En Jalisco, Puebla y Aguascalientes se detectó un peligroso modus operandi para secuestrar a estudiantes jóvenes. Los delincuentes utilizan jeringas para debilitar a las víctimas con droga y así poder raptarlas más rápido.
No son casos aislados. Al menos en Jalisco, se tienen varias denuncias de ataques de este tipo contra alumnas de preparatoria de los municipios de Tonalá y El Salto.
De acuerdo con la información publicada en medios locales, recientemente dos estudiantes denunciaron, en hechos separados, que durante el trayecto a su escuela se percataron que eran seguidas por hombres encapuchados.
Cuando las alcanzaron y pasaron a su lado, sintieron un pinchazo similar a una inyección, luego comenzaron a sentirse mal físicamente; pero lograron evadir a los agresores.
En 2019, también en Jalisco, tres estudiantes que fueron secuestradas señalaron que fueron interceptadas de la misma manera y que también les inyectaron sustancias que las debilitaron. Las tres fueron abusadas sexualmente.
En Puebla y San Luis Potosí intentan secuestrar a jóvenes con inyecciones de droga
El pasado 14 de octubre, una estudiante de la Benemérita Universidad de Puebla compartió en sus redes sociales el intento de secuestro del que fue víctima.
En su publicación explica que los hechos ocurrieron en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria de Puebla, al rededor de las dos de la tarde. La joven se disponía a tomar el transporte público, cuando sintió un piquete en el brazo:
“Sentí cómo alguien rozó conmigo y un pequeño y ligero piquete, pero no le di importancia. A medio camino, yo me sentía muy muy mareada y creía que era mi presión, y tenía muchas ganas de vomitar. Ahí pensé en bajarme porque no quería vomitar en la combi. Me bajé y solo vi que estábamos en la 9 sur y creo que la 25.
Le mandé un mensaje a Jadi para contarle que me sentía muy mareada, así que decidí caminar y encontrar alguna tienda o algún puesto que me diera confianza y esperar ahí. Sin darme cuenta, caminé hasta la 9 Norte y Reforma (no sé cómo llegué hasta allá, cómo caminé y no sentí nada). Me sentía muy muy mal, muy mareada y empecé a ver borroso y como si en el ambiente hubiera humo”.
La joven estudiante explica que al encontrarse con sus conocidos, acudieron de inmediato con un médico para hacerle una revisión. A pesar de que se sentía meradas y débil, le dijeron que no había nada inusual con su salud, aunque sí le recomendaron hacerse un examen toxicológico.
Ella se hizo los estudios y los resultados fueron negativos. Los especialistas le explicaron que posiblemente utilizaron algún tipo de analgésico no detectable con exámenes regulares, similar al que utilizan en víctimas de secuestro y abuso sexual:
El otro caso ocurrió en Aguascalientes, una joven narró cómo un grupo de hombres la sometieron para secuestrarla. También afirmó haber sentido un piquete durante el ataque, cuya marca quedó perceptible en fotos que compartió en un hilo sobre el incidente.
En países como España e Inglaterra, las autoridades han emitido alertas por pinchazos con narcóticos en discotecas y fiestas. Las investigaciones apuntan a que se trata de una manera de drogar a las personas con la intención de abusar sexualmente de ellas o robarles sus pertenencias.
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