La historia de la movilidad y el transporte público en Azcapotzalco parte desde la época de los tepanecas y mexicas, con las antiguas calzadas prehispánicas que todavía conservan parte de su trazo.
En un primer texto sobre el tema, hablamos sobre los primeros caminos y transportes que conectaron a Azcapotzalco con el centro de la Ciudad de México. Explicamos el impacto que tuvieron en la capital las primeras rutas de ferrocarril y sobre la inclusión de los tranvías de mulitas y los eléctricos. Lo puedes leer aquí.
Para esta segunda parte exploraremos tres métodos de transporte público que causaron un gran impacto en la CDMX y en los habitantes de Azcapotzalco: los camiones de pasajeros, el trolebús y el Sistema de Transporte Colectivo Metro.
El origen del camión de pasajeros
Tal y como vimos en la primera parte del transporte público en Azcapotzalco, el tranvía eléctrico dominó por varios años las rutas de pasajeros en la Ciudad de México. En su momento de mayor esplendor, este sistema contó con 14 líneas y 343 kilómetros de vías. Para darnos una idea de qué tan grande era el servicio, el Metro de la CDMX actualmente cuenta 226 km de vías.
Los tranvías funcionaban bien. Los concesionarios obtuvieron grandes ganancias, pero poco a poco comenzaron las huelgas, los paros y otros conflictos entre trabajadores y empresarios.
Entre 1916 y 1917, hubo diversos paros en el servicio que afectaron a la población, pues prácticamente el tranvía eléctrico era la única manera de transportarse por la Ciudad.
Una investigación de la UNAM sobre el transporte público en la CDMX relata como fue que un grupo de empresarios vieron en este problema una oportunidad de negocio que se mantiene vigente hasta la fecha:
“Durante el movimiento de 1916-1917 no hubo nadie que manejara los tranvías proporcionando el servicio de manera gratuita, pero otro grupo de personas aprovechó la oportunidad para improvisar los primeros autotransportes urbanos de pasajeros del país: colocaron sobre un chasis que disponía de motor de combustión interna, una plataforma de madera con bancas y en algunas ocasiones toldo. Por ello es que, en nuestro país, los autobuses urbanos son popularmente conocidos como “camiones”, debido a que desde su origen y durante mucho tiempo fueron efectivamente chasis de camiones adaptados para “transportar” personas”.
Este nuevo transporte improvisado fue del agrado de la población, ya que además de dar solución al tema de movilidad, les permitía bajar y subir en puntos donde no había estaciones de tranvía.
Los siguientes años, el camión de pasajeros se afianzó en la Ciudad de México, creando rutas similares a las del tranvía. Sin embargo, la década de los 30 significó el inicio de un periodo de estabilidad en México, las guerras habían terminado y ahora se invertía en el desarrollo del país. La CDMX creció exponencialmente y la demanda de transporte también.
En el caso de Azcapotzalco, fue la Refinería 18 de Marzo y el desarrollo de la zona industrial de Vallejo lo que generó mayor interés de la población y de los inversores en el norponiente de la ciudad.
Aunque ya existía la ruta de tranvía Azcapotzalco-Zócalo, esta comenzó a ser insuficiente para satisfacer la demanda de usuarios. Esta misma situación ocurrió en diferentes partes de la capital, en donde se instalaron nuevos centros de trabajo, como fábricas, oficinas de gobierno u obras en construcción.
La introducción de los camiones de pasajeros en Azcapotzalco no tardó mucho en hacerse y poco a poco empezaron a crearse nuevas rutas que no solo conectaban con el Zócalo, sino a otras partes de la CDMX.
Había una línea de camiones que conectaban la parte industrial de Azcapotzalco con la zona habitacional. Otra de las más importantes fue la Azcapotzalco-Narvarte-Coyoacán, que por primera vez unía con una ruta directa a la alcaldía con el sur de la CDMX. También destaca la Azcapotzalco-México, que corría hacía diferentes partes del Edomex.
