Antes lo niños pedían juguetes tradicionales a sus padres, ahora es más común que pidan celulares. Por eso, una usuaria de Facebook compartió el contrato entre padres e hijos que podría evitar conflictos por el uso prolongado del teléfono celular en menores de edad.
A través de esta propuesta, podría establecerse horarios para usar el celular además de promover que los menores cuiden más estos objetos. Algunas de las cláusulas
Aquí puedes descargar el formato en caso de que desees que tu hijo lo firme.
Cabe mencionar que este contrato apareció en un periódico de la compañía Coppel.
El contrato abrió un debate entre padres ya que mientras algunos opinan que es perjudicial quitarles privacidad a sus hijos, especialmente a los adolescentes; otros están conscientes de los peligros que conlleva el uso de internet.
Otros más opinan que la privacidad y que ciertas cláusulas son un tanto excesivas. Aunque todas coinciden en que este tipo de detalles dependen de la edad del niño.
¿Los niños deberían ser supervisados al usar celulares?
Según la Organización Mundial de la Salud, los niños menores de dos años no deben ver la televisión, ni jugar con pantallas. La OMS recomienda que entre los dos y los cinco años los niños usen esos dispositivos máximo una hora al día. “Si es menos, mejor”, señalan.
La razón de esto es el sedentarismo, ya que 40 millones de niños menores de cinco años (un 5,9% del total) en el mundo tienen sobrepeso.
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Un adulto puede revisar su celular unas 150 veces al día y los pequeños observan todo.
Si los menores ven a los adultos pasar periodos prolongados en el celular, podrían asumir que esa es la relación normal que hay que tener con la tecnología. A edades tempranas aún no han desarrollado relaciones sociales que los ayudarán a interactuar con su entorno.
“Lo que de verdad tenemos que hacer es que los niños vuelvan a jugar”, explica la doctora Juana Willumsen, de la OMS. Se trata de reemplazar el tiempo que los niños pasan pasivamente frente a una pantalla por juegos más activos y de asegurarse de que duermen suficientes horas.
Además del sedentarismo, el uso prolongado de tecnología podría llevarlos a aislarse del resto de las personas que viven con ellos e incluso desarrollar síndrome de dependencia. Algo que el contrato publicado podría prevenir.
Pero además de los efectos que el celular tiene en la salud mental de los pequeños, el internet puede ser una ventana a otro tipo de peligros.
Uno de ellos es el grooming, que es considerado una forma de acoso sexual que recientemente se ha popularizado.
El grooming también ha sido llamado “acoso pederasta” y consiste en un proceso de engaño mediante el cual una persona adulta se contacta con una niña, niño o adolescente en internet para obtener imágenes eróticas o pornográficas.
Tal y cómo dice se menciona en el contrato entre padres e hijos, este tipo de situaciones podrían prevenirse si hay una supervisión parental en los dispositivos que tienen acceso a internet.
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