De acuerdo con las reformas constitucionales aprobadas en 2019, a partir de noviembre de este 2021, deberían comenzar a juntarse al menos 2 millones 805 mil 855 firmas de mexicanos inscritos en la Lista Nominal del Instituto Nacional Electoral, equivalentes al 3% del padrón nacional, para activar la nueva figura de revocación de mandato presidencial que podría concluir con la salida anticipada de Andrés Manuel López Obrador del Gobierno Federal.
Si bien, la Constitución ya contempla el proceso que debe seguirse para hacer este proceso, desde su solicitud, organización, ejecución y acatamiento de resultados, no queda claro todavía qué grupo político o ciudadano estaría dispuesto a recurrir a este ejercicio y con qué fines.
La revocación de mandato presidencial realmente no es una figura nueva en el mundo. Existe en pocos países de Latinoamérica y solamente se ha llevado a cabo en contadas ocasiones; pero hasta ahora en ninguna se ha removido a un presidente.
En México, fue impulsada por el gobierno de López Obrador y podría ser él mismo el primer presidente en ser sometido a un referéndum por democracia directa, pero como se mencionó al inicio de este texto, falta conocer quiénes emprenderían la tarea de juntar las firmas necesarias y hacer la solicitud ante el INE, como lo manda la Constitución.
Y es que el proceso de revocación de mandato no es una Consulta Popular como la que se hará este 1 de agosto para preguntar a la ciudadanía sí está de acuerdo con que se emprenda un juicio en contra de los expresidentes. Si no que es casi o igual de importante que una elección presidencial.
Revocación de mandato en América Latina
Referéndum a Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela
La experiencia internacional inmediata en América Latina muestra que la revocación de mandato o referéndum revocatorio (como se conoce en algunas regiones) ha causado más problemas de los que pretende solucionar.
En Venezuela, Hugo Chávez impulsó esta figura jurídica durante su primera campaña presidencial, en 1998. De hecho, en una entrevista que dio a Jorge Ramos, dijo que estaría dispuesto a abandonar el poder antes del periodo establecido por la ley de su país (6 años), si la gente así se lo pidiera. Pero al ganar, se mantuvo el cargo hasta 2013 de manera ininterrumpida.
El primer intento legal para remover a Chávez terminó en un golpe de estado
En 2002, opositores al régimen de Hugo Chávez intentaron hacer válido el referéndum revocatorio para derrocar al gobierno del comandante. Sin embargo, esto no prosperó y se desató una crisis política y social en la que hubo enfrentamientos armados entre simpatizantes del mandatario venezolano y personas a favor de la destitución.
Las protestas llegaron a su parte más crítica cuando el 11 de abril de 2002, estalló un golpe de estado que expulsó a Hugo Chávez de la presidencia y que incluso fue llevado a una prisión militar.
Para el 14 de abril, dos días después de estar encarcelado, Hugo Chávez fue liberado y repuesto como presidente de Venezuela. El primer intentó de referéndum revocatorio había fracasado sin siquiera haber llegado a la etapa de votación.
Un nuevo proceso con sospechas de corrupción y fraude
En 2003, organizaciones civiles, partidos políticos y empresarios de Venezuela lograron reunir los requisitos y firmas solicitadas por la ley para solicitar la activación del referéndum revocatorio contra Hugo Chávez, que para ese momento gobernaba el país en un segundo periodo presidencial.
El gobierno de Chávez se vio envuelto en diversas polémicas desde que inició la jornada de recolección de firmas, hasta el conteo de los votos tras la jornada electoral.
The Economist reportó que el Consejo Nacional Electoral (CNE), equivalente al INE en México, fue duramente presionado desde el gobierno federal para intentar impedir que se llevara a cabo el referéndum. Pero luego de varias disputas legales y un primer rechazo a las firmas recolectadas, se logró poner en marcha el proceso.
Conforme pasaron los meses, la oposición y el gobierno de Chávez se acusaron los unos a los otros de actos de corrupción y fraude electoral. La agencia AP recabó testimonios de trabajadores de institutos, dependencias, organismos y otras entidades públicas que dijeron haber sido despedidos por firmar a favor del referéndum.
