Durante la época invernal aumenta la necesidad de usar ropa y sábanas más cálidas, sin embargo, algunos de los materiales usados para fabricar este tipo de artículos podrían dañar tu salud.
De acuerdo con The Guardian, médicos ingleses alertaron que la inhalación del polvo que se encuentra en cierto tipo de ropa de cama puede provocar inflamación pulmonar, el riesgo está especialmente en los edredones de plumas.
Los pacientes pueden desarrollar neumonitis por hipersensibilidad al polvo fino que se almacena entre las plumas,
La primera señal de alerta es disnea, es decir, falta de respiración inexplicable, que es una respuesta del sistema inmune ante un agente que está causando daño. Otros síntomas de alerta son sudores nocturnos, tos seca y la falta de sueño asociada con dificultades para respirar.
Aunque no se ve a simple vista, la inflamación pulmonar puede causar cicatrices irreversibles en los pulmones, lo que a largo plazo se traduce en problemas en la calidad de vida.
“A los profesionales de la salud generalmente se les enseña a preguntar a los pacientes con síntomas respiratorios si tienen mascotas en casa, como pájaros, pero según la experiencia de los autores, la toma de historia no suele extenderse a preguntar sobre la exposición de plumas en edredones y almohadas. Esta es una omisión importante ya que el uso de ropa de cama de plumas, en lugar de sintética, es común” explicaron los profesionales de la salud en un informe.
El indicio del daño se mostró a partir del caso de un hombre que no fumaba, llevaba una vida saludable pero sus pruebas indicaron una neumonía persistente sin razón. Inicialmente se pensó que era una infección leve, pero los síntomas empeoraban cada vez más. Luego, las pruebas revelaron microorganismos poco estudiados.
La recomendación que el doctor Owen Dempsey, autor del informe realiza es en vez de deshacerse de la ropa de cama de plumas, poner atención a los síntomas, tener mayor higiene con este tipo de materiales y notar cualquier tipo de problema respiratorio.
Aunque estos casos son poco frecuentes, existe el riesgo de que no todos hayan sido identificados “Sospecho que es la punta de un iceberg”, dijo. “Creo que hay muchas exposiciones por ahí de las que no somos conscientes, y solo porque no somos conscientes de ellas se ignoran”.
Al escribir en la revista BMJ Case Reports, Dempsey y sus colegas del hospital Victoria en Kirkcaldy y la Aberdeen Royal Infirmary describen cómo un hombre de 43 años que no fumaba fue a su médico de cabecera después de experimentar tres meses de disnea, fatiga y malestar.