Esto no ocurre en México, sino en Tiflis, una ciudad de Georgia, país cercano a Europa Oriental. Irakli Ambroladze, de 28 años, conduce un taxi rojo y ha sorprendido a sus pasajeros al decirles que cobrará los viajes solo con conversaciones de literatura.
“Cuando los clientes me paran, les digo que los llevo gratis a cualquier lugar de Tiflis siempre y cuando durante el viaje conversemos sobre libros que hemos leído, el papel de la literatura en sus vidas y su importancia para la sociedad”, asegura el conductor. Se ha vuelto tan popular que los habitantes ya le llaman el “taxi literario” y él se hace llamar el “Quijote de la literatura”.
“Me gusta tanto la literatura que me inventé esta afición”, explica a la agencia Efe, el profesor de dos universidades en Tiflis. Irakli conduce su taxi los fines de semana como un hobbie.
Asegura que su sueldo como maestro le permite dedicarse a promover el hábito de la lectura y el amor a las letras. Sobre todo pensando en su hijo, de un año.
En esa ciudad la tarifa media equivale a, aproximadamente, dos dólares que equivale a 38 pesos. Lamentablemente, Irakli asegura que no son muchos los pasajeros que aceptan este trato.
Algunos de quienes han aceptado son estudiantes. Otros también participan porque creen que es bueno darle importancia a la lectura y fomentarla.
“En nuestro mundo de hoy la gente aprecia poco la lectura. Lee mucho menos libros y el nivel de formación es más bajo que antes”, asegura el conductor. Por eso confía en que esta difusión apoyará a mejorar la situación.
Incluso si a Irakli le gusta mucho la conversación, le regala un libro al pasajero. “Soy un propagandista de la buena literatura. Es mi vocación. No es un negocio. Simplemente, gracias a los libros todos nosotros nos hacemos mejores”, añade.
Cuenta que el amor por los libros nació cuando era niño. Su autor preferido es un poeta medieval y su poema “El Caballero en la piel de tigre”. Planea abrir también un café literario, junto con su esposa quien es psicóloga.