Actualmente, los camiones de pasajeros son un tema complicado para la Ciudad de México, ya que el gobierno cuenta con su propia red de autobuses que conviven con los de empresarios.
Por ejemplo, recientemente el alcalde con licencia Vidal Llerenas Morales y la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dieron el banderazo de una nueva flota de camiones de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) que ya dan servicio en Azcapotzalco.
Pero la historia del RTP en Azcapotzalco merece su propio espacio en el que hablaremos de su impacto, mientras tanto aquí puedes leer más sobre las nuevas flotillas que se inauguraron a finales de 2020, en presencia de Vidal Llerenas Morales, Claudia Sheinbaum; Andres Lajous, Secretario de Movilidad de la Ciudad de México; Ramón Jiménez López, director de la RTP y el representante de la empresa Volvo en México.
Los ‘troleybuses’: cuando el tranvía se negaba a morir
Los camiones de pasajeros evolucionaron junto con la Ciudad de México. Los concesionarios se volvieron grandes empresarios y los trabajadores de este sistema crearon sindicatos, confederaciones y grupos sociales muy fuertes.
Los tranvías, que todavía hasta la década de los 60 circulaban por algunas zonas, se negaban a perder la batalla ante los camioneros. Las autoridades capitalinas sabían que tarde o temprano este sistema quedaría obsoleto, por lo que comenzaron a proyectar su evolución.
“Durante los años del proceso jurídico para dar término a la concesión de la Compañía de
Tranvías se creó el organismo descentralizado Servicio de Transporte Eléctrico (STE) del
Distrito Federal y que entró en funciones en el año de 1950 bajo la dirección del Ingeniero
Manuel Moreno Sánchez. El nuevo organismo estimó conveniente mantener en operación la
red de tranvías eléctricos y se proyectó una nueva imagen del servicio con la compra de
unidades y la introducción del trolebús, un moderno tipo de transporte que dadas sus
características de diseño y operación requería de una menor inversión”, detalla una investigación de Patricia Gómez, del Colegio de Geografía de la UNAM.
El trolebús, que en Europa era llamado ‘trolleybus’, había demostrado ser un transporte público eficaz en otras partes del mundo. El Departo del Distrito Federal hizo las adecuaciones necesarias para que el 9 de marzo de 1951 se inaugurara la primera ruta que corría de Tlalpan a Tacuba.
Evidentemente, Azcapotzalco fue una de las primeras zonas en contar con este nuevo transporte. Las rutas se nombraron por letras del alfabeto. La Línea G (actualmente Línea 4) se planteó para ir de El Rosario a Boulevard Puerto Aéreo.
Pero la más importante fue la Línea I (hoy Línea 6) cuyo trazo va de El Rosario a Chapultepec. Esta ruta de trolebús rápidamente se convirtió en una de las más importantes de todo el sistema.
En 2009, el Gobierno de la Ciudad hizo una reducción de la red de trolebuses y entre las líneas que desaparecieron estuvo la de El Rosario-Chapultepec, pero los vecinos de Azcapotzalco mostraron su inconformidad ante esta decisión y presionaron a las autoridades hasta que unos meses después volvieron a activarla. En ninguna otra parte de la capital pasó esto.
La alucinante llegada del Metro a Azcapotzalco
La historia del Metro de la Ciudad de México es muy conocida. A nivel mundial, el Sistema de Transporte Colectivo es uno de los mayores ejemplos de ingeniería civil de la historia moderna.
Desde su inauguración en 1969, el Metro de la CDMX se convirtió en pieza fundamental de la vida de sus millones de habitantes y visitantes. Sin duda, es una de las obras más importantes del Siglo XX para el país.
