Datos del Instituto de Policía Migratoria de Estados Unidos indican que entre 1.5 y 1.8 millones de ciudadanos de ese país viven actualmente en México. Muchos de ellos son jubilados o personas jóvenes que trabajan a distancia y se mudan a lugares como la Ciudad de México, Tijuana, Huatulco, San Miguel de Allende, Querétaro, Monterrey Puerto Vallarta o la Riviera Maya.
En Estados Unidos existen agencias de reubicación, que ayudan a familias enteras a buscar un nuevo hogar fuera del país. Las primeras opciones son Canadá o Europa; pero diversos reportajes publicados en medios de EE.UU. explican que México ha ganado popularidad desde la pandemia de Covid-19.
El estilo de vida en México es más barato que en Estados Unidos en casi todos los sentidos.
Desde los precios de los servicios básicos, la comida, el entretenimiento, el transporte, la salud y hasta la vivienda es más accesible para las personas de Estados Unidos, si se les compara con su país.
Aunque para la mayoría de la población mexicana le resulta prácticamente imposible ahorrar una parte de su salario o juntar el dinero para comprar una casa, muchas familias estadounidenses sí tienen el capital para tener un estilo de vida más cómodo aquí, que en su propio país.
Una comparativa interesante para este fenómeno se encuentra en Tijuana, México y California, Estados Unidos; dos ciudades vecinas divididas por la frontera.
Mientras el costo de un departamento sencillo en California ronda los 3 millones de pesos, de acuerdo con páginas de bienes raíces; en Tijuana, con ese dinero, alcanza para un espacio de lujo en un edificio nuevo y cercano al centro de la ciudad.
La página Numbeo, que es una herramienta que permite comparar los costos de vida en diferentes ciudades, muestra que servicios y productos como el agua, la electricidad, el transporte, gasolina, cerveza, pan, leche, huevo o frutas, el costo en California es entre 40% y 200% más caro que en Tijuana.
Gentrificación afecta a los locales
El trabajo a distancia abrió la posibilidad de que miles de personas en el mundo puedan viajar sin descuidar sus empleos.
Hay zonas muy específicas en México que se convirtieron en residencias temporales para muchas de estas personas que viajan únicamente en temporadas donde el clima les es más agradable para establecerse un par de meses sin el riesgo de perder su empleo, ni el compromiso de comprar una casa.
En la Ciudad de México, por ejemplo, estadounidenses que trabajan a distancia y ganan en dólares pueden permitirse pagar un alquiler que resulta elevado para casi todos los mexicanos.
Colonias como Condesa, Roma, Narvarte, San Miguel Chapultepec, Juárez o Del Valle tienen temporadas en las que miles de turistas/trabajadores de Estados Unidos (y otros países) llegan para vivir un par de meses. Una migración temporal, por decirlo de algún modo.
Esto impulsa formas alternativas de habitar una vivienda que, en algunos casos, remplazan al alquiler tradicional, tales como el coliving o el microliving; mismos que a su vez son fenómenos relacionados con la gentrificación.
La gentrificación urbana es un verdadero problema para los habitantes locales de algunas ciudades. Con la llegada de nuevos pobladores con más poder adquisitivo, el estilo de vida de una zona puede elevarse y esto causa un desplazamiento de las comunidades originarias.
Un escenario para comprender esto sería el de una colonia popular que le resulta atractiva a personas con dinero, ya sea por su ubicación o clima. Empresarios comenzarían a construir departamentos que la gente local no puede pagar, pero sí los nuevos posibles habitantes.
El precio de las rentas y los servicios aumentan gradualmente, hasta que llega un punto en que los vecinos de esa colonia ya no pueden pagarlos y se tienen que mudar a otros lugares más accesibles para ellos, aunque alejados de sus trabajos o familias.
Mientras tanto, las personas que sí tienen dinero para pagar los elevados costos, repueblan la colonia y esta se adapta a sus nuevas necesidades; como construir plazas comerciales donde había mercados públicos; estacionamientos en lugares que eran parques o restaurantes caros en lugar de fonditas.
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