Para muchas personas, consumir agua embotellada representa una forma segura de hidratarse porque la del grifo no da confianza. Sin embargo beber este tipo de agua también representa un riesgo.
Un estudio publicado por Orb Media, arrojó que distintas marcas de agua embotellada se encuentran contaminadas con partículas de plástico, que muy probablemente se desprenden durante el proceso de envasado.
La indagación realizada por Sherri Mason, investigadora y profesora de la Universidad Estatal de Nueva York, consistió en revisar 250 botellas de agua de distintos países como Brasil, China, Estado Unidos y México.
Como resultado se encontró plástico en 93% de las muestras, incluyendo las marcas principales de este producto como: Nestlé Pure Life, Aqua, Aquafina, Dasani, Evian y San Pellegrino.
En el caso de México, la marca que se registró con partículas de plástico fue la de E-Pura (Pepsico). Las muestras utilizadas para dicho análisis se compraron en ciudades como Tijuana, Reynosa y la Ciudad de México.
Ante esto, se comprobó que al ingerir agua embotellada, también se consumen pequeñas dosis de plástico, que por desgracias aún se desconoce, a ciencia cierta, el alcance de los daños que esto representa para la salud humana.
De acuerdo con Daniel Rocha Guzmán, coordinador ejecutivo del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua de la UNAM, el uso de agua embotellada en nuestro país es nuevo, en 1980 era un producto que se maneja en las casas adineradas, pero a raíz del sismo de 1985 su consumo se extendió y popularizó por la ruptura de tubos de abastecimientos.
A partir de ese momento, se generaron políticas de salud que recomendaban que antes de ingerir agua del grifo lo mejor era hervirla y clorarla; situación que aprovecharon distintas empresas para ofrecer el líquido vital de una forma más fácil y “segura”.
Pero para el académico, el agua de la CDMX es confiable y puede ser ingerida siempre y cuando su forma de almacenamiento se modifique.
“El agua de la Ciudad de México es confiable en sí, hasta la toma, pero hay condiciones que la hacen poco apta para consumo humano, como su almacenamiento en cisternas o tinacos; ahí pierde su calidad, y más cuando permanece estancada por tiempo prolongado y no se da mantenimiento y limpieza a estos contenedores”, expresó Rocha Guzmán.
No obstante, el coordinador agregó que, hasta nuestros días, la población tiene una gran desconfianza de la calidad de agua que llega hasta sus hogares y por ello prefieren seguir consumiendo el producto embotellado.
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