Han Kang es una escritora que nació y se formó en Corea del Sur, y que acaba de ser galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2024. De esta forma, a sus 54 años de edad se convierte en la primera surcoreana en recibir este reconocimiento, la primera asiática y la décimo octava mujer en la historia a la que el Comité Sueco otorga tal condecoración. Según su dictamen, estamos ante una literata cuya obra destaca por su “empatía física por las vidas vulnerables, a menudo femeninas”.
El público literario internacional descubrió a Han Kang gracias a la traducción de su segunda novela La vegetariana a una treintena de idiomas, entre los más importantes el inglés, el francés, el italiano, el alemán y el sueco. La primera edición en español estuvo a cargo de la casa argentina Bajo la Luna, en 2012. Al poco tiempo, esta narradora llamó poderosamente la atención de los críticos especializados que la catapultaron a la fama por ganar, por esta obra, premios tan prestigiados como el Booker Internacional 2016. Al año siguiente otra de sus novelas —Actos humanos— la hizo acredora al Premio Manhae de Literatura de Corea del Sur y el Premio Malaparte 2017, en Italia.
Hoy en día, la trayectoria de Han Kang se ve coronada con el Nobel de Literatura 2024, después de una importante difusión de su narrativa en el mundo de habla hispana y anglosajona, en particular de cuatro de sus novelas más recientes: Blanco (2020) y La Clase Griego (2023), además de las dos ya señaladas. En México, su novela más conocida La vegetariana es de fácil acceso en librerías, e incluso en plataformas digitales, por lo que en esta ocasión dedicaremos nuestro espacio a reseñar dicha historia con el ánimo de motivar su lectura.
Como el título deja adivinar, La vegetariana cuenta el proceso de cómo una mujer (Yeonghye) decide dejar de comer carne y opta por alimentarse sólo con verduras, en un entorno familiar y social que no comprende, ni acepta tal decisión personal. Se trata de una historia de menos de 200 páginas, en la que la autora da cuenta de una serie de acontecimientos que llevan a sus protagonistas a cuestionarse sobre el sentido de sus vidas, la autonomía —o no— de sus acciones y lo que tales circunstancias interrelacionadas en un ambiente de confrontación llevan a caminos sin otra salida que la tragedia humana.
Escrita desde tres perspectivas distintas, con igual número de narradores, La vegetariana se compone de tres capítulos, en el primero el marido de Yeonghye es quien nos relata los cambios inexplicables en la dieta de su esposa, a quien eligió como pareja por su físico de ser una “mujer común y corriente… [que] no parecía ser una persona especial… [y que] así como no parecía tener ningún atractivo personal, tampoco parecía tener ningún defecto en particular. Su manera de ser, sobria y sin ninguna traza de frescura, ingenio o elegancia, me hacía sentir a mis anchas.” Hasta que esa percepción cambió drásticamente sin alcanzar a comprender sus motivaciones profundas: “¿A qué venía esta extravagancia de mi mujer?”
El segundo apartado corre a cargo del cuñado de Yeonghye, un artista plástico que con su narración aporta la visión de un agente social que emotivamente guarda distancia con la protagonista, sin embargo, no por ello, deja de ser relevante su visión de la situación que vive esta mujer y la forma en que se establece un lazo de comunicación entre ellos. Esta perspectiva aporta una arista más sociológica y erótica de la historia. “Él se dio cuenta qué era lo que le había impactado tanto [de] ella… Era un cuerpo exento de deseo y paradójicamente era también el bello cuerpo de una mujer joven… Esta vez pintó de amarillo y blanco enormes flores desde las clavículas hasta el pecho, si en la espalda había pintado flores nocturnas, en el pecho iba a pintar radiantes flores diurnas.”
En la tercera y última parte de la novela La vegetariana Han Kang concede la palabra a la hermana mayor de la protagonista central de este relato, quien rememora que desde los años de infancia, “en los que eran castigadas por la mano pesada del padre… [Yeonghye] había sido para ella alguien a quien debía cuidar continuamente, alguien que le suscitaba un sentimiento de responsabilidad que se asemejaba al instinto maternal.” Con esta relación de afectividad entre las dos hermanas, en la que se evidencia un vínculo proteccionista de la hermana mayor hacia la menor, se cierra este capítulo.
Por su parte, la heroína principal de la historia — Yeonghye— le cuestiona al mundo, representada en su hermana Inhye, la nula determinación que le conceden para disponer de su cuerpo. “Todos quieren hacerme comer… Yo no quiero, pero me obligan… Nadie me comprende… No quieren comprenderme… ¿Por qué no puedo morirme? [Si] tu propio cuerpo es lo único a lo que puedes hacer daño… Es lo único con lo que puedes hacer lo que quieras. Pero ni eso te dejan hacer.”
En menos de 200 páginas la también poeta y periodista Han Kang logra construir una compleja trama con pocos personajes, quienes a través de largos monólogos expresan sus sentimientos y perspectivas de vida que, por lo general, son angustiantes y desesperanzadoras. Como afirma la autora: “mis novelas exploran el sufrimiento humano” en diversas vertientes que van del sacrifico a la culpa, del conformismo a la sinrazón y del amor al desamor.
La vegetariana es una novela impactante que, en un estilo original y directo, reflexiona sobre la falta de libertad en los tiempos actuales y el uso del cuerpo como la última trinchera de resistencia de las personas ante un entorno contradictoriamente deshumanizado. Es una historia que da voz a seres que se sienten atrapados en un contexto social que no les permite desarrollar sus deseos más íntimos ni sus necesidades emocionales más profundas.@NohemyGarcaDual
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