Si quieres escapar a un lugar diferente, lejos del bullicio de la Ciudad de México, pero solo cuentas con un par de días, a continuación te presentamos algunas opciones ubicadas a menos de tres horas de la capital del país.
Por tratarse de destinos casi secretos, lo más recomendable es llegar a todas ellas en auto, ya que su ubicación no siempre está al alcance del transporte público.
Pinal de Amoles, Querétaro
Si quieres caminar en las montañas de la cierra gorda mientras disfrutas de un paisaje de cerros boscosos y clima frío con neblina, este pequeño pueblo es para ti.
No solo hallarás maravillas naturales, sino que también encontrarás un pueblo con bellos balcones, angostas calles y una plaza pequeña en la que destaca el monumento a los mineros en honor a la vocación que dio origen a este bello pueblo en 1606.
Algunos de los sitios que se recomiendan visitar son La Puerta del Cielo, un paraje rodeado por montañas rodeado por un mar de niebla. Desde aquí, recorre cada rincón de la Sierra Gorda; camina por el Cañón de la Gotera; viaja a la Quebradora e inicia tu recorrido en bici a Bucareli, ahí lograrás ver bosques, cascadas o en los fantásticos cañones de la Barranca. Puedes acampar en el paraje conocido como Cruz de Palo.
Tlatlauquitepec, Puebla
Este lugar está ubicado Jardín de la Sierra Poblana. En Tlatlauquitepec tendrás varias actividades para realizar, desde pasear por su tranquilo centro histórico y degustar su exquisita gastronomía, hasta realizar deportes extremos en lo alto del Cerro Cabezón.
El clima que prevalece es el frio en la zona sur del municipio, aunque a lo largo del día también podrás disfrutar del clima templado.
Se recomienda subir a los miradores situados en las montaña. s Desde ahí se aprecia elñ Cerro Cabezón, formación que encierra leyendas y bellezas naturales.
Mineral del Chico, Hidalgo
Se trata de un pintoresco pueblo de origen minero rodeado de bosques de pino, encino y oyamel, que ofrece al turismo múltiples atractivos, como asombrosas formaciones rocosas para la práctica de diversas actividades deportivas y ecoturísticas, hermosos ríos que serpentean el bosque, apacibles presas enclavadas en la montaña boscosa e interesantes recorridos a antiguas minas.
Ubicado en el llamado Corredor de la Montaña hidalguense, este municipio tiene mucho por mostrar al visitante.
Si vas un fin de semana, verás bellas postales desde cualquier punto que se le mire, destacando sus casonas de techados rojos y fachadas multicolores, a veces escondidas tras la densa niebla que le da un especial encanto.
Originalmente, la población era conocida como Atotonilco o Real de Atotonilco, que significa «Lugar de aguas termales».
Aculco, Estado de México
Este Pueblo Mágico está escondido entre montañas, peñas y cascadas, donde el sol inunda de luz calles, callejones y refleja su luz en sus blancas paredes.
Aculco combina maravillas, como un Santuario natural con una caída de 15 metros que humedece enormes columnas basálticas, con la magnífica arquitectura tradicional, y emprender diversas aventuras en sus atracciones naturales para practicar el campismo, el rapel o el senderismo.
Es la sierra donde se ubica, abundan lomas, sierras, valles y algunas cañadas que dan cauce a cascadas y ríos. En este lugar en el subsuelo se encuentran dos tipos de aguas la dulce y la salada.
Chignahuapan, Puebla
Si visitas este lugar en Puebla, tendrás ante tus ojos hermosas cascadas, y una laguna al centro rodeada por ríos y pozos termales.
La mayor atracción de Chignahuapan es un manantial de aguas sulfurosas de propiedades curativas. Con una serie de riquezas naturales, como una espléndida arquitectura religiosa. También verás casonas coloniales y unaplaza principal destaca la colorida parroquia y su kiosco.
Uno de los principales atractivos es la Laguna Almoloya, a escasas cuadras del centro. Un lugar perfecto para pasear, descansar, e incluso probar suerte con la pesca, relájate con el nido de la impresionante caída de agua del Salto de Quetzalapán. La mejor vista de este Pueblo Mágico se obtiene desde el Cerro Colorado, donde podrás admirar el valle y las casitas de colores y techos de teja.
Una característica adicional es que se producen millones de esferas navideñas cada año, más de 200 fábricas y talleres alimentan a este pueblo, que se vi el colorido de las esferas y otros adornos festivos a sus fachadas.
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