México no tiene armas nucleares y tampoco misiles de este tipo. De hecho, el país está comprometido a no desarrollar alguna clase de artillería tan letal como esta desde 1967, fecha en la que se firmó el Tratado de Tlatelolco.
En dicho documento, México deja clara su postura a favor del desarme nuclear y la prohibición de la fabricación de estos misiles de destrucción masiva.
El Tratado de Tlatelolco, llamado oficialmente Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, fue propuesto por México en la década de los 60, luego de que la Carta de las Naciones Unidas, en su capítulo respecto a la autodefensa de los países, era un tanto permisiva al uso de armas destrucción masiva. Esto cambió con el tiempo.
La razón por la que México no tiene armas nucleares
Las explosiones en Hiroshima y Nagazaky, Japón, en 1945, dejaron claro que la humanidad debía hacer algo al respecto para regular de manera inmediata el tema nuclear.
En aquella época, y especialmente los países en vías de desarrollo que no contaban con la tecnología para desarrollar este tipo de armas, se temía a los estragos que una guerra nuclear traería a nivel internacional.
Mientras Estados Unidos y la Unión Soviética comenzaron ensayos de explosiones nucleares, la mayor parte del mundo optó por la promoción del aprovechamiento científico y energético de esa tecnología.
Fue así que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) optaría por esa ruta. Los alcances de tecnología nuclear causaba muchas intrigas, por lo tanto, se consideró importante establecer los límites.
En 1945, se publicó la Carta de las Naciones Unidas en la que se establecían las medidas a tomar en casos de actos de agresión o quebrantamiento de la paz. Este documento se actualizó con el paso del tiempo, pero su redacción en algunos artículos dejaba mucho a la interpretación, especialmente porque no se hacía alusión a una prohibición explicita de las armas nucleares.
Fue a finales de la década de 1950 que las negociaciones sobre qué pasaría con las armas nucleares en el mundo. Además, la tensión generada por el inicio de la Guerra Fría y la carrera armamentista entre Estados Unidos y la Unión Soviética urgió la aceleración del debate sobre el tema.
Para esas fechas, México ya había tomado su postura a favor del desarme y se anticipó a la ONU en la promoción de esta idea en América Latina.
Los Tratados de Tlatelolco que impiden el desarrollo de misiles y armas de destrucción masiva en México
Para 1963, por iniciativa del presidente Adolfo López Máteos, se invitó a mandatarios latinoamericanos a hacer una declaración conjunta para la desnuclearización de América Latina y la respuesta fue positiva.
Las cartas enviadas por el presidente de México invitaban a hacer “una Declaración por la que anunciáramos nuestra disposición para firmar un acuerdo multilateral con los demás países de América Latina, en el cual se establezca el compromiso de no fabricar, recibir, almacenar ni ensayar armas nucleares o artefactos de lanzamiento nuclear.”
Al año siguiente, en uno de los edificios de la Unidad Independencia del Instituto Mexicano del Seguro Social ubicado en San Jerónimo Lídice, en la Ciudad de México, los representantes de Latinoamérica se reunieron para comenzar con los primeros esbozos del tratado para la desnuclearización de la región.
El Lic. Alfonso García Robles, Subsecretario de Relaciones Exteriores de México, fue uno de los más activos en la elaboración de estos documentos y, de hecho, ganó el Premio Nobel de la Paz por su trabajo a favor del desarme nuclear en Latinoamérica.
Finalmente, el 14 de febrero de 1967, se firmó el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe. Desde entonces, son 37 países los que forman parte de este acuerdo.
De 1967 y hasta la fecha, Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Suriname, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela firmaron y ratificaron los Tratados de Tlatelolco a favor del desarme nuclear y la creación de las primeras Zonas Libres de Armas Nucleares.
Las Naciones Unidas también hicieron un tratado a nivel internacional, el cual se firmó un año después y se le llamó Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP).
Uso de la tecnología nuclear en México
Además del rechazo explícito a las armas de destrucción masiva, los Tratados de Tlatelolco establecen los siguientes puntos:
- Contribuir a la no proliferación de armas nucleares.
- Promover el desarme general y completo.
- Utilizar exclusivamente con fines pacíficos el material y las instalaciones nucleares.
- Prohibir e impedir el ensayo, uso, fabricación, producción o adquisición, por cualquier medio, de toda arma nuclear.
- Prohibir el recibo, almacenamiento, instalación, emplazamiento o cualquier forma de posesión de toda arma nuclear.
- Abstención de realizar, fomentar o autorizar, directa o indirectamente, el ensayo, el uso, la fabricación, la producción, la posesión o el dominio de toda arma nuclear.
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