Cuitláhuac fue el penúltimo tlatoani mexica y fue también el único gobernante tenochca que pudo derrotar a los españoles y sus aliados en la guerra de Conquista, hace exactamente 501 años.
Sin embargo, el papel de Cuitláhuac en la Conquista de Tenochtitlán había sido olvidado por algunos cronistas y publicaciones sobre estos sucesos.
Pero en los últimos años, la figura de este gobernante ha ganado el reconocimiento que merece. Actualmente, muchos historiadores y estudiantes han hecho una relectura de sus menciones en las fuentes disponibles para dar una mejor biografía.
Sandra Elena Guevara Flores investigadora del Centro de Estudios Antropológicos (CEA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sugiere en un artículo sobre la muerte de Cuitláhuac que la poca información de la que se dispone de él puede deberse a que Hernán Cortés no quería que se supiera que hubo un indígena que lo derrotó:
“Su escasa presencia se debió, entre otras cosas, a no compaginar con el discurso que los colonizadores querían dejar para la posteridad. No hubiera sido adecuado para sus propósitos el señalar que un indígena alzó en armas al pueblo tenochca para combatirlos, logró desestabilizarlos. Además de sembrar en sus mentes la idea de derrota e imposibilidad de conquistar el imperio”.
Con motivo de los 500 años de la Defensa de Tenochtitlán, hacemos un recuento de los aspectos más interesantes de la vida y obra de Cuitláhuac.
Cuitláhuac, Señor de Iztapalapa
Quién era Cuitláhuac
Cuitláhuac o Cuilahuazin fue un poderoso militar y gobernante mexica. Fue descendiente de Axayácatl y hermano de Moctezuma Xocoyotzin. Dentro del imperio mexica, ocupó el señorío de Iztapalapa y durante la Guerra de Conquista ascendió como el décimo tlatoani de Tenochtitlán.
Se estima que nació en la década de 1470, pero no hay mucha certeza sobre la fecha exacta. Algunos historiadores sugieren que fue durante el año de 1476. Cuitláhuac formó parte de la nobleza mexica y desde muy joven mostró talento como dirigente militar.
Sobre su familia y descendencia, se sabe que su padre, Axayáctl lo nombró Huehue Tlatoani de Iztapalapa y que se casó con la hija de un noble de Tetzcoco, con la que tuvo tres hijos que luego fueron cristianos por los españoles, balo los nombres de doña Luisa, doña Ana y don Alonso Axayaca Ixhuetztocatzin.
Controversia por el significado de su nombre
El nombre de Cuitláhuac suele interpretarse como ‘Dueño de excremento’. Pero existen algunos autores que sugieren que el significado real sería ‘Dueño de oro y plata’ y que la Malinche cambió deliberadamente la pronunciación del nombre a manera de burla cuando fungió como traductora de los españoles.
Sin embargo, la mayoría de historiadores concuerda en que el significado de ‘Dueño de excremento’ es el más cercano y que no debe tomarse como algo despectivo.
En una entrada en el portal Noti Conquista, de la UNAM, se menciona que en la época prehispánica, el excremento humano era altamente comercializado, ya que se usaba para el proceso de curtir piel, además de que la etimología del nombre no necesariamente tiene que referirse a eso:
“En náhuatl Cuitláhuac, antropónimo formado por la raíz cuitla- (excremento), el sufijo posesivo -hua y el sufijo agentivo -c: “el que tiene excremento”. Este “excremento” no se refiere probablemente a la defecación humana, sino a la lama lacustre de la cual se alimentaban los pueblos que vivían a la orilla de la cuenca de México. En nombre Cuitláhuac puede referirse también al topónimo en el sur de la cuenca de México, hoy conocido como Tláhuac”.
Menciones en las crónicas
Cuitláhuac no tiene mucha participación en las principales crónicas sobre la Conquista. Incluso, fue nombrado de diferentes maneras a conveniencia o entendido de cada autor.
Por ejemplo, la primera vez que Hernán Cortés hace mención de Cuitláhuac en sus Cartas de Relación se refiere al momento en que los españoles llegaron a Iztapalapa, un día antes de su encuentro con Moctezuma, sin hacer mención todavía sobre su nombre o parentesco con el emperador mexica:
“Y llegado a esta ciudad de Ixtapalapa, me salió a recibir algo afuera de ella el señor y otro de una gran ciudad que está cerca de ella que será obra de tres leguas, que se llama Caluanlacan, y otros muchos señores que allí me estaban esperando, y me dieron hasta tres mil o cuatro mil castellanos y algunas esclavas y ropa, y me hicieron muy bueno acogimiento”.
Posteriormente, en su Segunda Carta de Relación, Cortés habla de la reunión con Moctezuma, en noviembre de 1519, en dónde da razón de la relación entre el emperador y el señor de Iztapalapa:
“(…) y el dicho Mutezuma venía por medio de la calle con dos señores, el uno a la mano derecha y el otro a la izquierda, de los cuales el uno era quel señor grande que dije que había salido a hablar en las andas y el otro era su hermano del dicho Mutezuma, señor de aquella ciudad de Ixtapalapa de donde yo aquel día había partido (…)”.