Tras el éxito de las líneas 1, 2 y 3, inauguradas entre 1969 y 1978, se planteó un primer Plan Maestro del Metro (con proyección a 2010), en el que ya se observa que Azcapotzalco contaría con dos rutas concluidas para 1985. Pero no fue hasta 1988 que se concretó de manera definitiva.
Estas rutas serian la Línea 6 (El Rosario-Martín Carrera) y la Línea 7 (Barranca del Muerto-El Rosario).
Con la proyección del Metro se dio todavía mayor importancia a la zona de El Rosario, en Azcapotzalco, en los proyectos de movilidad de la CDMX, pues recordemos que ahí mismo es donde muchas rutas de camiones ya estaban establecidas, al igual que las dos líneas de trolebús.
Además, era la primera vez que se logró que una mista terminal del Metro albergara dos Líneas. A manera de curiosidad, el transbordo de El Rosario es el más corto de la red, con menos de 100 metros de distancia.
Las obras de la primera etapa de la Línea 6 terminaron en diciembre de 1983, cabe destacar que de las excavaciones salió la tierra con la que se construyó el parque Tezozómoc, esa historia la contamos aquí.
El primer trazo de la Línea 6 fue de El Rosario a Instituto del Petróleo, se inauguraron 7 estaciones y 9.2 kilómetros de vías.
Para 1986 se inauguró el tramo Instituto del Petróleo-Martín Carrera, completando así las 11 estaciones que se tenían proyectadas en el Plan Maestro de 1985. El recorrido total ascendió a los 13.9 kilómetros de recorrido y conectó a Azcapotzalco con la alcaldía Gustavo A. Madero.
Las estaciones de la Línea 6 del Metro que corren por Azcapotzalco hacen homenaje a una parte de su historia prehispánica y a construcciones emblemáticas, la lista es la siguiente:
- El Rosario.
- Tezozómoc.
- UAM Azcapotzalco.
- Ferrería/Arena Ciudad de México.
- Norte 45.
- Vallejo.
Mientras que la Línea 7 no llegó a Azcapotzalco hasta 1988. Aunque el primer tramo se inauguró en 1984, este solo corría de Auditorio a Tacuba y contaba con apenas 4 estaciones.
Fue hasta 1985 y 1987 que se iniciaron las nuevas ampliaciones de la Línea 7, que pretendían conectar a Azcapotzalco con la alcaldía Álvaro Obregón, desde El Rosario hasta Barranca del Muerto.
Las primeras ampliaciones conectaron, hacia el sur con Tacubaya y luego con Barranca del Metro en 1985. Para 1988 se pensó en llevar el recorrido al norte con Azcapotzalco, por medio de El Rosario.
Las estaciones de la Línea 7 que cruzan por Azcapotzalco tomaron nombres ligados a las las vialidades principales de la demarcación son:
- El Rosario.
- Aquiles Serdán.
- Camarones.
- Refinería.
Muchos de los cambios que trajo el Metro y la industrialización en Azcapotzalco están reflejados en el mural ‘La Herencia Tepaneca en el Umbral del Tercer Milenio’, del maestro Arturo García Bustos, quien fue alumno de Frida Kahlo.
“Este mural es representativo de esta misma escuela. Nos narra toda la herencia tepaneca, lo importante que fue el conocimiento y la cultura local de Azcapotzalco. Tiene una intención de mostrar lo que sucede en el país y en el mundo. Tiene la idea del progreso y de construir una sociedad mejor”, dijo el alcalde con licencia Vidal Llerenas Morales en un recorrido donde se visitó esta obra.
El mural de García Bustos retrata mucho del tema del que hemos estado hablando: el transporte público en Azcapotzalco. Desde el tranvía, las mulitas y el Metro, la obra habla de la evolución de la alcaldía, desde la perspectiva de la historia nacional.
En la siguiente entrega de esta serie, hablaremos de los transportes más modernos ue corren por Azcapotzalco, como son el Metrobús, el RTP, el Tren Suburbano y la movilidad ciclista.
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