En la última semana se dio a conocer un brote de sarampión en México con seis casos detectados por la Secretaría de Salud, en la Ciudad. Inició en la Alcaldía Álvaro Obregón y se contagió al Reclusorio Norte, donde ya fue controlado.
Las autoridades establecieron un cerco sanitario en las demarcaciones Gustavo A. Madero, Xochimilco y Tlalpan, donde viven los niños afectados. El caso más reciente es el de una bebé de un año, 10 meses que está internada en el Instituto Nacional de Pediatría.
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Solo se sabe que no estaban vacunados pero no hay detalle de si es porque no había dosis en el centro de salud o porque sus padres no la aplicaron a tiempo. Sin embargo, desde hace algunos años existe la tendencia de que las vacunas no sirven y no pasa nada si no se usan.
Estos casos se reportan como aislados debido a que no había surgido un brote de sarampión en México desde hace veinte años. En cambio, aumentó en México la preocupación por la llegada del coronavirus que se originó en China, cuando, dos semanas cuando se reportó el primer caso.
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Esto a pesar de que el sarampión en México es más contagioso y tiene peores secuelas. Además, los casos podrían aumentar debido a que la austeridad del gobierno actual ha causado la escasez de vacunas que son importantes desde el primer año de vida de un niño.
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— SALUD México (@SSalud_mx) March 2, 2020
Otro de los factores es que hay una tendencia que ha divulgado información falsa acerca de que las vacunas no sirven, sino todo lo contrario, enferman a los menores o a personas quienes se las aplican. La realidad es que es peor no vacunarse a tiempo.
Una de las consecuencias de no vacunarse es que se pueden contagiar a otras personas que tampoco están debidamente vacunadas y son más vulnerables a la enfermedad debido a la baja de defensas. También puede afectar a personas de la tercera edad, niños pequeños o mujeres embarazadas.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, las vacunas evitan alrededor de tres millones de muertes al año. Sirven como protección contra enfermedades como difteria, sarampión, neumonía, rotavirus, rubeola, tétanos y polio, principalmente.
Europa es un ejemplo de lugares donde han resurgido enfermedades como el sarampión que se creían ya acabadas. Esto como consecuencia de la falta de vacunación en los niños.
Pero no solo en los menores deben aplicarse, también los adultos deben hacerlo para evitar enfermedades. Entre ellas están la influenza, el virus del papiloma humano, tétanos y tos ferina.
¿Cuáles son reacciones al vacunarse?
Quienes promueven la aplicación de las vacunas argumentan que las reacciones perjudican la salud. Sin embargo, estas son completamente normales y llegan a ser leves como dolor o hinchazón en el lugar de la inyección.
Aunque también depende de cada persona y su organismo, cómo reacciona a esta aplicación. Algunos de los efectos más fuertes son fiebre y malestar general pero solo dura dos días.
Esto debido a que cuando se aplica una vacuna, el sistema inmunológico lo reconoce como una enfermedad y empieza a producir anticuerpos. Así se manifiesta como un malestar pero de forma leve.
¿Dónde aplican las vacunas?
En la Unidad de Salud aplican las vacunas a los bebés y niños, de acuerdo con la Cartilla Nacional de Salud. El personal del centro indicará cómo debe ser el esquema y la dosis necesaria. En este lugar también puedes preguntar en caso de alguna reacción o malestar después de la aplicación.
La vacuna para prevenir este padecimiento es la triple viral (SRP) que protege contra sarampión, rubeola y parotiditis. La primera dosis debe aplicarse en los primeros 12 meses del niño y el refuerzo a los 6 años.
Si algún adolescente o adulto no tiene estas dosis puede vacunarse contra el sarampión y rubeola (SR).
Estos son los síntomas para detectar si un niño o familiar cercano tiene sarampión, aunque primero se debe estar seguro de que está vacunado contra la enfermedad:
• Fiebre alta que dura entre 4 y 7 días. Puede presentarse de 10 a 12 días después de estar en contacto con el virus.
• En la fase inicial puede haber congestión nasal, ojos rojos y tos
• Después aparecen erupciones rojizas en la piel que inician en la cara, la parte superior del cuello y se extiende por el cuerpo
• En el caso de complicaciones graves puede llegar a ser mortal debido a que los pacientes desarrollan neumonía, encefalitis, diarrea intensa e infecciones del oído y vías respiratorias.