Itzbé Rodríguez, de la Ciudad de México, estudió dos carreras y lleva tres años trabajando en gobierno, pero cuando inició el sexenio le quitaron su plaza en la Secretaría de Educación Pública y ahora es una ‘colaboradora voluntaria’. “Esto quiere decir que no eres nadie. Tú dices que vas a trabajar porque quieres, y ellos te dan una gratificación. No hay ningún tipo de compromiso, de relación de trabajo o de seguridad social”, explica.
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La joven de 33 años tiene que hacerse cargo de ella y de su hija de cuatro años, Sabina. Pero debido a su esquema de contratación, pueden tardar hasta tres meses en pagarle. “En donde yo trabajo, sólo la directora y las dos subdirectoras tienen plazas. A partir del nuevo gobierno, todos somos colaboradores voluntarios”.
Desde 2016, Itzbé trabaja en la Dirección de Sistemas Abiertos de la Dirección General del Bachillerato (DGB). “Yo estoy ganando igual que una persona que trabaja en una ventanilla. Y 330 personas de la DGB estamos en lo mismo”.
Se necesitan once generaciones en promedio para salir de la pobreza en México, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Esta brecha aumenta cuando las familias son encabezadas por madres solteras, como en el caso de Itzbé.
Tener un ingreso fijo es algo que se le ha dificultado. Por esa razón, se involucra en proyectos independientes como freelance. Sin embargo, la joven cuenta que es muy difícil conseguir un trabajo bien remunerado, a pesar de que tiene dos títulos profesionales: Ciencias de la Comunicación en la UNAM y Diseño. “Esas dos carreras y a lo mejor 20 más no son suficientes si no te estás actualizando”.
Por esa razón, Itzbé aplicó al programa de madres solteras de Platzi, una escuela online de formación en tecnología. La suscripción a esta plataforma cuesta un dólar al día, es decir, aproximadamente 20 pesos. Así, el usuario tiene acceso a más de 200 cursos relacionados con programación, marketing digital y emprendimiento.
Aunque el costo es accesible para muchos bolsillos, en los hogares que encabezan madres solteras, ese dinero se debe destinar a otras prioridades: sus hijos.
“En este esquema de familia, el desarrollo de los niños depende solo de la madre, quien se encarga de su comida, higiene, recreación, educación y cuidado. La falta de recursos del núcleo familiar hace que las madres sacrifiquen el tiempo que invertirían en capacitación o formación profesional”, explica Diana Reyes, Inbound Marketing Manager de la empresa.
Ahora Itzbé, igual que otras 100 mujeres latinoamericanas pueden estudiar gratis por un año en esta plataforma. “Yo sé que en gobierno jamás te van a dar una capacitación. Existen sólo capacitaciones de Excel básico. Me he quejado mucho de eso en recursos humanos”.
Consciente de la importancia de actualizarse, Itzbé consiguió que diferentes expertos externos dieran una capacitación semanal en su departamento, especialmente para las mujeres que trabajan con ella, “pero no tienen una certificación de lo que aprendieron a hacer. En gobierno vienen y ponen al amigo de no sé quién, como el nuevo jefe; arriba de todas las mujeres que nos capacitamos, cuando no son ni siquiera de la carrera”.
La joven comenta que no sólo es un tema de corrupción, sino de discriminación por género. “Te dicen: sí, hiciste un buen proyecto; con la mitad de presupuesto del año pasado; cobras tres pesos y te pagamos cuando hay dinero. Pero tú no eres ingeniero y no eres hombre”.
“He vivido en más de una ocasión la discriminación como madre, por ser considerada menos productiva o no disponible. Las madres solteras dedicamos mucho tiempo y recursos a nuestra familia”. Sin embargo, Itzbé cuenta que tener certificaciones en línea le ha permitido demostrar que ha hecho cursos en Diseño de Experiencia de Usuario y temas afines.
“Antes había mucho rollo con la educación en línea, pero recientemente le dije a un cliente que tenía la certificación y él lo ubicó muy bien. A mí sí me ha ayudado mucho en mi trabajo diario”, cuenta.
Para estas madres, tener la oportunidad de estudiar desde sus casas o en celulares, les permite estar más tiempo con sus pequeños. El programa para otorgar becas a mamás solteras sigue abierto. Las suscripciones no tienen ningún costo para ellas, tiene duración de un año y pueden registrarse en este enlace.
“Queremos generar el mayor impacto asegurándonos de que sean destinadas a mujeres que puedan sacarles el mayor provecho”, explica Reyes.
Hace dos meses, Itzbé recibió un correo donde se enteró de la beca. “Me llegó en un buen momento cuando estaba triste y decepcionada de saber que llevo un año trabajando en este proyecto y que a veces aún se dude de que puedo hacerlo”, explica la joven.
Su sueño más grande es ver a Sabina crecer como una mujer independiente, por eso ella siempre le ha inculcado el amor por aprender. “Aunque mi hija es muy pequeña, ve que estoy estudiando, que me estoy preparando y que la educación en línea es importante. Cuando obtuve mi primer certificado, se lo enseñé”.
Ahora Itzbé está trabajando con una amiga para colaborar con organizaciones ambientalistas y poder tener un impacto en el mundo. A pesar de que no está obteniendo ingresos por esta tarea, confía en que si obtiene más certificaciones que validen lo que sabe, pronto empezarán a pagarle por su trabajo, “yo en unos meses me veo más fuerte y más capaz. Para mí y para mi hija”.