En México, más del 70% de las mujeres entre 15 y 17 años han sufrido algún tipo de violencia en el noviazgo. Para los padres, ver a sus hijas en esta situación no es fácil, pero los expertos coinciden en la importancia de actuar rápido para evitar que el problema escale al punto de que la vida de la víctima esté en riesgo.
La Organización Mundial de la Salud indica que de cada 10 casos de violencia doméstica o en el noviazgo, solamente tres mujeres son quienes la denuncian formalmente. En muchas de las ocasiones, las víctimas ocultan su situación por pena sobre qué dirán las otras personas; cuando hay hijos involucrados o porque su pareja tiene una fuerte influencia en ella, al grado de alcanzar una relación coercitiva o dependiente.
Para los padres de mujeres, existen diferentes guías de apoyo para ayudar a sus hijas a salir de una situación de violencia en el noviazgo. Pero debido a que cada caso es particular, las personas tienen que aprender a aterrizar cada uno de los siguientes consejos a su propio contexto.
¿Cómo detectar que mi hija sufre violencia por parte de su pareja?
El Instituto Andaluz de la Mujer cuenta con una guía de acción para detectar situaciones de violencia en el noviazgo en las relaciones de la hija, siendo el principal consejo actuar de manera inmediata a la primera sospecha.
La guía explica que en la mayoría de los casos, la violencia que se ejerce en una mujer que aparenta estar bien en su relación es del tipo psicológica, por lo que es necesario ser observador para detectar alguna señal.
Entre las herramientas que se dan para encontrar indicios de violencia psicológica está un cuestionario que ayudará a los padres a evaluar, sin tener que preguntar explícitamente a sus hijas, qué tipo de relación tiene con su pareja.
Algunas de las preguntas que los padres pueden resolver siendo asertivos y observadores son:
- ¿Ha modificado su manera de vestir y arreglarse?
- ¿Sigue teniendo contacto con sus amigas de siempre?
- Si realizaba actividades de ocio de su interés, ¿las sigue realizando?
- ¿Han notado o ha manifestado problemas para conciliar el sueño?
- ¿Está más decaída o con menos ganas de realizar sus actividades?
- ¿Ha dejado de tener iniciativa por realizar actividades nuevas?
- ¿Han tenido discusiones con ella ocasionadas por provocaciones de él?
- ¿Han observado alguna marca o moratón que ella intente ocultar o no tenga explicación coherente para su causa?
- ¿Cambia sus gustos y aficiones por las de él?
- ¿Tiene repentinos cambios de humor sin causa aparente?
- ¿Él ha llamado a casa sólo para saber si ella estaba allí, y después no ha mostrado interés en hablar con ella?
- ¿Él suele “dirigir” la relación con su hija: aficiones, salidas, amistades,…?
- ¿Nota usted a su hija controlada por él?
- ¿“Rompen” y se reconcilian?
Otra recomendación para los padres es no dejarse llevar por la impresión que la pareja de su hija se esfuerza por darles o la manera en que trata a la joven en su presencia, debido a que los violentadores suelen ocultar su verdadera personalidad.
En caso de que la respuesta sea positiva en muchas de las preguntas anteriores, los padres de familia pueden estar seguros de que la relación de su hija es dañina.
La psicóloga Sonia Vaccaro, una de las mayores expertas en publicaciones en habla hispana sobre qué hacer en caso de violencia doméstica, escribe en una guía de acción que si los padres intuyen que su hija sufre en su relación, lo más probable es que así sea y desde mucho tiempo antes de lo que se pueden imaginar.
¿Cuándo intervenir?
Enterarse de que una hija es violentada por su pareja es algo que provoca enojo y frustración a los padres. Sin embargo, se sugiere guardar la calma y no reaccionar de manera agresiva, ya que la situación puede complicarse todavía más.
Los expertos señalan que lo primero que hay que hacer es hablar con su hija a solas, reconstruir los vínculos de confianza y preguntarle sobre su situación, sin revictimizarla o criticarla.
Sonia Vaccaro escribe que una vez que la joven decide abrirse y platicar del tema con sus padres, ellos deben ser comprensivos, atentos y no tienen que emitir algún juicio que pretenda echarle la culpa a ella:
“Recuerde que lo que ella no le cuenta en ese momento no está ocultándoselo. Simplemente NO puede ir más allá en este instante. No insista en obtener detalles ni relatos más extensos cuando esto suceda. Tenga paciencia y espere, acompañándola”.
Los padres deben saber que las víctimas nunca tienen la culpa de ser agredidas por su pareja, es una idea que deben abandonar si plantean ayudar a sus hijas a salir adelante. Forzarla a dejar su relación inmediatamente, no es una solución viable, pues ella debe tomar su tiempo, pero no significa que se abandone a su suerte.
Los padres, sugiere la psicóloga, deben mantener un estado de alerta y comenzar a buscar orientación de expertos en el tema.
En el caso de la Ciudad de México, las Lunas son los espacios de atención a víctimas de violencia a la mujer. Puedes ubicarlos aquí. Para el Edomex, está la Secretaría de Mujeres, aquí la información necesaria.
Así puedes ayudar a tu hija a sobrellevar una situación de violencia
La guía del Instituto de la Mujer de Andaluz aconseja a los padres mantener siempre un ambiente de confianza con su hija y una comunicación abierta para que cuando ella lo decida, tenga un espacio seguro al que acudir.
Para apoyar de manera activa a la recuperación psicológica de la mujer violentada, se recomienda considerar los siguientes consejos:
- No castigarla por haber sido víctima de violencia.
- Hablar con ella sobre que sí es posible salir de una relación dañina.
- Resolver los problemas inmediatos que se plantean tras una ruptura como el acompañamiento, comunicación con él, seguridad de su hija, etc.
- Intentar evitar que su hija se sienta aislada y ayudarla a mantener contacto con sus amistades o familiares cercanos.
- No forzarla a terminar su relación si no está lista,
- No dar noticias o emitir comentarios positivos o negativos de la pareja de su hija.
- Recomendar a su hija revisar la privacidad y seguridad de sus redes sociales y canales de comunicación, por si la pareja los haya podido intervenir.
- Plantearle la posibilidad de buscar ayuda profesional en el tema de violencia en el noviazgo o doméstica.
- Si durante el proceso hay ‘idas y regresos’ con su pareja, no intentar evitarlos a menos que su integridad física esté en riesgo explícito; pero sí hay que mantenerse en un estado de alerta permanente.
La recuperación es un camino difícil, pero no imposible
Los expertos coinciden que cada caso es diferente a otro. No todas las víctimas de violencia pueden superar su situación al mismo ritmo.
Los padres de hijas violentadas por su pareja deben ser consientes de que el proceso de recuperación estará lleno de altibajos, con recaídas y momentos de frustración y dolor para ambas partes.
La comunicación y el apoyo incondicional son las estrategias más viables para ayudarla a superar su pasado. La familia completa pasará por momentos que pondrán a prueba sus capacidades de reflexión, flexibilidad, paciencia y respeto.
La recuperación de los vínculos familiares serpa fundamental para marcar la pauta de una planeación, apoyada con expertos, para ayudar a salir adelante a una mujer violentada.
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