Con motivo de las fiestas patrias surgió el interés por rescatar el nombre de mujeres clave en la Guerra de Independencia, ya que algunas de ellas no habían sido reconocidas a pesar de su importante labor.
Una de ellas es Gertrudis Bocanegra Mendoza, pieza clave durante la lucha de Independencia, que perdió a su familia durante el movimiento armado, pero aún así continuó con sus ideales.
Gertrudis Bocanegra nació el 11 de abril de 1765 en Pátzcuaro, Michoacán, en una familia conformada por un español y una mujer criolla de abolengo.
En ese entonces, Nueva España atravesaba un periodo de contrastes, desigualdad y racismo. Aunque Gertrudis vivía cerca de la alta burguesía y de los militares; también estaba al tanto de lo que sufrían los indígenas gracias a su “nana” purépecha.
Gertrudis , aun siendo una mujer joven se convirtió en correo de la campaña de Pátzcuaro-Tacámbaro y organizó toda una red de comunicaciones con la efectividad, discreción y agilidad que se requería para ser parte del movimiento, papel que las mujeres jugaron con gran relevancia. Esto no interfirió con su familia, si no que sus ideales fueron compartidos con ellos.
Mientras ella realizaba esta tarea, esposo e hijo se incorporaron al ejército insurgente en las filas de Manuel Muñiz, que a su vez, se sumó con su tropa al ejército comandado por el Padre de la Patria a su paso para Guadalajara, tomando parte destacada en la batalla de Puente de Calderón.
Una de sus hijas se casó con un soldado insurgente de apellido Gaona, todos ellos se mantuvieron firmes aunque iniciaba declive militar del movimiento de independencia y de la aprehensión y sacrificio de Morelos su familia mantuvo la lucha, por este motivo, tuvo la dolorosa pérdida de su esposo e hijo.
A pesar de haber perdido a su familia, siguió comprometida con la causa, en esta etapa cerca de tres años en campaña dentro de las filas rebeldes al lado de su yerno.
Fue enviada a su natal Pátzcuaro en la difícil etapa en que el movimiento iniciado por Miguel Hidalgo se resistía a abandonar la lucha por consolidar la nación mexicana; su misión consistió, aprovechando sus cualidades de mando y el conocimiento del medio, en organizar las fuerzas y facilitar la entrada a su ciudad.
Ella comenzó allegándose información del estado que guardaba la situación. Trató de convencer a los simpatizantes de la causa para sumarlos a otros grupos, incluso intento convencer a fracciones del ejército realista a que se agregaran al bando libertario, sin embargo, en su empeño, fue traicionado por una de las gentes en quien había depositado su confianza.
Pero Gertrudis fue encerrada y forzada a revelar información sobre la lucha de independencia. Ahí sufrió interrogatorios para que delatara a sus compañeros, pero, jamás emitió palabra alguna de sus labios, que pusiera en riesgo el movimiento de independencia, conservando su temple y fortaleza que la caracterizaron a lo largo de su vida, en aquellos difíciles momentos en que las amenazas y la presión se cernían sobre ella.
Sujeta a proceso fue sentenciada y fusilada al pie de un fresno de la Plaza Mayor, hoy Vasco de Quiroga, el 11 de octubre de 1817. “No desmayen, sigan luchando por la causa de la patria. Llegará el día de la libertad”, exclamó Gertrudis Bocanegra antes de su muerte.
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