Una joven denunció en redes sociales que dos personas intentaron raptarla.
Cesándary Betancourt, quien en su perfil de Facebook indica que es estudiante de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM dijo en su publicación, que los hechos ocurrieron el pasado martes cerca de la alcaldía Tlahuac, cuando se dirigía a la escuela.
El pasado 8 de octubre Cesándary iba hacia el metro cuando fue interceptada afuera de la estación Tezonco por un automóvil con dos desconocidos.
“Iba corriendo con MI UNIFORME hacia mi clínica porque se me hizo tarde, me detuve en una esquina para poder pasar cuando un carro negro abre sus puertas, 2 tipos se bajan, uno me toma por el cuello con un objeto punzocortante: ‘ya valiste madre pendeja, súbete’, mientras el otro jaloneándome para meterme, en ese momento pasan miles de cosas por tu cabeza”, detalla.
Luego, explica, que para liberase de los agresores, tuvo que forcejear con ellos; en ese movimiento resultó con varios golpes y raspones que se aprecian en las imágenes que compartió a través de la red social.
Sin embargo, su mayor molestia comenta que surgió cuando nadie intentó ayudarla aunque varios observaron que estaba en peligro, nadie intentó detener el rapto.“La gente solo miraba, solo esperaba a que me subieran, nadie me ayudó. A la primer que pude zafarme corrí tan rápido sin voltear”, asevera por medio de su cuenta.
En las fotografías de la estudiante, que ya han sido compartidas más de 14 mil veces, recibió apoyo por parte de los usuarios de redes sociales, quienes además la instaron para acudir a presentar una denuncia.
Finalmente explica que aunque le contó al policía sobre la situación en la que se encontraba, él no hizo nada por encontrar a los agresores.
“Solo queda decir CUIDENSE.
Hoy estoy viva con mi familia, hay otras que no lo logran y no puedo imaginar el coraje y la desesperación de sus padres por buscarlas.
El Cáncer de México es su una sociedad que lejos de avanzar retrocede 500 pasos. En México nos acostumbramos al dolor, a la muerte, a olor a sangre, a los titulares amarillistas y fatalistas de la nota roja; los mismos que se empeñan en recordarnos que hace años estamos podridos y no hemos podido hacer nada por remediarlo”