Comer 12 uvas mientras las campanadas anuncian la llegada del Año Nuevo es una de las tradiciones más conocidas y replicadas en el mundo. Cada una representa algún deseo para comenzar el año.
La tradición proviene de finales del siglo XIX, cuando la clase burguesa española imitaba las costumbres francesas de beber vino y comer uvas durante la cena de fin de año.
Tiempo después fue adaptada por las clases proletarias de Madrid que, a manera de burla, replicaban el hábito acompañado de las campanas de las iglesias.
Fue hacia 1896 cuando la tradición llegó a las colonias españolas, siendo México el primer país de América en adoptar la costumbre. Después se extendió a Puerto Rico, Nicaragua, Perú, Colombia y Costa Rica.
Sin embargo, existe una teoría de que realmente el hábito proviene de Alicante, España. Fue a finales de 1990, cuando los pobladores tuvieron una cosecha fructífera de uvas que se distribuyeron por la ciudad como “uvas de la suerte”. Tras este fin de año, se estableció la costumbre.
En México, algunos otros hábitos como realizar el brindis se realizan con la intención de transmitir energía positiva a todos los presentes con quienes se chocan las copas. La palabra “brindis” proviene de la frase “bring dir´s” que significa “yo te ofrezco”.
Mientras que el choque de copas nació en Grecia como señal de confianza entre el anfitrión y sus invitados para asegurarse de que el vino no estuviera envenenado.
Por otra parte, las 12 campanadas simbolizan cada uno de los meses que están por venir, una tradición que también fue resultado de la colonización española.