Si solicitaste tu registro en alguno de los programas sociales de AMLO y aún no te entregan el apoyo, aquí te presentamos la razón.
En 2019 se realizó el llamado “censo del bienestar” un trabajo realizado durante la transición del actual gobierno.
Fueron poco más de seis meses el tiempo en el que los “servidores de la nación” recorrieron el país.
Estaban encargados de visitar más de 30 millones de casas en las 300 mil localidades y colonias del país para conocer necesidades de las personas.
En especial se dieron a conocer los programas sociales y se realizó el registro de los posibles beneficiarios.
Sin embargo, de acuerdo con información de la Auditoria Superior de la Federación, los resultados de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2019, revelaron que el llamado censo del bienestar, en realidad no fue un censo.
Lo anterior porque los servidores de la nación, encargados del levantamiento de la información, no visitaron todas las viviendas de todos los municipios pobres del país.
También se utilizó un método inadecuado para la integración del padrón único y que contiene errores importantes.
¿Por qué el “censo del bienestar” no puede ser considerado como tal?
Para definir a las y los beneficiarios de los programas, se recuperaron padrones viejos de los programas sociales.
Es importante señalar que 50 por ciento de los nombres que aparecen en el padrón antes mencionado, proviene de padrones vigentes.
Y la otra mitad, sí son resultado del registro de los servidores de la nación, pero tampoco es resultado de un “censo”.
Sino del hecho de que “El personal de campo identificó a posibles beneficiarios por medio de referencias de otras personas”.
Esto quiere decir que aunque sí recorrieron parte del territorio del país mediante brigadas, una vez en el lugar, no visitaron casa por casa, sino que pidieron a los vecinos identificar a los posibles beneficiarios.
De hecho, entre los servidores de la nación este método se conocía como “bola de nieve” y les permitió evitar visitas a todas las viviendas.
Los errores de la utilización de este procedimiento se hicieron evidentes y son relevantes; destaca el hecho de que se sobrestimó el número de personas del padrón.
Es decir, que en varios estados, los servidores de la nación “censaron” a más personas de las que en realidad habitaban en los municipios.
Ejemplo de esto es el caso en el que se registraron 1 millón 400 mil personas en una localidad con población de 550 mil 600 habitantes.
Otro caso sucedió en Chihuahua, en una localidad con 8 mil 169 habitantes y donde los servidores de la nación reportaron 62 mil 85 personas.
De acuerdo con el INEGI, este error sucedió en 17 entidades federativas, lo cual afecta la consistencia del padrón.
Otro error importante se hizo evidente con la diferencia entre el número de personas “censadas” y la lista de beneficiarios.
El censo reportó originalmente 32 millones 594 mil posibles beneficiarios, pero la Secretaría del Bienestar solo logró acreditar a 24 millones 107 mil personas.
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