Un informe de la Comisión para Combatir el Tráfico de Opioides Sintéticos, integrada por expertos del Departamento de Defensa Nacional de los Estados Unidos, señala que México se convirtió en la principal fuente de producción y distribución de fentanilo que llega a ese país.
Esta sustancia, señala el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de EU, es similar a la morfina, pero con una potencia de hasta 100 veces mayor y se utiliza para la elaboración de otras drogas sintéticas como la heroína.
La Comisión inició sus operaciones e investigación en 2020 y los resultados se publicaron en febrero de 2022. Su informe final indica que entre 2014 y 2019 la mayor parte de fentanilo que entraba a territorio estadounidense provenía de China. Sin embargo, en los últimos años, los cárteles mexicanos desplazaron a los traficantes asiáticos y se hicieron con el control de este mercado ilegal al lograr evadir la seguridad de la frontera.
“Hoy en día, las organizaciones criminales transnacionales en México son el principal productor de heroína y opioides sintéticos fabricados ilegalmente, en su mayoría fentanilo, que se trafican a los Estados Unidos. Además, según varios expertos, la capacidad de producción de fentanilo parece estar aumentando y los productores ilegales podrían estar tratando de diversificar las fuentes de las cuales obtienen las materias primas”.
El informe explica que en los últimos 20 años, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación aumentaron sus operaciones en Estados Unidos, lo que les facilitó el tráfico de fentanilo, el cual es elaborado directamente en laboratorios clandestinos en México.
De acuerdo con la investigación, los narcotraficantes mexicanos entablaron negocios con fabricantes asiáticos de materias primas para opioides. Estos materiales son enviados por barcos y aviones desde China, algunos de forma legal, para luego ser procesados y llevados a Estados Unidos por carretera:
“Los precursores químicos, en gran parte importados de Asia, a veces legalmente en puntos de entrada marítimos o aéreos. Luego se convierten en productos terminados de fentanilo, principalmente polvos y tabletas falsificadas. Muchos de estos productos están hechos en pequeños laboratorios clandestinos en México y luego traficados a la frontera norte, donde son introducidos de contrabando en los Estados Unidos a pie o en vehículos personales”.
“Abrazos no balazos” de AMLO no sirve ante el tráfico de fentanilo:
El informe de la Comisión revela que el fentanilo de origen mexicano se ha detectado en la mayoría de los decomisos realizados por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de 2019 a la fecha.
De acuerdo con datos de la DEA, al menos el 79% de las drogas decomisadas en 2019 ya contaban con indicios de contener fentanilo mexicano. Para 2021, se incautaron más de mil 200 kilogramos de esta sustancia en diferentes operativos.
El problema de la fabricación ilegal de esta droga, indica el documento, no ha sido atendido con la seriedad necesaria por las autoridades mexicanas. Incluso, se señala de manera directa al presidente Andrés Manuel López Obrador de no destinar los recursos necesarios para el combate de este delito por sus medidas de austeridad:
“A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió públicamente a combatir la corrupción, las medidas de austeridad de México han limitado aún más la capacidad institucional del país”.
La Comisión cuestionó la estrategia de seguridad del gobierno de López Obrador y aseguró que los resultados negativos son producto de una inversión de apenas el 1% del PIB en temas de seguridad y la política de “abrazos no balazos”.
“El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien inició su presidencia se comprometió públicamente con una política de “abrazos, no balazos” para los cárteles, a pesar del continuo ascenso de violencia, debe hacer más en los próximos meses y años para abordar de manera más directa la amenaza que representan los cárteles para la salud y la seguridad de las personas tanto en México como en los Estados Unidos”.
Como una medida preventiva, la Comisión para Combatir el Tráfico de Opioides Sintéticos sugiere entablar programas de colaboración con México para que agentes de Estados Unidos ayuden a la supervisión de los servicios postales para evitar el ingreso de materias primas usadas para fabricación de fentanilo:
“Las fuerzas federales de Estados Unidos no perciben como una preocupación el uso que hace el crimen organizado del servicio postal de México, Correos de México, para envíos dentro de México o a través de la frontera suroeste de EU. Sin embargo, el gobierno de EU debería ayudar a desarrollar la capacidad de México para monitorear su sistema postal, que permanece subdesarrollado”.
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