El fentanilo es uno de los opioides más adictivos que existen, siendo este 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más poderoso que la morfina. De acuerdo con datos de la UNAM, tan sólo en Estados Unidos mueren 1 millón 200 mil personas al año y se estima que, de no hacer algo pronto, esta cifra podría llegar a los 2 millones para 2030.
¿Qué pasa si me drogo con fentanilo?
En primera instancia, una persona podría desarrollar adicción debido a los efectos que esta sustancia produce en el cuerpo. El Instituto Nacional de Abuso de Drogas (NIDA por sus siglas en inglés) señala que este medicamento “actúa uniéndose a los receptores opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones”, provocando placer y felicidad extrema, además de una dependencia que no puede ser saciada con ninguna otra droga.
Sin embargo, las personas que ingieren drogas también podrían enfrentarse a una sobredosis: los fabricantes de sustancias ilícitas, suelen combinar otras drogas con fentanilo, tanto para darle un impulso mayor al efecto, como para abaratar los costos de producción.
Una sobredosis de fentanilo ocurre en segundos y podría provocar que la respiración se haga más lenta o se detenga por completo, lo que puede disminuir los niveles de oxígeno del cerebro (conocido como hipoxia). La hipoxia puede llevar a un estado de coma o causar daños permanentes en el cerebro, incluso la muerte.
De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades CDC, una sobredosis por fentanilo puede identificarse cuando la persona presenta las siguientes características:
Signos de sobredosis
- Pupilas pequeñas, contraídas, como de punta de alfiler
- Quedarse dormido o perder el conocimiento
- Respiración lenta, débil o sin respiración
- Sonidos de atragantamiento o gorjeos
- Cuerpo flácido
- Piel fría o húmeda y pegajosa
- Manchas en la piel (especialmente en los labios y las uñas)
En su versión ilegal (fentanilo fabricado ilícitamente, IMF por sus siglas en inglés), este producto cuenta con diferentes presentaciones: polvo y líquido, sin embargo, ambas tienen potentes efectos. Además, el CDC señala que: “con frecuencia se añade a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que las drogas se vuelvan más baratas, más potentes, más adictivas y más peligrosas”.
En su versión de polvo, los narcotraficantes han aprovechado las características de esta sustancia y la han combinado con otras drogas, como la cocaína, heroína, metanfetamina y más, y suele distribuirse en forma de pastillas, muy similares a los opioides recetados. Por otro lado, su versión líquida puede ser vendida como aerosol nasal o gotas para los ojos, además de ser aplicado como gotas, tanto en papel como en envolturas de dulces.
Cabe señalar que este opioide es utilizado de manera médica como analgésico y es recetado cuando los pacientes ya han desarrollado una tolerancia a otros medicamentos, es decir, cuando el organismo ya se ha acostumbrado a su efecto y ahora necesitan dosis más altas para lograr el efecto deseado.
Ya que es mucho más potente que la morfina, este producto es recetado a personas que sufren fuertes dolores crónicos provocados por intervenciones quirúrgicas, tratamientos médicos o pacientes de cáncer.
En su versión legal, de acuerdo con el NIDA, el fentanilo se vende bajo los nombres: Actiq, Duragesic y Sublimaze.
¿Qué son los opioides?
De acuerdo con el NIDA: “Los opioides son una clase de drogas que se encuentran en forma natural en la planta de amapola o adormidera”. Algunos se elaboran directamente de la planta, pero otros, como el fentanilo, son fabricados en laboratorios “donde los científicos utilizan la misma estructura química para fabricar opioides sintéticos o semisintéticos”, agrega el sitio.
México y el tráfico de fentanilo
Debido a que la fabricación de este opioide es bastante rentable, tanto en elaboración como en consumo, las organizaciones criminales han encontrado en el fentanilo una gran fuente de dinero. En México se encuentra el Puerto de Manzanillo, uno de los más grandes e importantes del país, y es debido a su enorme capacidad, que es más fácil para grupos criminales, contrabandear los químicos necesarios para la elaboración de esta sustancia.
Son el Cártel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa los líderes en la producción y distribución de fentanilo. Además, Mexicali es uno de los lugares más importantes para la venta de esta droga, debido a su cercanía con Estados Unidos. Tijuana y Culiacán son otros puntos de interés del crimen organizado.
Insight Crime apunta que tan solo entre junio y agosto de 2022, el Servicio Médico Forense SEMEFO de Mexicali, en Baja California, comenzó a registrar cada vez más fallecidos que presentaban características similares: “muertes por paros respiratorios o cardiorrespiratorios, coloración azul o morada de los cuerpos, y en muchos casos, jeringas pegadas a las extremidades”.
En marzo de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia matutina que se está considerando prohibir el uso médico del fentanilo debido a la presión de Estados Unidos. Sin embargo, expertos mencionan que esta no es una solución a un problema de salud pública de este tamaño, ya que podría provocar un segundo mercado negro, ahora para uso médico, y le quitaría opciones a los doctores para recetar esta sustancia a personas que sí la necesitan.
La Comisión Nacional Contra las Adicciones CONADIC tiene a disposición un formulario para denunciar y vigilar el consumo del fentanilo en nuestro país. Además, es posible contactarla mediante el correo electrónico [email protected] o al teléfono 55 5062 1600 ext. 52452, 52337, 52629 o 52445.
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