Los textos de Bernal Díaz del Castillo tampoco aportan mucha información sobre Cuitláhuac, incluso le cambió el nombre a Coadlavaca y se refiere a él por primera vez también a su llegada a Iztapalapa, pero lo ignora por varias páginas, hasta que asume el liderazgo de los tenochcas tras la muerte de Moctezuma:
“En fin de más razones, mandó Cortés a una papa e a un principal, de los que estaban presos, que soltamos para que fuese a decir al cacique que alzaron por señor, que se decía Coadlavaca, y a sus capitanes cómo el gran Montezuma era muerto“.
Qué hizo Cuitláhuac en la Conquista
Victoria en la Noche Triste
Cuitláhuac fue tomado prisionero junto a su hermano Moctezuma por los conquistadores. Sin embargo, logró ser liberado y comenzó a planear el rescate del emperador y la expulsión de los invasores.
El Señor de Iztapalapa era reconocido como un poderoso estratega militar, Beatríz Ramírez, cronista del Archivo Histórico de la alcaldía dijo en una entrevista que Cuitláhuac pudo haber sido consiente de las intenciones de los españoles y contrario a su hermano, él no confió en ellos:
“Mucho antes que su hermano Moctezuma, supo ver la amenaza que suponían los invasores para toda una cultura y una forma de vida, y por eso quiso hacerles la guerra desde el principio”.
Luego de que Moctezuma murió, Cuitláhuac asumió el liderazgo del imperio mexica y organizó la primera defensa de la ciudad de Tenochtitlán, en lo que actualmente conocemos como la Noche Triste o Noche Victoriosa:
“Coadlavaca, el cual fue el que nos dio la guerra cuando salimos huyendo después de muerto Montezuma”, escribió Bernal Díaz del Castillo.
El cronista español narra que bajo el mando de Cuitláhuac, el pueblo mexica se armó de valor y amenazó a los españoles y sus aliados por irrumpir en la ciudad y provocar la muerte de su gobernante:
“(…) y nos decían: “Agora pagaréis muy de verdad la muerte del nuestro rey y
señor y el deshonor de nuestros ídolos; y las paces que nos enviáis a pedir, salí acá y
concertaremos cómo y de qué manera han de ser””.
Ascenso y búsqueda de aliados
Entre julio y septiembre de 1520, Cuitláhuac asumió formalmente el mando como el décimo Huey Tlatoani de Tenochtitlán y además de planear la guerra, buscó la manera de reconciliarse con los tlaxcaltecas para crear una nueva alianza indígena para expulsar a los invasores europeos:
“El Huey Tlatoani invitaba a Tlaxcala a olvidar los agravios pasados y a celebrar un tratado en el “que todas las naciones del Anáhuac debían hacer una causa común para defender a su país de la invasión de los hombres blancos.” Les instaban a no permitir que los españoles, heridos como estaban, escaparan de ellos para sacrificarlos a los dioses, cuyos templos habían profanado. A cambio de esto ofrecían la alianza de los mexicas y el gozo de la sal, mantas, oro y demás productos que no estaban a su alcance”, escribe el historiador Luis Manuel Vázquez.
Sin embargo, los tlaxcaltecas optaron por refrendar su alianza con los españoles, pues los rencores provocados por el abuso del dominio mexica en su pueblo no eran una marca fácil de borrar.
Sin mayor salida, Cuitláhuac tomó la decisión de ordenar el cese de tributo a los pueblos dominados, con la condición de que se unieran a ellos en lo que sería la batalla más grande de su época.
Hernán Cortés narra estos hechos en sus Cartas de Relación, explicando que el sucesor de Moctezuma estaba dispuesto a todo por expulsar a los cristianos de sus tierras:
“Y ahora de poco acá he asimismo sabido que el dicho Cuetravacin (refiriéndose a Cuitláhuac) ha enviado sus mensajeros por todas las tierras y provincias y ciudades sujetas a aquel señorío, a decir y certificar a sus vasallos que él les hace gracia por un año de todos los tributos y servicios que son obligados a le hacer, y que no le den ni le paguen cosa alguna, con tanto que por todas las maneras que pudiesen hiciesen muy cruel guerra a todos los cristianos hasta los matar o echar de toda la tierra”.
Cuitláhuac preparaba la resistencia indígena sin descanso, pero sus planes se vieron frustrados con la aparición de un nuevo enemigo al que no pudo vencer: la viruela.
Muerte por viruela
Entre agosto y septiembre de 1520, Cuitláhuac enfermó de viruela, un virus del que los indígenas no sabían nada y que para ese entonces no existía ninguna cura.
Por varias semanas, una pandemia de viruela mermó las fuerzas de la ciudad de Tenochtitlán y las calles y canales comenzaron a llenarse de muertos.
Cuitláhuac enfermó pocas semanas después de la Noche Victoriosa. Durante los pocos meses de su gobierno, buscó organizar la resistencia de la ciudad y se dice que reunió a un basto ejército en poco tiempo, pero el virus terminó por arruinar sus planes.
Finalmente, Cuitláhuac murió en noviembre de 1520 por complicaciones de viruela. A los pocos días, su sobrino Cuauhtémoc, Señor de Tlatelolco asumió el mando de los mexicas para rescatar lo poco que quedaba para la última defensa de Tenochtitlán.
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