Eran las 5:40 de la mañana del 31 de octubre de 1979. Todo parecía un día rutinario en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, pero de pronto, la oscuridad de la madrugada se iluminó con las flamas de un avión que se estrelló en la pista de aterrizaje.
Se trataba del vuelo 2605 de la línea Western Airlines, un avión modelo McDonnell Douglas DC-10, que era conocido como ‘El Tecolote’, debido a que acostumbraba aterrizar en la madrugada.
El avión había despegado de la Ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, cuatro horas antes de su fatídico final. Había 90 personas a bordo: 77 pasajeros y 13 miembros de la tripulación.
Pasadas las 5:30 am. llegó al Aeropuerto de la Ciudad de México y los pilotos solicitaron permiso de aterrizaje a la Torre de Control y este fue concebido sin mayor novedad, a continuación un extracto de las últimas comunicaciones con el vuelo 2605 recuperadas de la caja negra el avión:
– “Dos seis cero cinco: ¿ve las luces de aproximación a la izquierda?”
– “Negativo”
– “OK. Las luces de aproximación están en la pista dos tres izquierda, pero esa pista está cerrada al tráfico.”
– OK dos seis cero cinco”…
– “Subestación: el Western se acaba de estrellar”
Sin embargo, momentos después el avión tocó tierra, pero a los pocos segundos comenzó la tragedia. ‘El Tecolote’ aterriza de manera cotidiana en la Pista 23L, pero ese día se encontraba en mantenimiento, por lo que le indicaron a los pilotos que debían descender en la Pista 23R, a un costado de su lugar habitual.
Pero los pilotos no atendieron esta medida y bajaron sobre la pista equivocada, en la cual había maquinaria de construcción, los audios recuperados son testigo del fatal error:
– “Charly, dijeron dos tres derecha”
-” ¿No dijeron dos tres izquierda?
– “¡Aborta! ¡Aborta!”
Luego de eso, el avión chocó con un camión de volteo. La aeronave se desestabilizó y terminó por impactarse contra un edificio cercano.
El estruendo del impacto se escuchó en las colonias aledañas, luego hubo una fuerte explosión causada por el combustible que se derramó.
En la pista quedaron cuerpos calcinados, algunos miembros desmembrados volaron por los aires y el avión resultó hecho pedazos.
Los números de las víctimas aún no son claros, pero la versión oficial habla de 75 muertos, de los cuales 74 eran pasajeros y una persona que se encontraba en tierra a la hora del accidente.
Por varios días, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México funcionó a medias, mientras se realizaron las tareas periciales, limpieza y reconstrucción.