Mientras que el presidente Hugo Chávez denunció a los medios de comunicación que se habían encontrado máquinas para clonar credenciales y documentación oficial, con los que sus opositores habrían falsificado miles de las firmas presentadas.
Las votaciones se llevaron a cabo el 15 de agosto de 2004, bajo la observación de organismos internacionales que fueron invitados por parte de ambos bandos. Los resultados, sin contar los nulos, fueron los siguientes:
- A favor de que Hugo Chávez permaneciera en el poder: 58%.
- En contra de Hugo Chávez permaneciera en el poder: 42%.
Nicolás Maduro frenó el referéndum de 2016
En 2016, Nicolás Maduro gobernaba Venezuela tras haber ganado las elecciones de 2013 que lo reafirmaron como el sucesor de Hugo Chávez y su régimen.
Las acusaciones de corrupción, censura y persecución política incrementaron notablemente y la oposición volvió a organizarse para solicitar una revocación de mandato en contra de Maduro.
Esta vez, fue más complicado. Aunque los partidos y organizaciones que emprendieron la recolección de firmas contaron con más apoyo de la gente, señalan medios como El País, el régimen de Maduro operó para impedir que el proceso se realizara.
El gobierno frenó constantemente la revisión de firmas y retrasó los procesos con el objetivo de anularlas por esa vía.
Junto a la crisis económica, social y política que atravesó Venezuela en ese entonces, la suspensión del referéndum originó manifestaciones masivas en todo el país, siendo la más destaca la llamada ‘Toma de Caracas’ en septiembre de 2016.
Finalmente, en octubre de ese año, se anunció que el conteo y validación de firmas sería suspendido de manera definitiva y, por tanto, el referéndum revocatorio no se llevaría a cabo. A partir de este momento, el gobierno de Nicolás Maduro comenzó a perder simpatía y legitimidad ante el mundo.
En Bolivia, Evo Morales se fortaleció tras triunfar en la revocación
Las ideas y propuestas de Hugo Chávez fueron adoptadas por diferentes gobiernos de izquierda en Latinoamérica, entre ellas las reformas a sus constituciones para abrir paso a la revocación de mandato.
Venezuela, Bolivia, Perú, Panamá, Ecuador y Colombia son algunas de las naciones que lo oficializaron en las últimas décadas.
En Bolivia, Evo Morales se enfrentó a un proceso de referéndum del que salió fortalecido y, de acuerdo con medios como BBC, el presidente parecía ser invencible en cualquier elección en la que apareciera su nombre.
En 2008, Evo Morales y su vicepresidente, Álvaro García se sometieron al proceso de democracia directa, luego de que el propio gobierno convocó al referéndum para consultar si debían permanecer en el poder.
Para esos años, Morales tenía una gran aprobación del pueblo boliviano y las intenciones de extender su mandato ya empezaban a mostrar sus primeras señales.
La votación de revocación de mandato se llevó a cabo en agosto de 2008 y con invitados internaciones como la Organización de los Estados Americanos (OEA) como observadores.
Con más del 60% de los votos a favor de continuar el poder, Evo Morales confirmó que tenía el apoyo de la gente, lo que le permitió comenzar una serie de reformas constitucionales que lo ayudaron a extender su mandato hasta 2019, año en que renunció luego de ser acusado de fraude electoral.
¿Qué pasa si AMLO pierde en la revocación del mandato?
La Constitución señala que para que AMLO sea removido de su cargo, se necesita la participación de al menos 40% del padrón electoral en la votación de revocación de mandato.
Si los resultados no le favorecen, la ley marca que AMLO deberá dejar el poder en manos del presidente del Congreso de la Unión, quien ocuparía el cargo de manera temporal en lo que se elige a un presidente interino.
Pero falta mucho camino por recorrer para al menos juntar las firmas necesarias con las que hacer la solicitud de revocación de mandato.
Las elecciones de 2021 mostraron que AMLO y Morena cuentan todavía con el apoyo de la gente, el haber ganado la mayoría de las gubernaturas es un ejemplo.
Pero también quedó en evidencia que si la oposición se mantiene unida, puede llevarse alguna sorpresa. Tal y como pasó en la Ciudad de México.
Lee también