consumidor, las personas vacían en un plato aproximadamente 90 gramos de producto, esto es igual a ingerir siete cucharadas y media de azúcar. Y todavía hay quienes le agregan más.
La recomendación es el cereal entero. Tiene las vitaminas y nutrientes necesarios para el organismo.
Los cereales enteros son el amaranto, quinoa o avena, ésta debe ser de preferencia natural y no procesada.
Si aun así te gustaría que tenga un sabor dulce, no uses el azúcar, sino frutas como fresa, plátano o moras.
También lo puedes combinar con moras, nueces o almendras como parte del desayuno.
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